Álex Sibacha, el central del futuro del Real Madrid que no llegó, se abre en canal dos cruzados rotos después: "Sentí mucho dolor, se me iba la pierna entera"
El canterano blanco, ahora en el Móstoles de 2ªRFEF, repasa su trayectoria en Relevo.
Las nubes copan prácticamente todo el cielo de Madrid cuando Álex Sibacha (Alcalá de Henares, Madrid, 2004), recién duchado, se sienta en una de las gradas del Estadio Municipal de El Soto, en Móstoles. "Sois de Relevo, ¿no?", preguntan algunos de sus compañeros desde el terreno de juego, mientras caminan descalzos por el césped "porque es bueno para los pies y la salud". Su inexperiencia e ingenuidad, por momentos extintas en un fútbol cada vez más artificial, se aprecian desde el minuto uno y contrastan con los discursos habituales entre los futbolistas de Primera. El central, que también puede actuar como lateral y mediocentro, se muestra algo nervioso delante de una cámara que, sin él saberlo, todavía está apagada. "A ver lo que le preguntáis, eh", bromea Esther Juaranz, la jefa de prensa del club, entre miradas cómplices con su jugador.
A medida que las nubes desaparecen y el sol se convierte en protagonista, se siente cada vez más cómodo. Vestido, primero, de calle, aprovecha los instantes previos a la entrevista para enfundarse una sudadera del club. En la parte superior izquierda luce el logo de Luanvi, detalle que no pasa inadvertido. "Así hacemos un guiño y mostramos apoyo a la marca, que no está pasando momentos fáciles", comentan trabajadores del club, después de conocerse, hace unas semanas, que Vicente Tarancón, presidente y cofundador de la empresa, falleció como consecuencia de la DANA. Ya con la cámara encendida, Sibacha se abre en canal y repasa los momentos más complicados de su breve carrera. Por contradictorio que parezca, su historial de lesiones bien podría ser el de alguien más experimentado, con más tablas.
"Después de todo el esfuerzo y todo lo trabajado, es una alegría volver a entrenar y volver a formar parte de un equipo", anticipa, consciente de los obstáculos a los que ha tenido que hacer frente en los últimos años. Como suele ser habitual antes de aterrizar en las categorías inferiores del Real Madrid, Sibacha también pasó por las características pruebas del club merengue, rodeado de "muchos niños", Incide, eso sí, de manera especial en lo complicado de adaptarse: "Es un poco duro, me costó...". Allí, en La Fábrica, permaneció un total de nueve temporadas en las que tuvo que lidiar con diferentes comparaciones, expectativas y, por supuesto, lesiones. "Te impresiona la exigencia y te cuesta por la timidez y la vergüenza...", añade.
Integrante de la generación 2004 a la que Ancelotti alabó por primera vez en enero de 2023, hace casi dos años, la corriente de opinión en torno al futbolista madrileño, sus condiciones y su techo fue unánime: se trataba de un central versátil, capaz de rendir en varias posiciones, y con un físico de élite. De su etapa en Valdebebas, con más bajos que altos, destaca a "Carlos del Rey, Juanjo Vallina, Raúl, Arbeloa y Tristán Celador". Todos ellos han jugado un papel importante en su carrera y, también, en su vida. La adaptación, pese a no ser un proceso sencillo, llegó y se tradujo en entrenamientos con el primer equipo y Castilla... e incluso comparaciones con Militao por su exuberancia física, versatilidad y capacidad para corregir errores.
Todo parecía ir sobre ruedas para Sibacha, objeto de infinidad de halagos que hablaban de él como el canterano con más madera de primer equipo por su físico, lectura de juego y polivalencia... hasta que recibió "un buen palo" cuando se confirmó su primera rotura de cruzado: "Al principio fue un buen palo porque estaba en una buena dinámica, en dinámica de primer equipo, Castilla e incluso Juvenil A siendo juvenil de primer año [le correspondía, entonces, el C]. Lo llevé bastante mal, pero luego, con los consejos y ayuda de los fisios y de los compañeros, bastante bien".
"Estaba recuperándome del primer cruzado y, a los dos o tres meses, me rompí el de la otra pierna"
Futbolista del MóstolesPese a lo complicado de la situación, teniendo que afrontar una recuperación que, en el caso más optimista, no baja de siete meses, Sibacha encajó con entereza un primer revés que frenó su progresión. Se refugió en su familia ("mi familia se puso en mi lugar, te ven sufrir..."), compañeros y trabajadores del club. Sin embargo, cuando ya se había 'olvidado' de la primera rotura de cruzado que le relegó a un plano completamente secundario, llegó un nuevo contratiempo: "Estaba recuperándome del primer cruzado y, a los dos o tres meses, me rompí el de la otra pierna".
Entre el primer y segundo cruzado, con "un año de recuperación" de por medio, tan sólo pasaron "dos o tres meses". El proceso, lento por norma general, llevó a Arbeloa, su técnico en aquel momento, a probarle como 6, coincidiendo con la lesión de gravedad (también rotura de cruzado) de Marc Cucalón, recientemente retirado por una bacteria en su rodilla que le ha reducido la movilidad y le ha impedido seguir disfrutando del fútbol, en Youth League, en un encuentro que enfrentó al Celtic y al Real Madrid en 2022.
"No es miedo. En mi caso, pienso más de una vez alguna situación o alguna jugada, pero sobre todo [esa segunda rotura de cruzado] me hace pensar en que quiero volver sobre todo más fuerte y cambiar mi forma de jugar, que es diferente ahora a la de antes", sintetiza, preguntado por cómo han modificado las dos lesiones de gravedad que sufrió de manera consecutiva su forma de ver y jugar al fútbol. Algo más suelto, ya sin los nervios propios de los instantes previos a una entrevista, habla sobre su salida del Real Madrid: "Al principio la idea era quedarme [el pasado verano] en caso de tener hueco, porque tenían confianza en mí, pero al final la decisión es mía, de mi representante y del club. La mejor decisión fue salir". El curso pasado, buscó minutos, regularidad y recuperar sensaciones en el Pozuelo (Tercera Federación), club en el que recaló cedido.
En el caso de Cucalón, a quien Sibacha considera "un hermano" por haber compartido momentos "muy difíciles y duros", el Real Madrid, económicamente hablando, sigue haciéndose cargo de financiar su recuperación. "Gracias, Real Madrid, por no soltarme la mano nunca", escribió Marc en su despedida, anunciada el pasado 12 de noviembre. El central del Móstoles, dos cruzados rotos después, explica que "el Madrid nunca te deja tirado y siempre intenta estar en el último minuto, en el último segundo, y ayudarte con lo que sea".
"Arbeloa, al verme un poquito separado del grupo, me hizo sentirme uno más aunque no jugase"
Futbolista del MóstolesEl pasado verano, Sibacha cerró su etapa en Valdebebas con la conciencia tranquila y mucho fútbol todavía en sus botas. Eso sí, pone en valor la figura de Álvaro Arbeloa ("al verme un poquito separado del grupo, me hizo sentirme uno más aunque no jugase"), su técnico en el Juvenil A, y la de Raúl González, ahora en el Castilla: "Destacaría su sacrificio y el trabajo diario, no dejarse nada en los entrenamientos y demostrar lo que vales".
Reencontrarse en el Móstoles
Nueve temporadas y dos roturas de cruzado después, Sibacha cambió las categorías inferiores del Real Madrid por un vestuario experimentado como el del Móstoles. "Lo que más cuesta es volver a tener la confianza. Después de dos años parado, la confianza y ser uno más del equipo. Llevo dos años sin estar jugando y lo que más cuesta es adaptarse y hacer buenas migas en el vestuario", señala, todavía en proceso de aclimatación. No tiene prisa. Ni él ni nadie en el club. Por ahora, suma minutos con el filial en Autonómica y disfruta de los entrenamientos con el primer equipo, arropado por varios mirlos blancos como Garci o Jaime Amaro, compañeros del defensa de 20 años en el club mostoleño.
"Este año mi objetivo es volver a sentirme futbolista, a sentirme uno más, y aportar todo lo que pueda en el equipo", finaliza, ya algo más aliviado, tras escuchar que se trata de la última pregunta. Después, emprende, de nuevo, el camino hacia los vestuarios mientras comenta diferentes chascarrillos y anécdotas que, acorde a su personalidad, prefiere guardarse.