Carlos Alcaraz abre el melón de prohibir los móviles en el fútbol: "De la Fuente no los quiere ni ver"
"Italia sub-19 ganó y los jugadores ya tenían el teléfono en la mano...", recuerda Culebras, tutor de la RFEF.
"Le aconsejé que estuviese más aislado del teléfono", aseguró Juan Carlos Ferrero, entrenador de Carlos Alcaraz, en los días previos a la final de Wimbledon que su pupilo iba a disputar contra Novak Djokovic. Una declaración que sorprendió: antes de un duelo de semejante magnitud, una de las cosas que más preocupaba al extenista era que su alumno no se despistara demasiado con su teléfono.
Alcaraz, de 20 años, pertenece a esa generación de deportistas que ha crecido familiarizado con las nuevas tecnologías, las redes sociales y la permanente conexión a Whatsapp. Un debate, el del móvil, que los formadores agradecen que salte a la opinión pública. "Lo de Alcaraz nos viene muy bien, porque el trabajo que hacemos con los jóvenes es darles casos reales para que reflexionen. Los chicos y las chicas copian lo que hacemos los adultos, así que tenemos que dar ejemplo", cuenta José Antonio Culebras a Relevo. Culebras es exfutbolista y actualmente es tutor educativo en la Federación, para ayudar en la formación de los más jóvenes.
¿Cómo se aborda este asunto en el fútbol? Aquí se debe distinguir, obviamente, a los profesionales y a los chavales que están en edad formativa. En el primer nivel, los entrenadores son cada vez más partidarios de limitar su uso. "Luis De la Fuente, cuando está el equipo junto, es imposible coger el móvil. Prohibidísimo. En la Sub-21, Hugo Guillamón y yo éramos los capitanes y nos lo decía, que no quería ver ni un móvil. En las actividades y cuando el grupo está junto, el móvil fuera para que interactuemos entre nosotros", dice Álvaro Fernández, actual portero del Huesca que coincidió con el seleccionador en categorías inferiores.
Rubén Baraja, otro técnico que está en el foco mediático después de rescatar al Valencia de una situación muy delicada, presta mucha atención a este aspecto. "Lo prohíbe hasta en el vestuario. También en las comidas y cenas, cuando se junta el grupo, no puedes cogerlo hasta que has terminado. Existe un régimen interno con unas multas si alguien lo incumple", cuenta un futbolista que estuvo a las órdenes de Baraja en el Sporting.
"He tenido entrenadores que lo prohibían en los gimnasios, en el precalentamiento. Es un rato libre, en el que puedes hacer lo que quieras, pero si vas al gimnasio, vas sin el móvil. Si quieres hablar con el móvil, te quedas en el vestuario", relata este mismo futbolista.
Un elemento peligroso para los más jóvenes
En el deporte profesional los entrenadores ponen sus normas con los móviles, que los jugadores deben acatar igual que los horarios o las concentraciones. Otro debate es el de los menores, donde el objetivo de la prohibición va más allá, puesto que se busca educar a los deportistas para que aprendan a convivir con las nuevas tecnologías, pero dando un buen uso, igual que intenta Juan Carlos Ferrero con Alcaraz.
"La RFEF hace unos pocos meses ya firmó un protocolo de protección a la infancia y la adolescencia. No sólo a nivel de inferiores en la española, también en territoriales. Una persona debe supervisar el uso del móvil y de otras muchas cosas. Sabemos que existe el ciberbullying y debemos controlarlo. Hay unas normas: dentro de los vestuarios, en el gimnasio, en la sala de fisios, de reuniones, espacios comunes y antes de los partidos. Con un tiempo de anterioridad no se puede usar el móvil. Lo que queremos es que se viva el momento y que se conozcan entre ellos y ellas. Que hablen, que tengan momentos de sociabilidad. No podemos perderlo", relata Culebras.
Además, hay un espacio especialmente sensible en estas edades: los vestuarios. Es peligroso que los jóvenes, muchas veces sin maldad, suban cualquier contenido a las redes sociales sin tener en cuenta la repercusión presente o futura que puede tener. Por eso, en ciertos sitios el teléfono está totalmente prohibido: "En los vestuarios los móviles no pueden estar encendidos y en las duchas, mucho menos. En las salas de fisioterapeutas tampoco. Y en las habitaciones y espacios comunes tienen un tiempo limitado", dice el tutor de la RFEF. Esa limitación se extiende a las habitaciones, donde a partir de una hora queda prohibido el uso.
Los chavales, a esas edades, piensan en exceso en lo que ven a través de la pantalla y no tanto en lo que tienen delante de sus ojos. Un comportamiento que quedó reflejado en el último Europeo sub-19 que conquistó Italia al derrotar a Portugal. "En la Sub-19 de Italia, en cuanto terminó la final los jugadores ya tenían el móvil en la mano. Son libres de hacerlo, pero se estaban perdiendo algo muy bonito: celebrarlo en conjunto, en grupo. Cada jugador estaba de manera individual celebrándolo con el móvil, sin mirar el ambiente que tenían delante. Te invita a la reflexión ver eso, no podemos normalizarlo", recuerda Culebras.
Por todo esto, igual que han hecho en la Federación, son cada vez más los clubes que ponen normas en sus canteras para fomentar un uso responsable del teléfono entre sus jóvenes talentos y, sobre todo, para que no se olviden de relacionarse con sus compañeros. La mayoría de los valores que potencia el fútbol tratan sobre el trabajo colectivo y para ello hay que aparcar las nuevas tecnologías y volver al origen de todo: hablar y relacionarte con el que tienes delante y no con los que están a cientos de kilómetros.