FORMULA 1

La FIA prohíbe los comentarios políticos y religiosos en la Fórmula 1

Los pilotos no podrán expresar una ideología política o religiosa "no neutral" si no tienen autorización previa.

Varios pilotos de Fórmula 1 hincan la rodilla antes de un Gran Premio como protesta contra el racismo. /GETTY
Varios pilotos de Fórmula 1 hincan la rodilla antes de un Gran Premio como protesta contra el racismo. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Con la temporada detenida, vuelve a haber lío en la Fórmula 1. A fin de salvaguardar su neutralidad, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha modificado este martes su Código Deportivo Internacional para prohibir a los pilotos de todas las disciplinas automovilísticas, incluida la Fórmula 1, hacer declaraciones políticas o religiosas sin autorización previa.

Pese a llegar ahora, la decisión viene de lejos. El 13 de septiembre de 2020, en el anecdótico GP de la Toscana, solo disputado ese año en el Gran Circo, Lewis Hamilton se arrodilló sobre el asfalto de Mugello para pedir justicia por Breonna Taylor, una joven afroamericana asesinada por la policía seis meses antes.

"Arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor", rezaba la camiseta del siete veces campeón del mundo. En la espalda, el eslogan de una campaña que trascendía a cualquier evento deportivo, "Di su nombre", acompañado de una imagen de la joven asesinada.

La protesta del británico desembocó en una revisión por parte de la FIA, que modificó la norma en el Reglamento Deportivo de la F1 para evitar a toda costa que se repitiera una protesta con tintes extradeportivos.

Dos semanas después, en el GP de Rusia, a los pilotos se les advirtió de que tendrían que llevar el mono abrochado hasta el cuello durante la ceremonia del podio y en las entrevistas posteriores a la carrera, esquivando así posibles mensajes en camisetas interiores.

Varios pilotos mostraron su disconformidad con el cambio de rumbo. Entre ellos, el recién retirado Sebastian Vettel, que encontró la ocasión en numerosas situaciones para, a su manera, concienciar a los seguidores del Gran Circo sobre cuestiones medioambientales y sociales. Y lo suyo le costó.

Un año después de la protesta de Hamilton, en el GP de Hungría, país gobernado por el ultraconservador Viktor Orbán, el piloto alemán recibió una reprimenda de la FIA por lucir una camiseta con el mensaje "Mismo amor" y los colores de la bandera arcoíris, símbolo de los derechos LGTBI. "Me pueden descalificar, me da igual. Lo volvería a hacer", dijo el germano tras la prueba.

«Salvaguardar la neutralidad»

Está claro, ejemplos no faltan. Por ello, la FIA ha dicho basta y, para evitar embrollos ajenos a lo deportivo, ha decidido cortar de raíz. El nuevo artículo 12.2.1.n de su Reglamento Deportivo establece lo siguiente: "Se considerará que los pilotos han cometido una infracción si muestran [...] declaraciones o comentarios políticos, religiosos y personales que violen notablemente el principio general de neutralidad promovido por la FIA en virtud de sus Estatutos".

Eso sí, el organismo rector del automovilismo mundial plantea una excepción. Los pilotos no podrán expresar su ideología, "a menos que hayan sido previamente aprobados por escrito por la FIA para las Competiciones Internacionales, o por la Autoridad Deportiva Nacional pertinente para las Competiciones Nacionales dentro de su jurisdicción".