Verstappen parece otra persona desde hace días sin el mono de Red Bull y con unas copas de más: "No te había reconocido, Max"

"Última hora: Max Verstappen no lleva la ropa del equipo el jueves en Catar". Hasta a la cuenta oficial de la Fórmula 1 le llamó la atención la llegada del tetracampeón del mundo al paddock de Catar. Verstappen es otra persona desde que el domingo por la tarde se proclamara campeón por cuarta vez y se ha empeñado en demostrarlo durante la semana. Una de ellas, su borrachera en Las Vegas.

Estás más liberado, sonriente, bromista... y hasta desatado a ratos. Mucho hay que echar la vista atrás para recordar una entrada del neerlandés a un circuito sin la ropa oficial de Red Bull. En esta ocasión, ni gorra, ni camiseta, ni chaqueta, ni pantalones, ni mochila. Look casual, con camiseta verde lisa y pantalón oscuro. Los compromisos publicitarios de las escuderías suelen ser tremendamente exigentes y, más todavía, los del equipo de las bebidas, que forra y embalsama a sus atletas con su logo.

"No te había reconocido, Max", le comentó el administrador de la cuenta de Instagram de la Fórmula 1 mientras le grababa. A lo que el piloto contestó: "Sí, es que no llevo la ropa del equipo". Con el mismo outfit, hay otra escena que define al nuevo Verstappen desde que es campeón. Parece un niño pequeño disfrutando con las pequeñas cosas y huyendo de las críticas de la prensa británica que le ha perseguido durante el año.

El equipo le llenó una sala de globos y chocolatinas para que el piloto disfrutara. Juntó ambas y empezó a reventar globos amarillos como si no hubiera un mañana mientras comía chocolate. Una faceta inédita del neerlandés. En aquel cuarto, por cierto, predominaba, al igual que durante los últimos días, el número cuatro en honor a los títulos que atesora desde el domingo.

Verstappen también ha ejercido de camarero estos días. Un par de periodistas le tentaron y él, como ya tiene su Mundial y todo le da igual, se animó. Con toda la presión de un sufrido campeonato atrás, les enseñó a servir vodka. Cogió el botellón de alcohol, le quitó el tapón, y empezó a dar explicaciones paso a paso sobre cómo servir la copa. Añadió mezcla y presumió de su obra como si de un barman profesional se tratara. La única diferencia es que la sirvió un piloto de Fórmula 1 en un circuito.

Aunque la mejor demostración del peso que se ha quitado el campeón del mundo la desveló George Russell. El padre de Verstappen lo adelantó... y el británico lo confirmó. "Max tuvo su propia fiesta en Las Vegas...", le deslizó un periodista al piloto de Mercedes. "Yo creo que él no me vio pero yo a él sí, lo vi en el bar del hotel a las 9 de la mañana cuando me iba al aeropuerto. No me vio, estaba intentando mantenerse...", explicó Russell.

"Tenía mucha sed, para mí eran las cinco de la tarde", replicó Verstappen asomándose a la escena. "Max es piloto profesional, también en el FIFA, profesional del pádel y bebedor profesional. Es un hombre con muchos talentos", concluyó Russell entre risas con el piloto de Red Bull. El diálogo dio alguna pista sobre lo que debió ser la noche del neerlandés en Las Vegas. Su padre Jos ya avisó en una radio local que se extendió hasta cerca de las diez de la mañana.

Verstappen ya empezó a venirse arriba nada más terminar la carrera, cuando le dijo a Zak Brown, jefe de McLaren, que habría ganado el Mundial pilotando el coche naranja. El británico, en directo en Sky Sports, no daba crédito. También aseguró, muy crecido, en rueda de prensa, que habría conquistado el título de 2021, con el Mercedes de Lewis Hamilton. Puro Max Verstappen. Liberado. Relajado. Desatado.