El fenómeno Franco Colapinto escala en Argentina y mete en un callejón de 130 millones al gobierno de Milei

"Argentina está preparada para que regrese la Fórmula 1". La seguridad con la que Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, aseguró que el Gran Circo volverá al país sudamericano 26 años después hay que ponerla en duda. A día de hoy, está más lejos que cerca. La caída de la inversión privada, la obligación de renovar el autódromo de Buenos Aires y la demagogia política tienen la culpa.

"Las condiciones están dadas, y también están las inversiones privadas que financiarán el evento", explicó Scioli durante la Feria Internacional de Turismo de América Latina. Para empezar, el trazado no está en condiciones de albergar una carrera del Gran Circo. La FIA exige un grado 1 de homologación mientras el histórico Autódromo trabaja en asentarse, todavía, en la categoría 2.

Hay mucho trabajo por delante. "Querido jefe de Gobierno, me tenés que terminar el autódromo. Yo sé que el autódromo ya está en marcha para lograr la categoría 2, pero necesitamos lograr la categoría 1 y como sé que sos un trabajador incansable y lo vas a lograr, y yo me voy a ocupar, porque lo hablé con el Presidente Javier Milei, de volver a traer la Fórmula 1 a Argentina".

La petición de Scioli es ilusionante pero utópica. Al menos por ahora. Prensa local consultada por Relevo ve "bastante lejos" la posibilidad de albergar un Gran Premio de Fórmula 1 en Argentina. Ponen el ejemplo de Ifema, es un proceso que no se resuelve de un día para otro, y destacan la fuerte inversión necesaria para que se haga realidad. Hasta dan cifras.

A la fama de demagogo del político, se suman los cerca de 130 millones necesarios para poner a punto el trazado. ¿Inversión pública o privada? La prensa local recalca la dificultad de que sea el Gobierno quien corra con los gastos para, básicamente, "hacer instalaciones enteras nuevas". Mientras, Scioli confirmó conversaciones "en marcha" con las "máximas autoridades" de Liberty Media, propietaria de la F1.

La pobre inversión privada en Argentina le quitaría fuerza a esta vía para hacer posible el sueño de Scioli y Milei. El último informe, de la consultora de Orlando J. Ferreres, que hace un seguimiento mensual del nivel de inversión, indicó que en agosto la inversión bruta interna cayó un 25,8% en términos interanuales. Viendo la tendencia, es preocupante.

La alcaldía tendría que tener los recursos necesarios para organizar el Gran Premio en Buenos Aires y la inestabilidad de un contrato a largo plazo con FOM (pueden pedir firmar diez años) debido a la situación económica del país, complican el negocio. Por lo menos, a corto plazo. "Los argentinos volvieron a poner los ojos en la máxima categoría del automovilismo debido al fenómeno". A Scioli no le falta razón.

Gracias a las actuaciones brillantes de Franco Colapinto en sus primeras cuatro carreras, la 'Colapintomanía' es real. Desde su estreno en Monza con Williams, ha estado casi a la par de su compañero Alex Albon. El siguiente paso es tener carrera local aunque habrá que esperar varios años, tal vez para 2027 como pronto. Argentina no tiene F1 desde 1998 y quiere que Colapinto tenga su carrera de casa, para cuando tenga asiento en la máxima categoría.

Las opciones para el año que viene se agotan pero, viendo su potencial, se espera tenga hueco en alguna escudería para 2026. Tendrá que conformarse con ser reserva de Williams el próximo curso si Audi no lo escoge. Para disfrutar de la F1 en Buenos Aires, se puede mirar de reojo la gestión con MotoGP: esta temporada, el Gran Premio en Termas se canceló por falta de inversión, era pública. No obstante, está previsto que vuelva al calendario el próximo año.