Del "ganaremos una carrera", al "año finiquitado": los 63 días que acabaron con las esperanzas de Fernando Alonso
El bicampeón del mundo español se ha visto obligado por las circunstancias a cambiar sus objetivos con Aston Martin.
"Ganaremos una carrera. Fue muy, muy intensa con el comienzo en condiciones de lluvia. El coche volaba hoy, era muy competitivo y muy fácil de conducir". 27 de agosto de 2023. Fernando Alonso acababa de acariciar por segunda vez en esta Fórmula 1 del despegue de Aston Martin la perseguida victoria 33 de su carrera deportiva en el campeonato. Ante el público neerlandés y a la zaga de Max Verstappen. Pero no se dio. Y dos meses después, la recta final de temporada se ha oscurecido para los intereses del español y la victoria parece imposible en alguna de las tres citas que quedan (Interlagos, Las Vegas y Abu Dhabi). ¿Qué ha cambiado desde entonces?
El equipo revelación de la temporada 2023, Aston Martin, se diluyó con la llegada del verano. El GP de Canadá, cuando introdujeron el paquete más grandes de modificaciones de todo el año, fue el sexto podio en las ocho primeras carreras para un Fernando Alonso que ha estado estelar en su 20ª temporada en la categoría. Pero ahí algo cambió.
Fue la última vez que el ritmo por vuelta en carrera del monoplaza verde estuvo a menos de cuatro décimas del más rápido. Esto se debió a que las actualizaciones hicieron cambiar el comportamiento del vehículo de una manera inesperada. A ello se le añadió el cambio de las Pirelli desde el GP de Gran Bretaña, aunque Krack aseguró en el GP de Bélgica (dos carreras después) que señalar a los nuevos neumáticos "sería una excusa fácil; hay una pequeña diferencia, pero se introdujeron por seguridad y es igual para todos".
"Hay una razón por la que al principios de la temporada éramos fuertes en curvas lentas y ahora no tanto. Es la manera en la que hemos evolucionado el coche y es que es un tema muy complejo. Cambias una cosa y al hacerlo nunca se mantiene correcto todo lo demás. Siempre tienes efectos colaterales cuando haces cambios y necesitas sopesar si usas, por ejemplo, una pieza que genera más carga, pero tiene un carácter diferente o viceversa. Creemos que en una o dos situaciones no hemos tomado la decisión correcta", explica Krack.
Aunque Alonso y Aston Martin parecieron revivir en Zandvoort, donde pelearon por la victoria en una resalida final frenética sobre mojado, no han vuelto a estar cerca de subir al podio desde ese 27 de agosto. Y las palabras del asturiano de que estaba convencido de que ganarían una carrera han envejecido mal.
Primero fue Italia, donde las soluciones de Aston Martin no funcionaron y el bicampeón del mundo se quejó de "cero agarre" y "estrés". Logró ser noveno y sumar dos puntos para mantener el tercer puesto del Mundial: "Ferrari pone en Monza todo lo que tienen; a ver si podemos recuperarles en Singapur". Pero llegó la gira asiática y el AMR23 tampoco alzó el vuelo.
En el circuito urbano de Singapur, Alonso tuvo "una carrera para olvidar" y en la que pasaron "demasiadas cosas en una sola carrera". Por primera vez en todo el año se quedó fuera de los puntos (15º) y aseguró: "El coche era muy difícil de pilotar. Necesitamos mirar los detalles de todo. Creo que todos esperábamos un buen fin de semana en Singapur y no ha sido el caso. Así que tal vez en Japón no esperemos magia y nos llevemos una agradable sorpresa. Esperemos eso".
Aunque en Suzuka volvió al top 10 (8º), estuvo lejos de los mejores tras una estrategia complicada, mientras que Stroll sumó su tercer fin de semana sin puntos. "La carrera ha sido buena y mejor de lo esperado, la verdad, teníamos muy buen ritmo y la salida fue muy buena lógicamente, del 10º al 6º, y estaba cómodo en la primera parte de la carrera, por detrás del Ferrari y por delante de Lewis Hamilton, y de repente cuando me llamaron [a boxes], creo que fue demasiado pronto", dijo Alonso entonces.
"Creo que fue para cubrir a Tsunoda e igual hoy nuestra carrera no era con Tsunoda, sino más con los Ferrari y Mercedes, entonces ahí ya nos metimos en una espiral en la que es difícil salir. Creo que hubiésemos podido acabar sextos o séptimos seguro, delante de George Russell, así que ha sido un poco una sorpresa positiva".
En Catar llegó el mejor resultado de las seis últimas carreras, con un sexto que supo a gloria tras las descalificaciones de Hamilton y Leclerc en una carrera de las más duras que se recuerdan. Aun así, el cuarto puesto en clasificación había hecho tener esperanzas de un nuevo podio. "Estábamos siempre entre los cuatro o cinco primeros, así que fue una buena sorpresa. En carrera hemos perdido algún puntillo. Fue una carrera difícil de ejecutar", aseguró.
Pero tras las dos últimas citas, en Austin y México, donde el español se vio obligado a abandonar y el Aston Martin llegó a tener uno de los peores ritmos por vuelta en carrera de la parrilla -lo que les ha hecho perder el cuarto puesto en el Mundial con McLaren-, el discurso dejó de contar con la palabra esperanza en su trasfondo. Alonso arrojó metafóricamente la toalla el pasado fin de semana, pero con un tono positivo al apuntar: "Año más que finiquitado en el sentido de darlo por bueno. Nunca hubiésemos pensado en tener esa cantidad de puntos o estar luchando con Mercedes y Ferrari. Es una autentica locura estar por delante de sus pilotos teniendo un coche que ha hecho seis o siete poles ya [en referencia a Ferrari]".
Aston Martin niega que hayan perdido el rumbo
El equipo británico parece seguir teniendo claro su objetivo para 2024, a pesar de los sinsabores de estos últimos meses. Mike Krack, jefe de la escudería, dejó claro el pasado fin de semana en México que no consideran que hayan perdido el rumbo.
"No nos gusta salir desde el pitlane, pero decidimos hacerlo con Lance para poder entender mejor por qué fuimos menos competitivos de lo que esperábamos ser. Lo hicimos por el interés de avanzar, de tener un AMR24 competitivo [el coche de 2024]. Entiendo que pueda parecer desde fuera que estamos perdidos, pero cuando lo estás, das vueltas sobre ti mismo, pruebas cosas que no son razonables y este no es el caso. Tuvimos reuniones de ingeniería muy bien enfocadas, valoramos qué opciones eran mejores y, aunque queremos competir y no salir desde el pitlane, es muy importante que entendamos lo que descubrimos en los datos. Luego tenemos que tomar decisiones pragmáticas en ocasiones, no es fácil, pero es la mejor forma de avanzar", reflexionó.
"Los coches son complejos e intentas mejorarlos todo el rato. En Austin llevamos novedades que no funcionaron, pero luego en carrera todo funcionó como habíamos esperado que funcionara. Aquí, en cambio, el coche no hacía lo que esperábamos y la mejor solución para entenderlo es volver a algo que conoces y compararlo con lo que desconoces. Ese es el mejor planteamiento".
"Hay que entender que tuvimos tres circuitos muy diferentes y que el coche de Austin, por ejemplo, no funciona tal cual aquí. Vimos a otros sufrir hasta los últimos entrenamientos; no es sencillo entenderlo todo. Pero no tenemos un fallo en el sistema. Simplemente analizamos nuestros datos, intentamos entender en qué áreas tenemos debilidades y tratamos de mejorarlas para avanzar", concluyó. En sus palabras se desliza la complejidad de un deporte como la F1 que algunos quieren comparar con otras disciplinas por equipos.