Los últimos años de Bahamontes en un pueblo de Valladolid con su hija adoptiva: "Mi padre siempre será un campeón"
El legendario ciclista se instaló en 2020 en Villanueva de San Mancio, donde firmó los dos testamentos que han provocado un conflicto legal entre sus herederas.
Federico Martín Bahamontes nació el 9 de julio de 1928 en el pueblo de Val de Santo Domingo, pero fue en Toledo donde el legendario ciclista pasó la mayor parte de su vida. Primero, siendo un niño, transportando frutas y verduras por sus cuestas empedradas; más tarde, convertido en una figura del deporte nacional.
Campeón del Tour en 1959 y considerado como uno de los mejores escaladores de todos los tiempos, el apodado como El Águila de Toledo fundó en 1968 el club ciclista Peña Bahamontes —llegó a competir en las tres grandes— y años más tarde abrió una tienda de bicicletas a escasos metros del Alcázar llamada Deportes Bahamontes. El apego a sus raíces continuó mucho tiempo más, vertebrado en la Vuelta a Toledo que organizaba él mismo cada año, hasta 2016, cuando ya tenía 88 años. En 2018 se inauguró también una escultura en su honor en el Miradero.
A pesar de esa mística especial que le unía con Toledo, Bahamontes pasó los tres últimos años de su vida en un pequeño pueblo de Valladolid llamado Villanueva de San Mancio, en la comarca de Tierra de Campos. Dos años después de la muerte de su mujer (2018), el ciclista hizo las maletas cuando estalló la pandemia de coronavirus, en marzo de 2020, y se mudó al hotel rural La Posada del Canal, donde residió hasta su muerte en agosto de 2023. Ese hotel está regentado por Victoria Sahagún, la hija que adoptó en 2019 —cuando él tenía 91 años y ella, 45— y que se acabó quedando prácticamente con toda la herencia tras cuatro cambios de testamento entre 2017 y 2022.
Las dos hijas biológicas de Bahamontes —que nacieron en 1987 fruto de una relación extramatrimonial del ciclista— han puesto una demanda en un juzgado de Toledo para declarar nulo el proceso de adopción porque entienden que faltaron requisitos legales para aprobarla. Si lo consiguen, tumbarán además los dos últimos testamentos en los que Victoria Sahagún, la adoptada, aparece como heredera universal.
La relación de Bahamontes con su hija adoptada
Victoria Sahagún, que ha sido contactada por Relevo y que no ha contestado ni a los mensajes ni a las llamadas, asegura que conoció a Bahamontes en 1996, que desde entonces mantuvieron una relación "padre-hija" y que vivieron juntos. En la demanda de adopción presentada el 18 de febrero de 2019, queda escrito también que Victoria Sahagún empezó a trabajar con Bahamontes asumiendo funciones de organizadora de eventos deportivos en la Peña Bahamontes.
Sin embargo, todos esos argumentos son desmentidos por Faustino Suárez, la mano derecha de Bahamontes, con el que empezó a trabajar en 1955 en una tienda de alquiler y arreglo de bicicletas. Faustino Suárez, que fue secretario general de la Peña Bahamontes desde 1978 hasta el cese de su actividad en 2018, aseguró en abril de 2024 en un acta de manifestaciones —un documento firmado ante notario y al que ha tenido acceso este periódico— que es "absolutamente falso" que convivieran juntos y que nunca vio a Victoria Sahagún ni en la casa del ciclista ni en Deportes Bahamontes, tienda que estaba justo debajo de la vivienda del ciclista.
La participación de Victoria Sahagún en los eventos de la Peña "no pasó de una discreta intervención como Madrina invitada por el propio Federico o en ocasiones el traslado con su coche de otras azafatas", asegura Faustino Sáez.
Tras instalarse en Villanueva de San Mancio, Bahamontes siguió manteniendo conversaciones telefónicas con su amigo Faustino. Sin embargo, desde abril de 2022, "era imposible hablar ni verle, sino a través de la propia Victoria Sahagún", añade el que fuera la mano derecha del Águila de Toledo.
Cuando se conocieron las hermanas
En tiempo de pandemia, Bahamontes, ya nonagenario, empezó a tener problemas de salud. Las hijas biológicas recuerdan que Sahagún había tomado las riendas de la vida del ciclista y era quien decidía a qué hospital acudía y también la información que proporcionaba a las que, desde unos meses antes, habían pasado a ser sus hermanas.
Recuerdan que Victoria Sahagún aseguraba que le habían llevado al hospital por un tirón en la espalda, pero una llamada a la doctora les llevó a saber que en realidad era un hematoma en el psoas. Fue en el hospital, por aquellas fechas, cuando las hijas biológicas del ciclista supieron, casi por error, que tenían una nueva hermana.
Por el protocolo de aquella época, muy poca gente podía entrar a ver a los enfermos, así que Victoria, en una llamada telefónica, les desaconsejó ir a verle. Ellas, extrañadas, fueron al hospital y pidieron que se borrase el teléfono de la que, según ellas creían, ejercía como cuidadora, entendiendo que las hijas tenían preferencia en el horario de visitas. La doctora les dijo entonces que existía un papel del juzgado que aseguraba que ella también era su hija.
Tanto en el hospital como en un centro de recuperación al que acudió posteriormente se encontraron con problemas para ver a su padre. Federico, según cuentan los informes médicos de la época, tenía importantes problemas de salud, tanto de movilidad como neurológicos, incluyendo en estos un episodio de delirium e incluso un ictus.
La versión de las hijas biológicas
La versión de las hijas biológicas es que Victoria Sahagún manipuló la voluntad de su padre para llevarle a Villanueva de San Mancio y que, una vez allí, continuó con su estrategia hasta que consiguió cambiar por completo el testamento. Si en 2010 las hijas biológicas aparecían como herederas universales y no había rastro de Victoria Sahagún, en 2020, un testamento rubricado ya en Valladolid, la hija adoptada aparece ya como la heredera universal. El último testamento, con fecha del 6 de abril de 2022, se firmó en el hotel rural donde residía Bahamontes ante un notario que se desplazó para tal efecto.
Esgrimen las hijas biológicas que Victoria Sahagún lo único que quería el dinero de su padre, que nunca hubo una relación paterno-filial y que el hecho de que la adoptada se negara a cambiarse los apellidos —algo habitual en el caso de adopciones— demuestra el poco nivel afectivo que tenía con Bahamontes.
En el perfil personal de Victoria Sahagún en Instagram se puede apreciar que la adoptada presumía de la relación que tenía con sus padres y sus hermanos biológicos. En una publicación de julio de 2020, un año después de que se firmara la adopción, subió una galería de fotos en la que aparecía con sus padres y sus hermanos biológicos. "Lo importante... sois vosotros", escribió la adoptada, acompañando el mensaje de etiquetas como familia, mamá, papá o hermanos.
Victoria Sahagún, que se presentó en las últimas elecciones al ayuntamiento de Valladolid en las listas de Vox, mantuvo en los últimos años de Bahamontes un rol protagonista en las apariciones públicas del ciclista. Le acompañaba a muchos actos y recibió a varios periodistas en la Posada del Canal.
"Mi padre siempre será un campeón", dijo Victoria Sahagún, a la que sus allegados llaman Viki, en un artículo publicado en Sport en julio de 2022. "¿Cómo se va a llamar la hija de un campeón? Victoria".
Esta historia fue publicada originalmente el día 26 de octubre de 2024 y ha sido recuperado como una de las más vistas de Relevo.com del último año.