CICLISMO

Lo que el nuevo contrato vitalicio de Van Aert nos cuenta sobre la actual realidad del ciclismo

El astro belga se compromete 'sine die' con Visma | Lease a Bike, en un acuerdo sin precedentes en el máximo nivel del deporte de la bicicleta.

Wout van Aert se anota una etapa del Tour de Francia vestido de amarillo. /ASO / PAULINE BALLET
Wout van Aert se anota una etapa del Tour de Francia vestido de amarillo. ASO / PAULINE BALLET
Fran Reyes

Fran Reyes

"El auténtico amor dura para siempre". Más allá de lo certera o ingenua que nos pueda parecer la frase, es indiscutible que la relación entre Wout van Aert y Visma ha sido muy fructífera. Desde que llegara a las 'avispas' en 2019 después de una encarnizada batalla judicial con Nick Nuyens, ganador de un Tour de Flandes y dueño del equipo con el cual pasó a profesionales, el crack de Herentals ha anotado nada menos que 42 victorias en la carretera y otras 37 en ciclocross. Nueve etapas en el Tour, tres en La Vuelta, una Milán-San Remo, una Strade Bianche… Una larga lista de éxitos que se completaría con dos Monumentos (Flandes y Roubaix), un parcial en el Giro (que esta primavera se perdió por lesión) y un maillot arcoíris que no llegará este año por su desgraciada caída en Asturias.

Por lo exitoso de la unión, no es ninguna sorpresa que Van Aert y Visma la prolonguen. Los elogios del mánager general de la escuadra, Richard Plugge, son meridianos: "Es un líder y un hombre de equipo"; "hace mejores a sus compañeros"; "representa a la perfección nuestra mentalidad". Lo que sí ha sorprendido es la duración de su renovación: "hasta la eternidad". No por su valía sino porque es algo que no se estila en el deporte… y especialmente en el ciclismo, donde estos compromisos 'sine die' sólo habían sucedido de forma tácita.

Siempre dependiente de los acuerdos de patrocinio, el ciclismo de carretera no ha sido nunca un entorno estable. Los contratos se solían firmar a uno, dos o como mucho tres años vista: los mismos que el patrocinador principal tuviera suscritos con el equipo. Sin embargo, esto ha cambiado. Ahora los patrocinadores son propietarios de los equipos, como ocurre en el caso de Red Bull-Bora-Hansgrohe, Ineos Grenadiers o Decathlon-Ag2r La Mondiale; o están comprometidos a largo plazo, como sucede con Alpecin-Deceuninck, Soudal-Quick Step o el propio Visma.

La estabilidad societaria se suma con un modelo deportivo que garantiza una amplia exposición publicitaria a los 18 equipos UCI WorldTour, clase noble del ciclismo de carretera masculino: al estar garantizados tres años de presencia en las grandes vueltas y las mejores clásicas, hay un valor seguro que vender a los patrocinadores. No en vano, el próximo será el cuarto invierno consecutivo sin que desaparezca ninguna escuadra de máxima categoría. Es más: en la inferior, la ProTeam, sobreviven proyectos de largo aliento como Lotto, Israel o TotalEnergies, y crecen otros como Tudor, Q36.5 o Uno-X.

A nivel contractual, es mejor momento que nunca para ser un ciclista de primer nivel. No sólo están creciendo los salarios (un 16% de media en cuatro años, según informes internos): también la duración de los contratos. El mexicano Isaac del Toro está atado con UAE Team Emirates hasta 2029; por su parte, Biniam Girmay (Intermarché-Wanty), Juan Ayuso (UAE Team Emirates) o Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck) saben en qué equipo van a correr las próximas cuatro campañas. También talentos que todavía no han llegado al profesionalismo como Léo Bisiaux (Decathlon-Ag2r La Mondiale) ó Héctor Álvarez y Albert Withen Philipsen (Lidl-Trek).

Entre los 'big six', grupo de grandes estrellas del ciclismo mundial al que pertenece el vitalicio Van Aert, Jonas Vingegaard (Visma | Lease a Bike) y Mathieu Van der Poel (Alpecin-Deceuninck) están comprometidos con sus equipos hasta 2028. UAE Team Emirates ya trabaja con el entorno de Tadej Pogačar para extender su vínculo más allá de 2027; Remco Evenepoel verá expirar su contrato con Soudal-Quick Step un año antes, y Primoz Roglic (Red Bull-Bora-Hansgrohe) será libre ya el próximo invierno.

Un efecto colateral de la estabilidad y el poderío económico de las grandes estructuras es el nacimiento y consolidación de un auténtico mercado de fichajes en el ciclismo. Donde antes se esperaba al final del contrato para fichar a un corredor, ahora se pagan traspasos. Dependiendo del contrato y de la jurisdicción que afecte a los equipos, el montante viene fijado por una cláusula de rescisión; por un 'buyout' (liquidación del importe restante del contrato)... o, como toda la vida, por una negociación en que los representantes suelen ejercer de tahúres.