Liane Lippert, la G36 de Movistar Team llamada a recoger el testigo de Van Vleuten
La ciclista alemana es el fichaje de mayor calado del conjunto telefónico, que confía en que su crecimiento le llevará a liderar su equipo femenino más pronto que tarde.
Que todas las personas que existen sobre la faz de la tierra guardan en su interior y su pasado sorpresas y matices inimaginables lo han escrito, retratado y cantado miles de artistas a lo largo de la historia; los periodistas, en las entrevistas, nos limitamos a comprobarlo. En este caso, no esperaba que Liane Lippert (1998, Friedrichshafen – Alemania), nueva ciclista del Movistar Team femenino, me contara que había pasado por el ejército.
"No es algo extraño en Alemania", se apresuró a puntualizar con una sonrisa. "Una vez formas parte de la selección nacional de cualquier deporte, tienes la opción de integrarte en el ejército o en un cuerpo de policía". Un mecanismo del Estado para apoyar al deportista y ofrecerle una salida profesional cuando cese de competir. "Muchos ciclistas lo hacen". John Degenkolb es, en efecto, policía de formación; y Marcel Kittel, militar.
"Yo hice seis semanas de formación en las que aprendí todo lo necesario para ser soldado y fue una gran experiencia de vida". ¿Llegaste a disparar un arma? "Sí, ¡y es más difícil de lo que parece! Especialmente en las pistolas, que el gatillo está bastante duro". Conversamos sobre accionar el martillo, sobre ganar fuerza en los dedos, sobre empuñar el revólver. "Y también he disparado con fusil de asalto", explica Lippert extendiendo los brazos para señalar entre sus manos una envergadura más allá del medio metro. "G36, se llamaba". Guau. "Sí, ¡puedo ser muy peligrosa!"
«No creíamos que una mujer pudiera ganarse la vida con la bicicleta»
Hay ciclistas que llegan a profesionales por su amor al ciclismo, deporte que ven en casa desde que adquieren uso de razón, y otros que lo hacen por su amor a la bicicleta, el objeto que les hace sentir libres y felices. Liane Lippert pertenece al segundo grupo. "De hecho, jamás pensé en llegar a ser ciclista profesional", afirma. "Empecé a montar en bici de carretera con mi padre cuando tenía 8 años, pero apenas veía ciclismo de pequeña. Ponían el Tour de Francia en la tele, pero al no haber mujeres no me interesaba. Me suelen preguntar quién era mi ídolo deportivo, o si hubo algún referente cuyos pasos siguiera, y lo cierto es que esa figura no existió. Yo sólo vivía mi vida y hacía las cosas normales que hace una chica de 10, 14 o 16 años".
"Ni mi padre ni yo creíamos que una mujer pudiera ganarse la vida con la bicicleta", evoca. "Fue en juveniles de segundo año, un poco más tarde que otras profesionales, cuando el ciclismo se convirtió en mi vida. La temporada anterior había visto que tenía cierto potencial y que, dado que el ciclismo femenino estaba creciendo, podía llegar a algo si me concentraba en este deporte. Me compré un potenciómetro para entrenar mejor, empecé a fijarme en qué comía y me tomé las carreras más en serio".
If you aren't already following @LianeLippert's career, you should be. She's had a breakout year and only seems to be getting stronger. Here's @TourDeJose with a great feature article on the 22-year-old German: https://t.co/dnhxO2aEXC @TeamSunweb pic.twitter.com/Eu1hETbLUq
— CyclingTips (@cyclingtips) October 15, 2020
Acabó siendo campeona de Europa juvenil y fichando por el equipo DSM. "Me cuidaron mucho y me pararon los pies para que no entrenara ni compitiera de más. Supieron ver que era muy pequeña, que mi cuerpo todavía se estaba desarrollando". Fue así que Liane Lippert se hizo profesional, para orgullo de toda su familia, y muy buena, para disfrute de los aficionados. Es la séptima mejor del mundo según el ránking UCI y una habitual de los puestos de honor en el Women's WorldTour. Sólo en 2022 fue capaz de subir al podio de la Amstel Gold Race (3ª) y la Vuelta a Escandinavia (2ª), amén de frisar el cajón en la Ceratizit Challenge by La Vuelta (4ª), el Tour de Romandía (4ª) y la Itzulia Women (6ª). Todo ello con un estilo de competición valiente cuya marca de la casa son los demarrajes, potentes, cuesta arriba.
«Para ganar más, sólo me falta que encajen todas las piezas del puzzle»
El contrato de Lippert con DSM cesaba en diciembre de 2022 y el pelotón lo sabía. "Muchos equipos quisieron ficharme", señala orgullosa, "pero desde el principio me incliné por Movistar Team. Me demostraron que tenían un plan para mí, que creían en mi potencial y que querían hacerme mejor ciclista". En la nota de prensa que anunció su fichaje, el mánager de la versión femenina del conjunto telefónico, Sebastián Unzué, señaló que ella era "una corredora llamada a liderar una vez que Annemiek [van Vleuten] concluya su trayectoria". Y es que la leyenda neerlandesa, ganadora de las tres 'grandes' y vigente campeona del mundo, prevé retirarse a finales de esta temporada. "Quiero aprender todo lo que pueda de ella", refrenda nuestra protagonista, "pero no que vaya a coger su testigo, porque Van Vleuten sólo hay una en el mundo y yo soy una ciclista diferente".
Hoy por hoy, Lippert se considera "puncheur"; esto es, una ciclista con chispa, capaz de imponerse cuesta arriba. "Formo parte de esa nueva generación de jóvenes talentos que está progresando y aprovechando el hueco que dejan las corredoras que se han retirado o se van a retirar pronto. Y quiero mejorar como escaladora y con el tiempo apuntar a las vueltas por etapas". Algo que ya ha hecho, pese a que sólo ha ganado una ronda (la Vuelta a Bélgica de 2019).
"¿Qué me falta para conseguir victorias? Buena pregunta. Con mis cualidades, debería ganar muchas carreras. Pero siempre hay alguien más rápida que yo o alguien que se escapa o que no me deja escaparme o que no colabora conmigo tal y como pasó en el último Mundial". Aquel día, Lippert era parte del cuarteto cabecero que acabó atrapado en el último kilómetro para regocijo de Van Vleuten, que remachó desde atrás. "Sólo me falta que encajen todas las piezas del puzzle y espero que eso pase aquí en Movistar".
Para esta temporada, Lippert espera "empezar fuerte", "hacerlo muy bien en las clásicas de las Ardenas" y "ganar una gran carrera". La campeona nacional alemana se está integrando bien en el equipo, "pese a no hablar bien español", con ayuda de su colega Floortje Mackaij, que también ha mudado este invierno los colores de DSM por los del conjunto telefónico, y la misma Van Vleuten. "Somos buenos fichajes para ella porque, aunque se basta y se sobra sola para ganar cualquier carrera, le podremos acompañar en la parte final de las clásicas. Espero ser clave para que podamos hacer juego táctico en las mejores carreras del mundo. Ése es nuestro objetivo, ¡y los demás equipos del mundo deben tenernos miedo!" Especialmente cuando lean que sabes usar el G36. "¡Exacto!", ríe. "No se atreverán a tocarnos la moral".