La intrahistoria del PDF sobre dopaje que hace temblar al ciclismo español

Se envió el jueves 7 de septiembre, al filo de la medianoche. Ese día, la Vuelta a España había vivido una de sus etapas más sencillas en Zaragoza, con desenlace al sprint. A muchos les latió el corazón más rápido al abrir el correo que a sus ciclistas durante la carrera. Desde una dirección del servidor Outlook.es, identificada como "doping teams", llegaba un PDF de 23 páginas llamado "team organized doping". Entre los destinatarios: federaciones nacionales e internacionales; la organización de La Vuelta; autoridades antidopaje; y toda la lista de difusión de la asociación internacional de equipos, en la cual figuran los máximos responsables de las escuadras de primera y segunda división y, con ello, los 22 equipos participantes en La Vuelta.

El documento, en sí, es un facsímil chapucero en el cual se reproducen fragmentos de conversaciones de Whatsapp, tanto en texto como en audio, desordenados cronológicamente. Versan sobre preparación física, sustancias químicas y negocios turbios, llegándose a leer URLs donde adquirir productos prohibidos y cantidades a liquidar. Pintan una imagen antigua, oscura y hedionda de las tramoyas del deporte profesional. Entristecen. ¿Son reales? ¿Son legítimos? Este jueves, El País ha confirmado lo que todos sospechaban: que pertenecen al sumario de la Operación Ilex.

La Operación Ilex es un trabajo de la Guardia Civil que investiga una presunta red de tráfico de productos dopantes articulada por Marcos Maynar, profesor en la Universidad de Extremadura y médico deportivo de larga y controvertida trayectoria, procesado varias veces tanto por las autoridades deportivas como penales. Por ejemplo: fue suspendido diez años (entre octubre de 2009 y octubre de 2019) por la Federación Portuguesa de Ciclismo por prescribir "sustancias para mejorar el rendimiento de forma ilegal" a los ciclistas del equipo en el que trabajaba, LA-MSS.

Estar conectado con Maynar costó a 'Superman' López su trabajo en el equipo Astana en diciembre de 2022. El colombiano fue suspendido el pasado 25 de julio a raíz de que la Guardia Civil y la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD) facilitaran a la Unión Ciclista Internacional (UCI) una serie de documentos que establecían un posible "uso y posesión de una sustancia prohibida" en vísperas del Giro de Italia 2022.

Cuando pasó el primer temblor, llegaron las preguntas. Por ejemplo: ¿quién era la persona detrás de "doping teams"? Medios como AS recibieron el documento físicamente el 22 de agosto, cuatro días antes del arranque de La Vuelta en Barcelona, con matasellos de Vitoria. Según El País, "los primeros informes policiales" apuntan a "un dirigente de un equipo descontento por no participar en la Vuelta". Entre los receptores del dichoso correo del 7 de septiembre, hubo quien optó por borrar; hubo quien optó por guardar; y hubo quien lo reenvió inmediatamente a colegas, conocidos y miembros de su cuerpo técnico, extendiendo la mancha, la duda y los comentarios.

Respecto al contenido del documento en sí, las conversaciones deslavazadas y descontextualizadas apuntan que el mánager de Caja Rural-Seguros RGA, Juanma Hernández, habría considerado contratar a Maynar y sus colaboradores para que se encargaran de la preparación física del equipo de cara a la temporada 2022. También que fue el médico del equipo quien se habría opuesto frontalmente, frustrando la asociación. "Cuando le ha comentado eso al médico, que va a haber una colaboración con la Universidad de Cáceres (sic), él ha dicho que se va del equipo". No obstante, se encontró un vacío para llevarla a cabo: "Que se traigan a los ciclistas sin que se entere el médico y nosotros hacemos nuestro trabajo".

Esta forma de actuar fue, por desgracia, un 'modus operandi' habitual en el ciclismo más sucio, aquel que reventó entre el 'Caso Festina' (1998) y la defenestración de Lance Armstrong (2013), y que posteriormente ha continuado supurando en la Operación Aderlass (2019) o la propia Ilex. La persona que, desde una posición de poder, incita a su deportista a hacer trampa; que le lleva a la puerta de la clínica, pero no entra con él a la consulta; que se pone una conveniente venda a los ojos aludiendo a la imposibilidad de saber qué pasa en la habitación de su pupilo.

"Nadie tiene que mirar ni ver nada de lo que nosotros hacemos". "Esto va totalmente al margen del equipo". "No le digas a nadie del equipo nada de lo que yo te mande". Con esas precauciones se maneja el cerebro de la trama a la hora de prescribir, según el documento. "Nadie sabe con quién estoy trabajando, menos voy a decir lo que estoy tomando", le reconforta uno de sus clientes, a quien también podríamos definir como cobaya o víctima.

Puesto en un brete por la filtración y su publicación dos meses después en El País, Caja Rural-Seguros RGA ha reaccionado mediante un comunicado: "El equipo fue víctima de una difusión parcial, sesgada y descontextualizada […] amparada en el anonimato con el único objetivo de perjudicar al equipo y sus componentes". Es por ello que ha procedido a denunciar los hechos ante la Guardia Civil, sin poder acusar a una persona concreta de los mismos puesto que desconoce quién es.

El "ánimo de dañar la reputación de este equipo" es obvio, y execrable; que se ha conseguido es palpable. Orluis Aular, cuyo nombre figura en el documento 'team organized doping', se retiró de La Vuelta por "indisposición" al día siguiente de que el correo cayera como una bomba en los buzones del mundillo. Una semana antes se había quedado a centímetros de alzar los brazos en Oliva. Tres semanas después ganaba una etapa y la general de la Vuelta a Croacia (conocida como CRO Race), para estupefacción de todos los rivales que habían leído el PDF de marras.

De los otros tres miembros del conjunto navarro aludidos en el documento, dos han vivido un par de temporadas pésimas y el tercero ni siquiera es ciclista ya. Si efectivamente sucumbieron a la tentación de la trampa, han comprobado de primera mano que el dopaje, lejos de ser la pócima de Astérix, es una moneda al aire de consecuencias imprevisibles. De hecho, el proceso que acabó con Maynar suspendido por diez años fue incoado a raíz de la muerte de un ciclista de LA-MSS por un paro cardíaco en plena carrera. Cuando uno juega al Quiminova con su propio cuerpo, una posible suspensión por dopaje no es la única razón para temblar.