El hermanastro de Kristoff priva a Héctor Álvarez de una victoria histórica

La categoría juvenil es la más honesta de un deporte de por sí despiadadamente sincero como es el ciclismo. La bisoñez provoca que se compita a calzón quitado, sin reservas, en una contienda donde siempre se acaba por imponer el más fuerte. Así, no es sorpresa que quienes se jugaran el Campeonato de Europa en línea fueran el francés Paul Seixas, el noruego Felix Ørn-Kristoff y el español Héctor Álvarez en un sprint a tres después de rodar juntos, en cabeza, durante los 50 últimos kilómetros de la carrera tras marcharse del furioso pelotón principal en un ondulado tramo de pavé, típico de la región de Flandes.

Paul Seixas es la gran promesa del ciclismo francés. Alto y muy delgado, carente todavía del estirón a lo ancho que le proporcionará el fin de la pubertad, es el mejor escalador del panorama juvenil y campeón nacional de contrarreloj, amén de bronce europeo. Formado en la estructura de Decathlon-Ag2r La Mondiale, que ve en él a un potencial ganador de grandes vueltas, recientemente atrajo la especulación por unas declaraciones donde dejaba abierta la posibilidad de cambiar de equipo para saltar a profesionales. Sería el típico robo de talento en categorías inferiores que, por desgracia, se estila en el ciclismo.

Felix Ørn-Kristoff lleva el ciclismo en la sangre. No en vano, es fruto de la unión de la madre del todavía activo pero ya legendario corredor noruego Alexander Kristoff, velocista y clasicómano de quilates que apura su vida deportiva en Uno-X, con el preparador físico del propio Kristoff, Stein Ørn. Poderoso y rápido como su hermanastro, no compartirá equipo con él en su paso a profesionales: ha firmado por Intermarché-Wanty, que le tendrá una temporada en el filial antes de dar el salto al UCI WorldTour en 2026.

Héctor Álvarez no necesita presentación para los lectores de Relevo. Es, por resultados, el mejor juvenil de la historia del ciclismo español: supera holgadamente la quincena victorias en esta temporada de carretera, muchas de nivel internacional, y también se ha versado en la pista, donde llegó a ser campeón europeo de Ómnium, la modalidad reina. Rodador con ambición de clasicómano, el talento de Benidorm está llamado a forjarse para la élite en la escuela de Lidl-Trek junto a los técnicos vascos Markel Irízar y Josu Larrazábal.

A diferencia de lo que ocurría en el pasado, cuando sólo los grandes campeonatos cruzaban a lo mejor de cada casa, la tecnificación temprana ha provocado que surja toda una escena mundial de ciclismo juvenil con unos 60 días de competición donde se miden los mejores semana sí semana no. De ahí se sabía que el ligero Seixas no tenía opción al sprint, y que Ørn-Kristoff era un punto más rápido que Álvarez. Efectivamente, el noruego se impuso por fuerza bruta al español, que recogió una medalla de plata histórica en sí misma.

Siempre tachada de sufrir y guarecer la maduración lenta frente al rápido desarrollo de los países del centro y el norte de Europa, la base española ha tocado muy pocos metales. De hecho, ésta es sólo la segunda vez que un rojigualda sube al podio de un Campeonato de Europa juvenil: antes lo consiguió Carlos Rodríguez, bronce en 2018 mientras arrasaba Remco Evenepoel. En los Mundiales, el oro y el bronce de Miguel Morrás y Eladio Jimenez en Quito 1994 son un singular precedente al que Héctor Álvarez y su quinta, que incluye a aquel Adrià Pericas que seguía los acelerones de Mathieu van der Poel entrenando en Glasgow, tratarán de dar continuidad dentro apenas un par de semanas en los Campeonatos del Mundo de Zúrich 2024.