Jennifer Miranda y el combate de toda una vida tras una carrera forjada entre las sombras: "Yo ya he ganado"
La boxeadora española atiende a Relevo antes de marcharse a Estados Unidos para preparar el combate ante Alycia 'The Bomb' Baumgardner.

En uno de los gimnasios de The Boxer Club, ubicado en un rincón de la calle madrileña Príncipe de Vergara, Jennifer Miranda (Cádiz, 1986) trabaja en silencio mientras visualiza su entrada en el olimpo del boxeo el próximo 11 de julio. A sus 38 años, la gaditana sabe que está ante la oportunidad de su vida, una que se ha labrado a base de derribar murallas, deslumbrar entre las sombras y seguir buscando oportunidades cuando las puertas que tocaba no paraban de cerrarse.
En algo más de dos meses, el mundo pondrá sus ojos sobre ella en el Madison Square Garden, 'La Meca' del boxeo, donde formará parte de la mejor cartelera femenina de la historia y se enfrentará a Alycia 'The Bomb' Baumgardner, campeona indiscutida del peso superpluma. En juego habrá ni más ni menos que cuatro cinturones mundiales (WBC, WBA, IBF y WBO) y la posibilidad de que 'La Tormenta' pase a ser eterna delante de las cámaras de Netflix, curiosamente la plataforma que sirvió para popularizar todavía más su figura tras interpretar a Arantxa Arteche en La Casa de Papel.
Consciente de que ya es la gran referencia del boxeo femenino español, papel que abandera con autoridad tras un récord de 12-0 que habla por sí solo, Jennifer Miranda atiende a Relevo justo antes de marcharse de 'campamento' a Estados Unidos para preparar el combate que lleva toda una vida persiguiendo y ahora llega en el momento apropiado.
¿Cómo te encuentras a poco más de dos meses para el combate?
Muy focalizada. Las semanas posteriores a que se anunciara el combate de forma oficial tocó asimilarlo todo porque era lo máximo que podíamos soñar: la cartelera, el rival, el lugar… Pero ahora ya llevamos un tiempo a full, sabiendo a lo que nos enfrentamos el próximo 11 de julio. Estamos entrenando a tope, con todo el equipo alrededor poniendo su 100% y yo también, como siempre.
¿Cómo viviste el apagón? ¿Te llevas algún aprendizaje de esa situación?
Me pilló haciendo un entrenamiento mind studio, pero sin más. Se fue la luz y seguimos con el día a día. Estuvimos entrenando con las luces de emergencia encendidas y ya después pasé la tarde en casa.
Creo que nos recordó a lo que pasamos durante la pandemia. Volvimos un poco a lo que era la vida hace muchos años, sin tanta tecnología. Creo que es lo que todos sentimos, que nos acercamos unos a otros mucho más… tal y como si volviésemos años atrás.
Álvaro Carrera escribió en un artículo para Relevo que “en tu hoja de combate hay precisión, frialdad táctica y una calma peligrosa”, que no eres “una boxeadora nacida bajo el foco, sino forjada en la paciencia y en la espera”. Es una gran definición de tu carrera deportiva...
La verdad es que felicité a Álvaro por el texto. Es un amigo, llevo viviendo toda mi carrera deportiva con él al lado y en ese artículo que hizo fue increíble cómo describió todo.
Detrás de mi carrera hay mucho trabajo, también los pocos medios que tiene el boxeo… y un sueño siempre por crecer, por llegar más y más lejos sin saber hasta dónde, porque realmente no hay referentes como para saberlo. Ha sido así durante muchos años con mucho esfuerzo, creyendo en mi equipo y en mí misma, pensando que podíamos dar siempre un poquito más sin saber lo que podía venir. Ni siquiera me creo que hayamos conseguido esto ahora.
Dijiste en una entrevista con RTVE que “lo más bonito es en quién te conviertes cuando llevas mucho tiempo siendo boxeadora”. ¿En quién se ha convertido Jennifer Miranda?
Qué bonito eso porque como muchas veces no llegas hasta lo más alto, te tienes que quedar con lo que te llevas del deporte. El boxeo te da mucha fuerza, a mí me cambió como persona. Te da mucha seguridad porque sabes el esfuerzo que hay detrás y te hace superarte en todos los sentidos. Tienes que ser una deportista muy completa tanto física como mentalmente, y cuando te sacrificas y creces tanto internamente, eso te cambia. Pasas a ser más fuerte, a saber en lo que tienes que centrar más esfuerzos y en lo que no, no pierdes el tiempo… vas mejorando mucho tu persona y eso te afecta en el día a día porque la vida trae muchos momentos duros y también te enseña a afrontarlos. Cuando ves que el boxeo te está preparando, que te divierte y te hace crecer tanto, al final solo queda darle las gracias al propio deporte.
Antes de enfrentarte y vencer a Iara Altamirano en enero para hacerte con el Mundial WBA Interino del peso pluma decías que estabas en tu mejor momento, “preparada para ganar a cualquiera y para lo que venga”. ¿En qué momento te encuentras ahora?
Pues justo en el que tengo que estar. Otras veces nos habían llegado ofertas que no habíamos cogido porque no era el momento para hacerlo. Ha sido todo un proceso. Gracias a sponsors que vinieron de fuera pude dedicarme a full al boxeo y eso hizo que mi nivel mejorase. Yo sé cuándo estoy al nivel de las números uno.
Después de haber hecho varios campamentos en Estados Unidos, de tanta trayectoria… ahora sí puedo decir que estoy lista. Físicamente lo he estado siempre porque no he parado, mentalmente estoy mejor y sigo aprendiendo cómo preparar la cabecita. Además, el equipo que está a mi alrededor se va haciendo más grande gracias a las posibilidades que vamos teniendo y eso evidentemente hace que una esté mejor preparada. Creo que es el mejor momento, el combate ha llegado cuando tenía que llegar.
¿Cómo se prepara un combate tan importante? ¿En qué fase del entrenamiento te encuentras ahora mismo?
Tienes que estar al 100% física y mentalmente. Eso se trabaja todos los días por igual. Al tener que pelear en Nueva York, ahora nos vamos dos meses a preparar el campamento en Estados Unidos. Ese es el cambio más grande porque tengo que trasladarlo todo allí para ir haciéndome a lo que me viene (se ríe).
Quiero prepararme allí con tiempo, estar con las personas con las que he estado en otros campamentos haciendo sparring y con mi entrenador. Necesito ese ambiente y verme ya en situación.
Si te digo el nombre de Alycia Baumgardner, ¿qué se te pasa por la cabeza?
Que es mi próxima rival, a la que tengo que ganar ahora y que tiene todos los cinturones. Es una persona que está en el top, es un reto para mí y no pienso mucho más sobre ella, la verdad. Solo analizo cómo boxea, sus puntos fuertes y los que no lo son tanto para poder entrenar con ella en mente en ese sentido. En lo que vea que falla, yo voy a ir por ahí… Pienso en ella lo justo.
Pones más el foco en lo que puedas hacer tú para ganar el combate que en lo que vaya a hacer ella para intentar derrotarte...
Totalmente, siempre. En mí y en que ese día salga el trabajo que llevo toda mi vida haciendo, no solo estos dos meses y medio. Ella simplemente es la persona a la que me voy a enfrentar, a la que voy a tener delante y que ahora mismo tiene los cinturones.
Os estuvisteis mirando a los ojos en la presentación oficial del combate hace unas semanas. ¿Cómo fue ese momento y qué pensaste cuando la tuviste a un palmo de ti?
Pensé en lo bonito que era el momento que estaba viviendo; el verme ahí, que hasta ahora siempre lo había visto por la tele desde mi casa (se ríe). Estaba asimilándolo y disfrutándolo con mi entrenador Javi Pardo y mi manager Sergio Pérez.
Sentía que no podía salir nada malo de ahí, era todo muy bonito: el fichaje por Most Valuable Promotions, el respeto con el que me trataron en el evento, mi vuelta a Netflix, el hecho de ver a tantas mujeres felices por la oportunidad que se nos está dando… ¡es que es la mejor cartelera femenina que ha habido hasta ahora en el Madison Square Garden!
Yo decía: "Esto es maravilloso". Lo estábamos disfrutando mucho. Y ella [Alycia Baumgardner] también, era un momento bonito. Toda mujer está feliz por lo que estamos viviendo en el boxeo. Y formar parte de ello es un regalo, no se puede vivir de otra forma.
El día antes del combate, en el face to face, será muy diferente porque ya estás muy cerca de la pelea. Será distinto, seguro. Al menos por mi parte y seguro que por la suya también porque sé que es brava y va a salir lo que cada una tiene dentro.
¿Cómo definirías a tu rival sobre el cuadrilátero?
Me gusta mucho cómo boxea, lo hace muy bien. Es fuerte, rápida, inteligente, muy 'americana' boxeando… Es un reto bueno (se ríe).
Cuando tienes una rival completa delante, saca lo mejor de tí. Eso siempre me ha pasado. Por ejemplo ante Katie Taylor, que yo era muy nuevita y recuerdo estar empezando, hice un combate que nadie esperaba. Sé que eso ocurre porque te hace estar con todas las capacidades al 100%. Eso es guay y después te sientes orgullosa de lo que pase.
En un spot con MVP, tu rival dijo que afronta esta pela “como si no hubiese comido en 30 días, con mucha hambre e intención de devorar su comida”. ¿Algo que decir al respecto?
(Se ríe) Nada, sin más. Es parte del show.
¿Por qué has decidido subir de categoría del peso pluma al superpluma para este combate?
Por la oportunidad que supone. Además, me viene muy bien porque normalmente no tengo problema para bajar hasta los 57 kilos pero evidentemente estoy un poquito menos fuerte. El superpluma es el peso perfecto para mí, no supone subir muchísimo, no me hace ningún tipo de diferencia. Al revés, voy a estar más fuerte.
11 de julio de 2025. El Madison Square Garden a reventar, una cartelera para la historia... ¿Cómo imaginas ese día en tu cabeza?
Lo he estado visualizando. Cuando estuve allí en la presentación del combate, me paré delante y me emocioné. Recuerdo que tenía a mi entrenador delante y le dije: "¡Buah! ¡Lo que hemos conseguido!".
Ese día estaré concentrada en el combate pero lo voy a vivir feliz, hay que disfrutar todo lo que se está consiguiendo, no hay otra forma. Va a ser maravilloso, ya no solo por mí sino porque sé que todo mi país va a disfrutar y estará viviendo conmigo esa ilusión de poder ganar, de poder hacer historia de nuevo. Esa es la felicidad más grande: que tu equipo tenga un referente, que tu equipo vea que se puede, que tu país… (se emociona) ese día esté contigo… Es maravilloso.
En una de tus últimas publicaciones en Instagram escribiste que este combate es “Por todos los que alguna vez soñaron en silencio. Por las mujeres que vienen detrás. Por mi gente, por mi país. Y por esa niña que un día se puso los guantes por primera vez sin saber que un día llegó aquí pero que siempre se vio capaz de todo”. Es difícil reflejar más emociones en unas líneas...
(Resopla emocionada) Es que es muy fuerte. No es lo normal empezar con 23 años, con esa edad hay boxeadoras que están ganando mundiales y yo estaba aprendiendo el uno-dos y no me salía (se ríe). Lo hacía muy torpe, me molestaban los golpes y yo decía: "Uy, esto es muy difícil".
En ese momento ya era imposible ganar un Campeonato de España o una pelea fuera del país. Me lo decían en el equipo cuando entré, que las chicas era imposible que ganaran un combate en el extranjero. Ha sido una constante de romper barreras, de romper imposibles yo misma sin tener a nadie en quien fijarse para decir: "¡Voy a hacer lo mismo, la voy a copiar!".
Tú solita tienes que tener la fuerza de decir: "Bueno, si esto no funciona, pues ya me invento otra cosa". Imagínate qué difícil. Yo creía que mi cabecita no funcionaba y decía: "¿Qué hago? Venga, un Máster de coaching". Y me funcionó. Y si ahora el boxeo no va, porque me estaba lesionando, "¿qué hago?". Y me puse a estudiar una carrera por su acaso. Así todo el tiempo, creando oportunidades e intentando solucionar todo yo misma, con los problemas y dificultades que te ponen alrededor.
A mí me llegaron a decir muy al principio de mi carrera: "Tú no estás aquí para estudiar, sino para sacar medallas", y yo estaba escondida estudiando. He tenido que pelear mucho por cosas que pensaba que eran las correctas para poder seguir creciendo no solo en el deporte, sino en mi vida para poder seguir boxeando. Creo que eso ha sido lo más difícil, el no saber si todo eso serviría de algo.
Por ejemplo, lo de ser actriz salió y sabía que tenía que abrir puertas; crear oportunidades. El objetivo final es continuar, porque tú sabes que si lo dejas, ahí ya no lo vas a conseguir. A lo mejor nunca se consigue, pero si lo dejas seguro que no.
El reto es ver quién consigue aguantar el tiempo que sea necesario para intentar llegar. Por ejemplo, cuando me rompí la rodilla justo antes de los Juegos Olímpicos yo decía: "Venga, voy a estudiar mientras me curo". El boxeo era como la zanahoria dorada, que yo le digo. Hacía cositas y truquitos para poder engañar a la mente y luego seguir otra vez, porque es muy duro este deporte. Fíjate lo que ha costado y el tiempo que ha llevado estar aquí ahora.
Después de todo ese esfuerzo... ¿Se puede decir que el del próximo 11 de julio es el combate de toda una vida?
Es el combate, la situación, el momento… es el 'todo' de mi vida. Me decían: "Tienes que ganar. Y si ganas, y si tal…", y yo decía: "No. Os estáis equivocando, yo ya he ganado".
Por supuesto que voy a ir a ganar y a seguir haciendo historia, pero soy la primera española que va a ir al Madison, me siento muy orgullosa de llevar a mi país a ese cartel. He ganado. Mi equipo ha ganado, ¡nuestro equipito! Que éramos dos personas, después con mi mánager tres… Que hayamos conseguido esto… Hemos ganado todos. ¡Y lo que viene!
También estoy súper orgullosa de que ahora mis compañeros y compañeras que están luchando por sus sueños sepan que hay una posibilidad de llegar. Eso me hace pensar que ya he ganado, porque dejas algo, ayudas a la gente y tu vida tiene un significado. Para mí eso es la felicidad completa. Ahora vamos a completarla.
¿Qué se siente al ser una referente para toda la gente que boxea en España?
Mucha fuerza. Recuerdo cuando una chica que está ahora en el equipo nacional me dijo: "Me he metido a estudiar la carrera de Ciencias del Deporte porque tú lo hiciste". Siempre he dicho que se puede estudiar y estar al mismo tiempo entrenando y compitiendo a un alto nivel. Aunque no era lo normal en el boxeo, yo quería hacer ver que era importantísimo. Mi padre me enseñó que es muy difícil vivir del deporte y que había que formarse siempre. Es muy necesario crecer por ese lado para abrir puertas. Entonces quise dar ese mensaje con mi ejemplo.
Es muy duro, no voy a decir que no, pero se puede. Cuando esa chica me dijo eso, me sentí tan feliz que dije: "Qué bien, está sirviendo como ejemplo lo que estoy haciendo con mi vida". Intento hacer todo lo posible para ser una referente y mandar el mensaje de que hay que trabajar muy duro, ser buena persona, humilde y trabajadora sin pisar a nadie pero eso sí: con mucha fuerza interna, ganas de mejorar y superarse. No es fácil pero es posible. El mensaje es ir a por ello con corazón.
Te pongo en situación: termina el combate, las dos boxeadoras estáis esperando el veredicto y el juez levanta tu brazo para nombrarte campeona de cuatro cinturones mundiales. ¿Lo has visualizado?
Me lo imagino todos los días. Lo primero que haré yo creo que será llorar, porque soy muy llorona (se ríe), y luego abrazar a mi gente. Y ya está, hasta ahí llega mi sueño. Hasta el momento de disfrutarlo, de abrazar a mi equipo y pensar: "Hicimos historia en mi país". El resto… lo que venga, será bonito.
¿Sería una decepción no ganar el combate?
No he pensado en esa opción. Me centro en mi entrenamiento y en el día a día. Ese 11 de julio, mi cabecita va a estar centrada en que salga ese trabajo, que se vea reflejado todo el esfuerzo que estoy haciendo y todavía me queda por hacer estas semanas, que sea un buen combate y que la gente que lo vea se sienta contenta y orgullosa.
Hasta ahí voy a estar feliz. Evidentemente si gano todavía más, pero lo que no puede faltar ese día y no me lo perdonaría sería que no saliera ese trabajo, aunque sé que no va a ocurrir porque es mucho lo que estoy haciendo por detrás. Quiero que salga todo tanto física como mentalmente. Entonces estaremos orgullosos del esfuerzo realizado, eso seguro.
Para terminar: ¿qué mensaje le mandas a la hinchada española que estará pendiente de ti el próximo 11 de julio?
Que estén todos atentos, que por fin se podrá ver uno de mis combates en una plataforma como Netflix. Que soñemos todos juntos, me van a dar mucha fuerza. Es muy importante para mí que estén ahí. Leo todos sus mensajes y me alimento de su energía. Subiré al ring por ellos y ese triunfo será el de todos.