Inoue, el número uno atípico: pelea los martes y sigue sin sucumbir al dinero saudí
Naoya Inoue defiende el 3 de septiembre las cuatro coronas del peso supergallo ante TJ Doheny. Lo hará en Japón y en martes, como sus últimos seis pleitos.
Naoya Inoue (27-0, 24 KO) es uno de los mayores espectáculos que se puede ver sobre un cuadrilátero. El japonés, de 31 años, ha sido campeón mundial en cuatro divisiones y en las dos últimas (gallo y supergallo) ha logrado conseguir el indiscutido (tiene los cuatro títulos de la división). Sólo Terence Crawford, Olek Usyk y él lo han conseguido. Entre los tres está la disputa por ser el mejor boxeador del momento.
El nipón tiene un gran talento y su carrera es intachable, ya que siempre ha ido contra los rivales que le han tocado. En su contra, para ser el número uno sin discusión está el peso (las categorías bajas siempre han tenido menor repercusión) y su nacionalidad. En Japón es una de las mayores estrellas que existen. No necesita salir de su país y eso le resta foco en occidente.
Por si fuese poco, Inoue es el único de los tres referentes del noble arte actual que no ha contado todavía con el gran apoyo de Arabia Saudí. Usyk ha disputado dos de sus últimos tres combates allí y volverá a pelear en Riad en diciembre. Por su parte, Terence Crawford ha llegado a un acuerdo por el que es embajador de la temporada deportiva saudí durante un año. Además, su último combate (Los Ángeles, en agosto) fue sufragado por el gobierno saudí.
Inoue ha hablado con ellos. Consta que ha sucedido, pero no llegar a un acuerdo no le preocupa. Sigue resistiéndose a los cantos de sirena que llegan desde Estados Unidos y de momento la opción saudí no le ha seducido. En su último combate, en mayo, congregó 50.000 personas en Tokio. No necesita extra con los apoyos que tiene en casa. Por ello, a la espera de un megacombate que le haga salir de su zona de confort, The Monsterdefenderá sus cuatro coronas del supergallo el próximo martes (3 septiembre) en la capital japonesa ante el irlandés TJ Doheny (26-4, 20 KO). Sí, le encanta pelear los martes. Sus últimos seis pleitos han sido ese día. Si algo funciona, ¿para qué cambiar?
El japonés no tiene la típica historia de boxeador. Empezó a boxear en el colegio y fue cumpliendo objetivos. No ha habido infancia traumática ni problemas legales, únicamente trabajo y mas trabajo. Dejó el campo amateur tras 75 victorias en 81 combates. Siempre impresionó y desde 2012, tras no poder clasificar para los Juegos de Londres, lo hizo en el campo rentado. En cuatro peleas se convirtió en campeón de Japón y en seis alzó su primer mundial (WBC minimosca). Subió al supermosca también para reinar y en 2018 su vida cambió. Gozaba de gran fama en su país, pero la internacional le llegó en las World Boxing Super Series. Ganó el torneo a ocho tras un épico combate ante una leyenda como Nonito Donaire.
A partir de ahí empezó a sonar a todos los aficionados. Desde ese punto le reclamaron en Estados Unidos. Hizo un par de peleas tras la pandemia, pero desde finales de 2021 comprendió que en casa estaba más contento. Seis triunfos y un duelo igualado por ser el mejor boxeador del mundo le han dado la razón. Inoue vuelve a ser favorito ante Doheny, pero nadie quiere perdérselo. Su velocidad, precisión y contundencia enamoran cada vez que se sube al cuadrilátero. Viene, además, de irse al suelo en su anterior pleito y remontar. Esta vez no quiere sorpresas porque sabe que hay mucho en juego en el futuro. Arabia Saudí pretende darle un megacombate. Él lo sabe y lo quiere, pero mientras mete presión. No necesita ayuda para ser el número uno.