OPINIÓN

Niños de España, perded como los Hispanos

Agustín Casado, en el centro, se retira lesionado apoyado en Tarrafeta (izquierda) y Figueras (derecha). /EFE / C. NEUNDORF
Agustín Casado, en el centro, se retira lesionado apoyado en Tarrafeta (izquierda) y Figueras (derecha). EFE / C. NEUNDORF

A las personas se les conoce en la derrota. Lo dice alguien que no aprendió a perder hasta los 18 años. Fue en un baño de la Escuela de Ingenieros Industriales, en la Universidad Politécnica de Madrid. "Serás todo lo valiente que quieras, pero cuando entras aquí te cagas", decía la pintada. Tardé 48 horas en captar el doble mensaje. Tras el primer examen de álgebra, con 18 aprobados de 600 alumnos, entendí lo que me esperaba. Lo normal en la vida es perder.

Por eso quizá valoro tanto a los Hispanos. Ayer, la Selección española de balonmano se pegó el mayor batacazo de los últimos años tras quedar apeada en la fase previa de grupos de un Europeo. Derrota ante Croacia, victoria a Rumanía y empate frente a una sorprendente Austria. A casa. Pero lejos de comerse al árbitro o montar una tangana con el rival, los Hispanos asumieron sus responsabilidades, aplaudieron al rival, hicieron una piña y se fueron a la ducha.

El capitán Gonzalo Pérez de Vargas, que no disputó su mejor torneo, dio la cara siempre. Y sus compañeros la dieron por él. "Para mí no hay debate con Niklas Landin, Gonzalo es el mejor portero del mundo", decía Ángel Fernández en la previa. "El que quiera atacarle ahora es porque lleva muchos años esperando, es el mejor del mundo", refrendaba Imanol Garciandia, cuando las cosas ya estaban torcidas en el campeonato. Mismo discurso, análogo compañerismo. Todos a una, en la pista y en el hotel, en la defensa y en el mus, en la salud y en la enfermedad (Miguel Sánchez, Odriozola, Casado). Si alguien busca una fisura, que mire en otro vestuario o en otro deporte. Aquí no la va a encontrar.

Alex Dujshebaev (31) ve la tarjeta roja en el España-Austria del Europeo 2024.  EFE / C. NEUNDORF
Alex Dujshebaev (31) ve la tarjeta roja en el España-Austria del Europeo 2024. EFE / C. NEUNDORF

También ejerció de capitán el mago Alex Dujshebaev. La tarjeta roja que vio en la primera parte contra Austria dejó al equipo nacional huérfano de su mayor talento ofensivo. El cántabro, al comprobar que la decisión era irrevocable, se dedicó a animar a sus compañeros desde el banquillo. Cuando llegó el pitido final, Alex saltó a la pista para abrazar uno por uno a los suyos y consolarles. "Además de su indiscutible calidad como jugador, es un líder también fuera de la cancha: los consejos que da, cómo es capaz de poner intensidad o calma en el grupo...", confesaba Garciandia a Relevo.

Algunos profetas del Twitter, el Harvard de los cuñados, señalarán a unos u otros, pero los Hispanos sólo son uno. Poner el foco, por ejemplo, sobre Jorque Maqueda, por una exclusión inoportuna, sería como ponerlo sobre Carles Puyol en la Roja de fútbol por una falta al borde del área. El toledano se ha dejado la vida en 200 partidos con la Selección y es un modelo de entrega y sacrificio. "Él representa el espíritu de este grupo", comentan varios Hispanos. En los Juegos de París, a los que el combinado nacional llegará si supera el preolímpico del 14 al 17 marzo, no puede faltar la barba de un lateral que contagia carácter al equipo y a la afición. Maqueda es España.

Dudar a estas alturas de Jordi Ribera sería un ejercicio de locura. El entrenador, que renovó el pasado noviembre hasta 2028, es el mayor activo de la selección. No sólo ejerce de director de orquesta, sino que es una suerte de headhunter. El catalán se dedica a organizar concentraciones con jóvenes y captar talento para que jamás falten mimbres en los Hispanos. Con una liga Asobal en depresión, en la que los clubes compiten por ser segundos con jugadores mileuristas, Ribera hace cada año el milagro de los panes y los peces para desafiar a transatlánticos como Francia, Dinamarca, Suecia y compañía.

Para los que están nerviosos, repitan en alto la hoja de servicios de la última década, no se me ocurre mejor receta: bronce en el Mundial de Polonia y Suecia en 2023; plata en el Europeo de Hungría y Eslovaquia en 2022; bronces en los Juegos de Tokio y en el Mundial de Egipto en 2021; oro en el Europeo de Austria, Noruega y Suecia en 2020; oro en el Europeo de Croacia en 2018, plata en el Europeo de Polonia en 2016; bronce en el Europeo de Dinamarca en 2014; oro en el Mundial de España en 2013.

Para los demás, pónganles a sus hijas, hijos y demás familia una derrota de un Hispano. La primera vez que me di cuenta de su valor didáctico fue cuando Alex Dujshebaev estrelló contra el cuerpo de su amigo Gonzalo Pérez de Vargas un penalti que valía una Champions en 2022. La perdió su Kielce y se la llevó el Barça. Fui a buscar al '10' a su hotel en Colonia, sede de la final, para darle un abrazo. Lejos de darse importancia o recrearse en su mal fario, me lo encontré jugando con unos niños en el hall. Antes, había dado una de las mayores lecciones de liderazgo en un vestuario hundido. Maldije mi suerte por no saber polaco. Y me hice un selfie. No por presumir de estar con Alex, al que admiro desde hace muchos años. Lo hice para que jamás se me olvide cómo se pierde, el verbo que se conjuga con mayor frecuencia en la vida, incluso en la intimidad del baño.