A Doc Rivers se le acaba la vigencia en Milwaukee y hasta los árbitros le salen rana
Volvieron a perder, con otro error arbitral, y los Bucks están con el sexto peor récord de la NBA.
Los Bucks volvieron a perder, esta vez en Charlotte, en un partido que decidieron los colegiados. Y Milwaukee se mantiene en la parte baja, con un 30.8% de victorias, y con todas las alarmas activadas. Porque tras el fiasco del primer año de Damian Lillard, las esperanzas estaban puestas en un proyecto que no arranca, y que además, no tiene ningún tipo de suerte entre lesiones, tiros que se salen y malas decisiones arbitrales. Y los focos de ira están puestos en Doc Rivers, quien llegó cuando no debía y cuando todavía no ha conseguido asentarse, podría acabar saliendo.
Rivers es, por historia y logros, uno de los entrenadores más laureados de la NBA. Campeón en 2008 y finalista en 2010, Rivers ha conseguido llevar a todas las franquicias donde ha estado a los playoff. Desde Orlando, donde empezó tras retirarse como jugador, pasando por Boston, Clippers, Philadelphia y el año pasado Milwaukee. Es el octavo entrenador con más victorias en temporada regular y el cuarto en playoff. Pero también es, históricamente, un entrenador que no es capaz de salir adelante cuando las situaciones se complican: le pasó en Los Angeles, dejando escapar un 3-1, le pasó en Philadelphia donde no supo llevar a Embiid a las finales de conferencia, y está perdiendo el vestuario en Milwaukee. Y en los Bucks, el vestuario significa Giannis Antetokounmpo.
El griego viene de firmar 59 puntos, con 14 rebotes y 7 asistencias en el triunfo ante los Pistons, donde Milwaukee necesitó una prórroga para ganar. Una falta de Giannis sobre la bocina estuvo a punto de significar la derrota, pero Ron Holland falló ambos tiros libres y le dio una vida extra a los Bucks. Una falta que la NBA confirmó al día siguiente que no era más que un error arbitral, como anoche. Los colegiados, en la entrevista post-partido, explicaron que se equivocaron, pero como Milwaukee no disponía de challenges, no pudieron revisar la jugada. Una que valió el partido para los Bucks pese al triple-doble de Antetokounmpo con 22 puntos, 15 rebotes y 12 asistencias. Pero el griego falló el tiro para ganar.
Les falta Khris Middleton, quien no ha podido debutar todavía, y llevan tres partidos sin Damian Lillard. El resto de la plantilla es la que es: nombres como Brook Lopez y Bobby Portis, veteranos de guerra que todavía aportan, caras nuevas de verano y muchos jóvenes en desarrollo. Una mezcla que no suele dar resultados. Milwaukee es uno de los cinco peores equipos de la liga en asistencias, defendiendo el pick and roll o permitiendo puntos al contragolpe, tres apartados básicos que requieren cohesión de equipo. Pero también están en la parte más baja en rebote ofensivo, puntos recibidos en aclarados o porcentaje de tiros libres, ejercicios individuales de esfuerzo e intensidad. Ni una, ni la otra. Pero si hay un sacrificado, todos sabemos que será Doc Rivers, una tradición en el deporte tan antigua como el propio deporte.
Aunque Rivers ha hecho méritos para no comerse el turrón... o el pavo de Acción de Gracias, en 10 días. El año pasado perdió 19 de los 36 partidos (47.2% de victorias) tras coger un equipo con un balance de 32-14, y cayó en primera ronda pese a tener factor pista ante Indiana. Ahora ha empezado todavía peor, 4-9. Rivers no tenía temporadas con balance negativo desde su tercer año en Boston, cuando los Celtics tankearon soñando con Kevin Durant y acabaron consiguiendo a Ray Allen y Kevin Garnett. Ahora ya tiene en sus filas a jugadores de esa talla, sobre todo en Giannis y Lillard, pero por lo que sea no ha funcionado. Y los Milwaukee Bucks tienen problemas de salud, prisa por la edad de su núcleo duro y decisiones que tomar. Pero paciencia queda poca en las oficinas.