Una reunión para salvar la temporada y un toque de atención a un Embiid que llega tarde "a todos lados"

La derrota de los Philadelphia 76ers en Miami puede ser un punto de inflexión en la temporada del equipo de Nick Nurse. Con Joel Embiid y Paul George disponibles por tercera vez en todo el curso, la franquicia se dejó remontar una ventaja de 19 puntos con un parcial de 70-31 para acabar sucumbiendo. Y firmaban uno de los cinco peores arranques de la historia de la franquicia, con casi 80 años en la NBA: 2-11 en los primeros trece partidos.

Tras el partido, pasó más de una hora de reloj hasta que Nurse se presentó en la rueda de prensa y el departamento de comunicación abrió el vestuario para los periodistas desplazados a Florida. Fue el propio Nurse quien explicaba de la reunión, a puerta cerrada, entre jugadores y staff técnico, buscando solucionar una crisis inexplicable en un equipo que partía entre los tres favoritos del Este. Y en menos de 12 horas, Shams Charania, insider en ESPN, ha salido a la luz con más detalles sobre la junta improvisada en el vestuario del Kaseya Center. Por ejemplo, que fue Kyle Lowry, el veterano y campeón con Toronto Raptors en 2019, quien propuso la reunión para asumir responsabilidades por el desastroso inicio.

Aunque el foco de atención lo tuvo Joel Embiid. Otra de las estrellas del equipo, Tyrese Maxey, actualmente de baja, fue de los primeros en apuntar al camerunés por llegar tarde "a todos lados", incluyendo actividades de equipo, y cómo eso afecta al vestuario, cuerpo técnico y jugadores. Embiid y Maxey tienen una gran relación, lo que permite que incluso en momentos de tensión, sean capaces de llamar la atención del otro y mantener su amistad. "Tyrese adora a Embiid, pero era un problema que todo el mundo sabía" decía una fuente anónima involucrada en la reunión en el artículo de ESPN. Embiid era duda para el partido, aunque acabó jugando en un partido donde no pudo lanzar ni un tiro libre por primera vez desde 2018.

Maxey se ha erigido como un líder en el vestuario y no sorprendió para nada que decidiera tomar la palabra en un equipo con nombres como Embiid, George o veteranos como Lowry, Drummond o Eric Gordon. Los propios jugadores le pidieron a Nick Nurse entrenos más duros y el cuerpo técnico respondió exigiendo a la plantilla más atención al detalle en las prácticas. Fue más de una hora de reunión buscando solucionar una crisis que nadie se esperaba. Embiid aceptó el mensaje y la responsabilidad, aunque buscó otro culpable. Según el que fuera MVP, hay confusión sobre lo que se quiere jugar el equipo en pista. Los Sixers son el peor ataque de toda la NBA tras 13 partidos.

Sorprende que Embiid, que acaba de pasar el verano con jugadores de la talla de Steph Curry, LeBron James o Kevin Durant, haya decidido que esta sea la manera de mostrar su liderazgo. Compartió vestuario en los Juegos Olímpicos de París con campeones de la NBA, referentes de sus franquicias y, por ahora, el Embiid que se ha visto en Philadelphia es uno desconectado, poco interesado y con más problemas físicos que partidos jugados. Y cuando Daryl Morey usó cada centavo para transformar la plantilla en un equipo candidato al anillo, que tu estrella tenga una actitud de niño engreído tras arrancar con solo dos triunfos, no es una buena señal. Solo falta saber qué efecto tiene la reunión.