NBA

Klay Thompson y el rencor en su reencuentro con su inseparable Stephen Curry y los Warriors: "No mantenemos el contacto"

Tras 11 años en Golden State, el alero jugará como visitante por primera vez en San Francisco.

Klay Thompson lanza a canasta./Kevin Jairaj-Imagn Images
Klay Thompson lanza a canasta. Kevin Jairaj-Imagn Images
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Si te he visto no me acuerdo, o algo parecido, debe pasar por la mente de Klay Thompson ahora mismo. Esta noche (4:00 horas) el escolta vuelve a San Francisco, su primer partido en la pista de los Warriors desde que salió de Golden State el pasado verano, y por ahora, la única emoción que ha mostrado es la apatía. "Será bueno ver a gente con la que has jugado tanto tiempo y has peleado duro, pero para mí solo es otro partido de temporada regular en noviembre" decía la noche del domingo. Y mientras, los Warriors le preparan una recepción y homenaje 'nunca visto en la historia del deporte', según la propia franquicia. Siempre, cuando una relación se acaba, uno de los dos acaba más afectado.

Aunque en este caso, los Warriors han sabido pasar de página rápido. La llegada de Buddy Hield y el nivel de la defensa les tiene con el segundo mejor récord del Oeste y el cuarto mejor récord de la NBA. Están listos para la recepción, y saben que será una noche especial, al menos para la afición. "Va a ser lo más emotivo que hayamos vivido aquí, más incluso que cuando volvió de su lesión", decía Steve Kerr. Porque Klay ganó cuatro anillos con los Warriors siendo pieza clave en cada uno de ellos, y su lesión en las finales de 2019 es, para muchos, el motivo por el que no hay un quinto en el palmarés de Curry, Kerr y compañía. Pero todos pasan página. De hecho, Draymond Green, a quien le preguntaron por el partido ante Klay, quiso quitar leña al duelo: "es un partido de la Copa NBA, uno muy importante".

En una entrevista con Marc J. Spears en Andscape, Klay era todavía más directo. "Ese capítulo es pasado. Ahora estoy centrado en ganar aquí, no tiene sentido echar de menos algo cuando aquí tenemos la oportunidad de ganar. No tiene sentido mirar el pasado", decía Thompson. Y al ser preguntado si había mantenido el contacto con Steph Curry y Draymond Green, las otras dos patas del Big-3, fue claro. "La verdad que no. Los veré cuando los vea, es todo". Nunca ha sido el más expresivo ni el más emotivo de los tres, pero la ruptura del tridente más ganador de los últimos 15 años fue un movimiento sorprendente. Hasta para Steve Kerr, que intentó convencerle cuando Thompson ya había tomado su decisión.

Fue en un desayuno en Manhattan Beach, todavía en junio, cuando la agencia libre no había abierto. Mientras el entrenador buscaba venderle un nuevo rol, con la opción incluso de salir desde el banquillo, la mente de Thompson ya había hecho las maletas a Texas. Al final del desayuno Klay se lo dijo, por fin, al que sería ya su exentrenador: "Creo que es el momento. Creo que me voy a ir a Dallas". Para Kerr entenderlo fue fácil, un jugador en los años finales de su carrera buscando un inicio nuevo en una franquicia donde no tenía tanta historia; para otros ha costado más. Por ejemplo, Joe Lacob, propietario de los Warriors. "Si me hubieras preguntado quién pensaba que nunca iba a dejar la franquicia, habría dicho Klay".

Lacob y el resto de la organización son los encargados de la recepción, de la que se han ido filtrando detalles. Por ahora, se sabe que todos los aficionados que acudan al Chase Center recibirán un sombrero de capitán de barco, en honor a la pasión de Klay por los barcos. El resto será responsabilidad de los jugadores, de hacer la noche especial y de Thompson sentirse bienvenido. Aunque sea un partido más en noviembre.