Santi Aldama gana enteros para su renovación a base de números y lanza una advertencia a sus rivales: "No va a ser fácil"

Todo el mundo NBA sabía que iban a volver, pero de creerlo, de sospecharlo, a verlo con los propios ojos hay un camino. Los Grizzlies fueron, el pasado curso, el equipo más afectado por las lesiones de sus estrellas y pasaron de quedar segundos en la conferencia a cosechar un pick de lotería y perderse los playoff por primera vez desde 2020. Pero han vuelto todos, o están en ello, y Memphis ya está segunda, en parte gracias a la labor del único español en la NBA, Santi Aldama. Ante los Kings firmó 15 puntos, 10 rebotes, 3 robos y ayudó a conseguir el séptimo triunfo seguido de los Grizzlies en Memphis, donde se han convertido en inexpugnables con seis victorias seguidas. "No lo van a tener fácil", aseguraba el español sobre la dificultad que se van a encontrar en Tennessee. 

En su primer año, en 32 partidos, el español logró dos dobles-dobles, ambos en palizas. Como jugador de segundo año jugó 77 partidos, 20 de ellos de inicio y duplicó el número de dobles-dobles con puntos y rebotes hasta los cuatro. El año pasado, entre lesiones y ausencias, se convirtió en pieza clave. Jugó 61 partidos y firmó 5 encuentros con más de 10 puntos y rebotes. En 23 partidos este año ya ha batido todas sus marcas: siete dobles-dobles, incrementando su impacto en los tableros y los puntos logrados por noche. Ha sabido encontrar su lugar, aceptar su rol. Y anoche, ante los Kings, le tocó otra vez acabar el partido por las circunstancias: la expulsión de Ja Morant.

Faltando 6:45 para el final del partido, con el duelo igualado a 98, el base de los Grizzlies era castigado con una falta sobre DeMar DeRozan. La repetición era clarividente del nulo contacto, y los aficionados del FedEx Forum se lo hacían saber a los colegiados, pero de camino al banquillo, Morant soltaba improperios hacia la tripleta arbitral que no dudaba en señalar la técnica. Era su segunda del partido, ambas con 1:22 de diferencia en el último periodo, y que causaban la expulsión de la estrella de los Grizzlies. No había jugado un gran partido, con apenas 8 puntos en 13 tiros de campo. Pero Memphis puede vivir sin él, ventajas de tener un equipo tan profundo, como explicaba el propio Aldama. 

Cerraron el partido con un parcial de 17-9 sin su mejor jugador, con Marcus Smart compensando los errores ante Dallas y Santi Aldama abriendo la diferencia al rebote ofensivo. Y para cada ataque de Malik Monk o DeRozan había una respuesta por parte de Desmond Bane, el mejor esta madrugada con 18 puntos en un ataque muy coral. Siete jugadores acabaron en dobles figuras, aunque solo Aldama consiguió un doble-doble con puntos y rebotes, bajando 10 de los 49 que consiguió Memphis. Lo combinó, además, con tres robos de balón, igualando su mejor marca de la temporada. Y amplía una crisis, la de los Kings, que arrastra ya año y pico.

Desde que Sacramento revolucionara con su ofensiva, en 2023, ha pasado mucho. Aquel equipo con Domantas Sabonis y De'Aaron Fox como estandartes, con Malik Monk en el banquillo y que ha añadido en 14 meses a Keegan Murray y DeRozan, y que se ha estancado. No tienen tiro exterior, el banquillo no funciona y el sistema ofensivo que en abril sirvió para eliminar a los Warriors y cerrar una dinastía, ya no sorprende. Pasa el tiempo y siguen perdiendo, y están ya a dos partidos del play-in y 7.5 de la cabeza. Una que persigue Memphis como nadie más en el Oeste.

Noche de palizas, y algunas muy importantes en la NBA. Los de arriba se pusieron las botas mientras la clase baja de la liga no podía hacer más que asumir la superioridad, por momentos insultante. Como la vuelta de Shai Gilgeous-Alexander a Toronto, que vio como los Thunder arrancaron con un descomunal 34-17 de salida. La defensa de Oklahoma sigue funcionando (20 pérdidas los Raptors), pero el ataque empieza a carburar. El canadiense metió 30, Jalen Williams puso 20 más y Hartenstein, autor de solo dos puntos, puso 16 rebotes y 6 asistencias mientras esperan a Chet Holmgren. Siguen primeros del Oeste, claro.

Primeros, pero en el Este, se mantienen los Cavaliers que vencieron a Denver. Duelo muy serio del equipo de Kenny Atkinson, con Donovan Mitchell haciendo de estrella y Darius Garland y Evan Mobley acompañando. Ni el triple-doble de Nikola Jokic, que se queda tercero en la lista histórica tras firmas 27 puntos, 20 rebotes y 11 asistencias, hizo daño a Cleveland que controló de principio a fin. Y viendo el calendario de Boston, tienen un fin de semana interesante para abrir un mayor hueco. Los que no quieren perder la pista de la cabeza son los Knicks. Arrasó New York a Charlotte con su quinteto titular anotando 113 de los 125 puntos. Mikal Bridges jugó 46:30 minutos pese a que la diferencia, en el último cuarto, era de 25 puntos. Cosas de Thibodeau.

Más palizas, la de Dallas a los Wizards. Se pasearon los Mavericks por la capital, llegaron a dominar por 42 puntos y victoria balsámica, con triple-doble de Luka Doncic (21 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias), 25 tantos para Kyrie y muchísimos minutos para el banquillo. El de Chicago, por ejemplo, fue clave ante San Antonio. Sin Victor Wembanyama, los Spurs buscaban mantener posiciones de play-in, pero los 39 untos de Nikola Vucevic, imparable en la pintura, y el impacto del novato Buzelis y Talen Horton-Tucker le dieron el triunfo a los Bulls que se cuelan octavos en el Este, pese a tener dos victorias más que los Spurs. Ventajas de jugar en la conferencia más débil.

Duelo clásico el que se vivió en Golden State, con Warriors y Rockets. Faltaba Steph Curry y Draymond Green, pero la tradición se mantiene, y ganaron los hombres de Kerr. Un Jonathan Kuminga diferencial, con 33 puntos, y los 23 de Andrew Wiggins valieron ante una noche aciaga de Houston de cara al aro (35/93). Nadie en el equipo de Udoka llegó a los 17 puntos. Ganó también, por seguir con las tradiciones, el peor equipo del Oeste. O mejor dicho, perdieron los Suns sin Kevin Durant: 11-2 con su estrella, 1-7 sin el espigado anotador en lo que va de temporada. Entre Booker y Beal metieron 52 puntos, pero New Orleans respondió con 29 de Ingram, 25 de CJ McCollum y 30 entre Trey Murphy y Brandon Boston.