OPINIÓN

¿Cómo regenerar el éxito de España?

¿Cómo regenerar el éxito de España?

-Piti, lo del verano pasado fue un fallo en Matrix. Un fallo en Matrix es una especie de indicador de irrealidad, de que esta realidad no es tan sólida como parece, o de que de hecho estamos en una completamente diferente.

El Eurobasket de 2022 fue una dulce irrealidad de la que los responsables directivos y técnicos eran conscientes, durante y después. Es evidente que para construir ese escenario se tomó la gran decisión de nacionalizar a Lorenzo Brown, el jugador que, sin el concurso de Ricky Rubio, daba el sentido táctico ganador y la experiencia en alto nivel en los momentos más calientes de los partidos donde no existía una red de protección. Los televidentes se maravillaban viendo como se conseguía un título con una Selección donde figuraban con tiempo en la rotación jugadores como Pradilla, López Arostegui o Sebas Sainz.

A la Copa del Mundo se llegó sin Lorenzo, sin Ricky, sin red pero con el Oro de Berlín. En tiempos de entreguerras o de recesiones, los mandatarios piden la venta de los excedentes de oro en las reservas de los bancos centrales para financiar el momento político o bélico. Eso hizo España, tras dos Copas del Mundo ganadas y cuatro Eurobasket en los pasados 17 años, se puede usar esa abundancia de éxito para programar a medio plazo lo que viene. Y Yakarta de eso debe servir.

La duda es si la estructura mediática y deportiva aguanta dos grandes campeonatos sin sonrisas. Los preolímpicos son muy desagradecidos, porque son "Pre" y son lejos del jolgorio parisino. La FIBA organiza Copas del Mundo para 32 selecciones y ahí hay espacio para casi todos los que tienen un nivel, e incluso es una gran noticia para continentes como Asia o África que colocan a varias selecciones que usan el evento para construir un futuro y un espejo. En una Villa Olímpica, en esos pequeños apartamentos solo caben 12 selecciones, esas son las invitadas a la gran fiesta del verano del 24.

Atisbamos (verbo que se visualiza con una mano a modo de visera en la frente para evitar demasiada claridad) un futuro brillante. Aldama como referencia, Garuba como motor, Juan Núñez como genio conductor regular (es injusto pedirle que sea determinante en todos los partidos a sus 19 años), Aday Mara como factor X, Izan Almansa como factor X², Baba Miller como factor extraterrestre y algunos más que llegarán. No sabemos si esta nueva "irrealidad" es a corto plazo, lo normal sería a medio o quizás sea a largo plazo…

Recordemos que los del 80 no consiguieron el primer gran éxito senior hasta los 26 años, en Japón 2006. Si eso es una vara de medir, tenemos que esperar a que acabe la década para ver la madurez competitiva de Juanito y compañeros del compás. Y entre medias hay dos Juegos Olímpicos, una Olimpiada y media, no es lo mismo. Seis o siete años de Eurobaskets y Copas del Mundo.

Sin olvidar a los Hernangómez que tienen cuerda, que vuelven a Europa a reforjar su modo competitivo FIBA a temporada completa (con las fortalezas que eso aporta y el desgaste que conlleva), sin olvidar que Rudy y Llull no quieren jugar sus últimos veranos a ser comparsas de nadie, sin olvidar que Claver en forma es un comodín defensivo (ya sé que estás pensando en la defensa contra Shai), sin olvidar que el tono competitivo de Abrines ha sido al menos de notable (al gusto si quieren ponerle el notable alto o bajo), sin olvidar que Joel Parra tiene una carrera por delante.

Pero que no se olviden no significa que no haya que tomar decisiones duras y complicadas. Donde algún veterano o semi veterano se puede quedar fuera del protagonismo o de la lista. Para dar paso al talento español globalizado que llega y que ha ganado el Mundial Sub-19 este mismo verano. Todo lo que ha sido gloria ahora tiene que refrendarse con liderazgo del que no viene acolchado por el éxito inmediatamente anterior, que acolcha mucho.

Lo siguiente es saber quién va a ser el seleccionador. Sergio Scariolo se ganó el derecho a decidir su futuro con España, si quiere seguir siendo el frontman de la reconversión o si prefiere descansar y dedicarse solo al exigente baloncesto de clubes.

En esa regeneración la parte sin duda más compleja es tomar decisiones que no sean estrictamente sobre ganar el siguiente campeonato, el siguiente partido, la siguiente convocatoria más competitiva. La presión del día a día, el cuajo que tienes que tener para aguantar derrotas que construyen el éxito a dos o tres años. O más tiempo… Ahora que a los cinco minutos de terminar un partido, con el cuello girado hacia abajo, está todo sobreanalizado, sobrecriticado y sobreelogiado. ¿Quién puede mirar mucho más allá de una pantalla de datos y resultados sin que le afecte? Pues esa o esas son las personas indicadas para lo siguiente que es una tarea hercúlea.

El modelo ha tenido un éxito continuado de cerca de 20 años, pero asentado en una base de jugadores probados, con talento excepcional, los Gasol eran primeras referencias en sus franquicias NBA y los que los acompañaban (Navarro, Calderón, Felipe, etc..) hicieron historia solo mirando sus carreras individuales, ganaron títulos con sus clubes casi cada año o llegaron a la NBA a ser importantes. Todo eso es diferente y no hay un patrón, hay que crearlo. Y hay que crearlo desde la victoria, que es como se avanza más rápido.

En la última ventana FIBA, en las horas previas de un España-Italia, en la cafetería de un hotel cacereño, alguien que sabe mucho más que yo, me decía esta frase: Piti, lo del verano pasado fue un fallo en Matrix.