Letonia no necesita de su gran estrella para seguir con un viaje de ensueño

Yakarta.- Apenas 9 días antes de su primer partido en el Mundial Letonia recibía un golpe del que muchas otras selecciones no se habrían levantado. Kristaps Porzingis, su gran estrella, no iba a estar en el Campeonato del Mundo por culpa de una fascitis plantar. El golpe dejaba tocado al conjunto báltico, que en la segunda jornada caía de forma contundente ante Canadá y, además, perdía a Dairis Bertans para lo que quedaba de campeonato.

Cualquier otro equipo se habría quedado en la lona. Pero no esta Letonia. El conjunto dirigido por el italiano Lucas Banchi se sobrepuso a las dificultades y se impuso a Francia para conseguir el pase a la segunda ronda. Pero los problemas no había terminado. Antes de enfrentarse a España el equipo conocía una tercera baja en el equipo. Pasecniks, el único '5' puro del equipo, tampoco podía estar ante los de Scariolo. Dio igual y los bálticos dieron una nueva sorpresa dejando a España al borde de la eliminación.

El nuevo jugador del Zunder Palencia (2,18 m.) tampoco se recuperó a tiempo para el crucial choque ante Brasil. El partido en el que se jugaban el todo por el todo en este campeonato. Nuevamente dio igual. Letonia está desarrollando el mejor baloncesto del campeonato hasta la fecha y ante la 'canarinha' recuperó lo mejor de su libreto para meterse en cuartos de final del torneo.

En esa pizarra, manejada por Banchi, las líneas maestra del equipo son defensa asfixiante sobre el balón, cambios interminables y una amenaza ofensiva constante(16 triples de 33 intentos ante Brasil) en ataques de vértigo. Con un demonio a los mandos como Arturs Zagars (17 puntos y 3 asistencias) y un Bertans al que le da igual tener un defensor encima para levantarse desde más allá del arco era suficiente para llevar con la lengua fuera a la verdeamarela. Para colmo se unió a la fiesta un Grazulis inesperado con 24 puntos que terminaron de poner la puntilla al conjunto sudamericano.

Un equipo que no encontró la forma de defender el movimiento de balón de los bálticos. Cuando saltaban a marcar al hombre con balón, éste llegaba a un corte que enseguida lo invertía al lado contrario. La velocidad desarboló a Brasil en la segunda mitad del encuentro tras aguantar durante la primera mitad, cuando Caboclo se multiplicó en ambos tableros con 15 puntos y 6 rebotes. Pero su fortaleza no fue suficiente para frenar a la gran sorpresa del torneo. Aunque a estas alturas ya no sorprende a nadie.