El fuego de Garuba quiere ponérselo difícil a Scariolo y manda un mensaje a la NBA
El pívot resultó decisivo con su defensa y su intensidad, ganándose los minutos en la cancha.

Yakarta.- Usman Garuba volaba a Yakarta con la incertidumbre de su futuro. Los Thunder anunciaban que cortaban al internacional apenas horas antes de viajar al Mundial y dejaba en el aire su porvenir la próxima temporada. Una temporada que el pívot ha usado como motivación y gasolina para avivar todavía más su fuego competitivo y reivindicarse a los ojos de quienes no le han querido en su equipo.
Garuba quiere ponerle las cosas difíciles a Scariolo y sabe los ingredientes que tiene que usar para ello: energía y defensa. Dos características que ante Brasil resultaron definitivas para conseguir la victoria. Primero en el segundo cuarto y con Alberto Díaz como cómplice. En defensa, además de un tapón y un robo, cerrando las vías de pase de Marcelinho, al que sometieron a constantes dos contra uno a campo abierto con los que impidieron al base que nutriera a sus compañeros.
Mientras, en ataque Garuba dejó claro que domina el poste alto para abastecer al resto de jugadores de la Selección para que sean ellos los que anoten. Ya el año pasado en el Eurobasket sorprendió a sus entrenadores en los Rockets por su capacidad de pase y ante Brasil volvió a hacerlo con Alberto Díaz como beneficiario, aprovechando la lectura de espacios de Usman.
El jugador de Azuqueca de Henares fue todavía más importante al comienzo del último cuarto, cuando se rompe definitivamente el choque a favor de la Selección. España comenzaba el último parcial con cinco puntos de renta (59-64) y 3 minutos y 10 segundos más tarde, cuando Garuba volvía al banquillo, el electrónico reflejaba un +14 para el equipo de Scariolo.

En ese tiempo el pívot tuvo tiempo para hacer de todo. Anotó seis puntos y participó en otros cuatro con dos asistencias a Aldama y Núñez. Además robó dos balones y tuvo tiempo hasta de llevarse una técnica por quedarse colgado del aro tras reventarlo al culminar un alley oop de Rudy Fernández. En esta ocasión, el ímpetu le jugó una mala pasada, pero con ese exceso de energía se está ganando la confianza de Scariolo al que se lo quiere poner cada vez más difícil.
Fuera del molde habitual de jugador interior por centímetros (apenas llega al 2,03), lo suple con su intensidad y fruto de ello son los números que está dejando en este inicio de Mundial con 10 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias de media, además de anotar con un 83,3% de acierto. Cifras que sirven para reivindicarse a ojos de Rockets, Hawks o Thunder, las tres franquicias que le han traspasado este verano.