El ejemplo de Elena Buenavida: así ha derribado la puerta en la élite
La joven jugadora de Valencia Basket, tras combinar el primer equipo con el vinculado Nou Bàsquet Paterna, terminó jugando un papel muy relevante en la final LF Endesa.

Segundo partido de la final de la Liga Femenina Endesa. Último cuarto en Salamanca. Ambientazo en Würzburg para presenciar el posible desenlace de una temporada que comenzó siete meses atrás. La tensión, muy presente. Las mejores jugadoras, en la pista. Maite Cazorla, Cristina Ouviña, Alexis Prince, Lauren Cox. Jugadoras de muchos quilates. Entre semejante constelación, aparece Raquel Carrera. "¡Qué joven!", pensarán algunos, aunque su juego indique lo contrario. Al menos, hasta que se percaten de que la asistencia había llegado de manos de Elena Buenavida.
La canaria de 19 años, cumplidos hace poco más de un mes, llegaba a este desenlace de campaña tras combinar el primer equipo con el Nou Bàsquet Paterna, club vinculado en Liga Femenina Challenge. Hace menos de un año, Buenavida estaba en Liga Femenina 2, la tercera categoría de nuestro baloncesto. El siguiente paso parecía claro, UCLA, pero Valencia Basket tocó a su puerta. Doce meses después, ahí estaba. En una plantilla con Ángela Salvadores, Alba Torrens o Cierra Burdick en la rotación, la elegida para estar en pista en el momento más importante de la temporada había sido ella.
Quien avisa no es traidor. Y lo cierto es que Rubén Burgos había ido dejando pequeñas pistas, guiños a la jugadora, que demostraban su total confianza en ella. La edad era lo de menos. Ante Fenerbahçe, en el último periodo, tuvo minutos. Contra Famila Schio, en el tercer partido que decidía la serie, Buenavida también pisó la cancha en el cuarto decisivo. No para pasar desapercibida y no cometer errores, sino para defender a Marina Mabrey, la mayor arma anotadora de las italianas. En el primer partido de la final frente a Avenida, más de lo mismo.
Cuartos de final de la @EuroLeagueWomen. Tercer partido de la serie. Último cuarto. Y Elena Buenavida en pista defendiendo a Marina Mabrey.
— Luis Vallejo (@Lvallejocolom) March 22, 2023
En la rueda de prensa posterior al primer choque de la final, nadie preguntó a Rubén Burgos por Elena Buenavida. El partido había dado tanto de sí, con amplias ventajas primero y una remontada visitante después, que los temas abundaban. Pero sin ser habitual el hecho de dar nombres propios en público, el técnico local sí lo hizo con la canaria. A una cuestión sobre si se había reservado algo de cara a los siguientes choques de la eliminatoria, tras una breve reflexión, Burgos terminó la respuesta de la siguiente manera: "Los minutos de Elena han sido excelentes. Por eso ha estado en pista, en la parte caliente del partido, una jugadora de 18 años".
En ese primer partido, Elena Buenavida disputó 14 minutos y 20 segundos. Se hizo notar en todos ellos. Al igual que en los primeros pasos de Raquel Carrera en la élite, la exterior volvió a demostrar que su juego está cimentado desde la consistencia atrás. Y tener en pista a una jugadora que defiende bien, por muy joven que sea, siempre es más sencillo para un entrenador. Se juegue lo que se juegue. Aunque no es que Buenavida haya asumido ese papel únicamente para tener minutos. A pesar de contar con un amplio repertorio de movimientos en ataque, como ya pudimos ver en la final del Europeo Sub-18, la sensación es que disfruta afrontando ese tipo de tareas sobre la cancha.
Sin palabras.
— Gigantes del Basket (@GIGANTESbasket) August 14, 2022
Elena Buenavida. 34 puntos.
70-72. pic.twitter.com/rxMH7wwvNV
A lo largo del encuentro, la joven taronja llegó la primera para parar con falta una rápida transición de Fasoula, se emparejó con Silvia Domínguez, Leo Rodríguez y Jovana Nogic, a la que robó el balón las dos veces que lo echó al suelo, y no se cortó al penetrar ante la serbia o Alexis Prince, sumando así cuatro de sus seis puntos. Sin embargo, su jugada más llamativa, aplaudida por toda la Fonteta, fue el sprint de canasta a canasta para evitar en última instancia una bandeja salmantina al contraataque. Cada minuto se lo había ganado con su esfuerzo y voluntad, al igual que los elogios posteriores de Burgos.
Llegados al último periodo del segundo choque, con toda esta mochila de confianza del primer envite de la final y el resto de la temporada, a nadie le sorprendió su presencia en pista. Cuando Rubén Burgos dio paso a Queralt Casas, la elegida para descansar fue Leti Romero. Al dar un respiro a Raquel Carrera, Burdick entró para hacer las funciones de 4. Al regresar la canaria, Queralt marchó al banquillo. Los denominadores comunes de la línea exterior estaban claros: Ouviña y Buenavida eran intocables. La joven de 19 años, al mismo tiempo que estas rotaciones tenían lugar, conectaba uno de los triples decisivos del partido y sacaba la quinta personal de Carleton. Atrás, no concedía ni una a Vilaró o Cazorla. Cuando llegó su momento de irse al banquillo, Valencia Basket ya estaba 7 arriba. Y el título en camino. La primera Liga Femenina Endesa del club valenciano.
La unión con Valencia Basket
A la temprana aparición de Buenavida en los grandes escenarios, incluso prematura si comparamos con otros casos, se le puede encontrar cierto símil con la historia del propio club taronja. Porque esa misma camiseta que veíamos levantar el trofeo más preciado del baloncesto femenino español se paseaba por canchas valencianas en Primera Nacional. ¿Cuándo? Hace apenas 9 años. Menos de una década. Ese es el tiempo que ha necesitado Valencia Basket para pasar de lo más profundo a lo más alto.
El camino ha sido rápido, pero natural. Dos campañas fueron las que necesitaron para dejar atrás la tercera máxima categoría nacional. En la 2015-2016, el conjunto valenciano firmó un 25-0 que mostraba su superioridad, culminado con un agónico triunfo ante Real Canoe en la Fase de Ascenso. Ese choque en el que el nombre de Begoña Pallardó, autora de la canasta ganadora sobre la bocina, quedará grabado por siempre.
La historia de este Valencia Basket se ha construido sobre la bocina. Hace 5 años, Begoña Pallardó subía al equipo de Nacional (3ª División) a LF2 con este game-winner.
— Luis Vallejo (@Lvallejocolom) April 11, 2021
Imposible analizar lo de hoy sin tener en cuenta aquello. El proceso.pic.twitter.com/LCn0hNerrS
La historia en Liga Femenina 2 volvió a repetirse. Tras una primera campaña para asentarse, era la segunda temporada la que marcaba un ante y un después en el proyecto. Con una Fonteta abarrotada por más de 6.000 espectadores, Valencia Basket consiguió certificar su ascenso a la Liga Día. Lo hacía tras superar al Celta Zorka de una jovencísima Raquel Carrera, quien decía adiós al pabellón bajo una sonora ovación. Sus caminos estaban destinados a encontrarse.
Una vez en la élite, el proceso ha seguido su cauce. Todavía con Rebeca Cotano y Esther Díaz en la plantilla, presentes desde el primer día del proyecto taronja, el conjunto de Rubén Burgos alcanzaba las semifinales de Liga y accedía a su primera Copa de la Reina. Un año más tarde, el nombre de Valencia Basket ya lucía por las canchas de la EuroCup Women, esa misma competición de la que se proclamarían campeonas en 2021. Desde entonces, los saltos ya han ido orientados hacia el primer escalón continental. A día de hoy, nueve años después de aquel estreno, Valencia es equipo de Euroliga y campeón de la Liga Femenina Endesa. Significativos hitos dentro de un proyecto destinado a estar entre los más grandes.