Ricky Rubio sigue vaciando el vaso para volver a verlo medio lleno tras un año encontrándose a sí mismo
El base español ha sido uno de los protagonistas del año con su vuelta a las canchas y su posterior paso a un lado. ¿Su regreso? Todavía es una incógnita.
El baloncesto español no pierde de vista cada movimiento que se origina en El Masnou. Cualquier guiño, cualquier atisbo de luz sobre el futuro de un Ricky Rubio que todavía no ha dicho su última palabra. Alejado de las canchas desde el pasado 2 de junio, cuando el Barça cayó eliminado en las semifinales de la Liga Endesa a manos del sorprendente UCAM Murcia, el base sigue sin aclarar si volverá o no a jugar.
Desde entonces han pasado 150 días y el silencio ha sido la nota dominante. Ricky ha preferido tomar distancia como ya hiciera anteriormente y se ha dejado ver en contadas ocasiones. La despedida de Víctor Claver fue la primera de ellas y dejó claro que se encontraba "muy bien", aunque no habló de un posible regreso a las canchas. El pasado mes de noviembre volvía a hablar sobre el proceso que le alejó del baloncesto entre agosto de 2023 y enero de 2024. Y volvió a aparecer unos días más tarde, en un acto de su fundación.
"Volver a tener una base sólida antes de volver a empezar. La intención es ir vaciando el vaso que se llenó mucho", aseguró hace un mes un jugador que lleva desde los 14 años lidiando con la presión del deporte profesional y las expectativas que se generaban a cada paso que daba uno de los mayores talentos del baloncesto europeo en las últimas décadas.
Entre medias, en estos meses de 'stand by', el base de El Masnou asegura haber aprendido a parar y escucharse a sí mismo, sin hacer caso al ruido que se genera en el exterior. Y no ha sido poco. Desde que hablase con Scariolo respecto a su presencia en el Preolímpico de Valencia ("Nos ha pedido un tiempo de reflexión. Tiene que tomar decisiones sobre su vida y su carrera", aseguraba entonces el seleccionador nacional=) hasta ahora su nombre se ha vinculado con un regreso al Barça, su vuelta al Joventut e incluso una primera de contacto con la Unió Esportiva Montgat, de EBA, para volver al baloncesto más puro. Sin pretensiones.
"Volver a tener una base sólida antes de volver a empezar. La intención es ir vaciando el vaso que se llenó mucho"
Sin embargo, la realidad ha dibujado un panorama diferente en el que, por el momento, el baloncesto queda en un segundo plano. Al menos como profesión. Ricky sigue trabajando a diario, como confesó hace unas semanas, pero sin más ambición que ir "día a día. Cuando eres deportista de élite todo va muy rápido y le das importancia a resultados, algo que no deja de ser un deporte". Una actividad que le ha dado mucho y a la que él también ha dado como para parar ya si lo considera necesario. "El futuro no lo sé, lo estoy meditando y dándole vueltas".
Han sido meses muy agitados para Ricky. El base de 34 años sorprendía a todos el 5 de agosto de 2023. Ese día emitió un comunicado junto a la Federación Española de Baloncesto en el que anunciaba que dejaba la concentración y renunciaba a disputar el Mundial que estaba por celebrarse en Japón, Indonesia y Filipinas. "He decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la FEB para entender mi decisión. Hoy La Familia tiene más sentido que nunca. Gracias. Pediría que se respetara mi privacidad para poder afrontar estos momentos y poder dar más información cuando sea el momento", se limitó a decir.
Desde entonces, el que fuera niño prodigio del baloncesto español se recluyó completamente para dejar atrás ese lugar "oscuro" en el que había entrado. Tomó un camino alternativo, pero siempre con el baloncesto en el horizonte y como tabla de salvación. "Mi mente se fue a un lugar oscuro. Yo tenía la sensación de que estaba yendo en esa dirección, pero nunca había pensado que tuviera el control de la situación. Al día siguiente, decidí parar mi carrera profesional", confesaba el pasado mes de enero antes de anunciar su regreso al Barcelona. "Tenía algo nublando mi mente que no podía superar. Ahora me va mucho mejor con la ayuda que necesitaba y me estoy construyendo desde adentro hacia afuera en lugar de afuera hacia adentro".
Antes de comprometerse con el club azulgrana, el 4 de enero de 2024, Ricky Rubio anunció su retirada de la NBA. El base llegó a un acuerdo con los Cleveland Cavaliers para romper el compromiso que les unía bajo el compromiso de no volver a jugar en la mejor liga del mundo. Ricky tenía contrato con los Cavs hasta 2025, después de haber renovado con la franquicia de Ohio el verano de 2022 a razón de 18,4 millones de dólares por tres años.
Un dinero que quedó reducido a efectos fiscales después de que Cleveland hiciera uso del 'delayed stretch' (tramo retrasado) que el nuevo convenio colectivo de la NBA permite. Los Cavaliers tenían previsto un tope salarial de poco menos de 1,3 millones de dólares para Ricky Rubio esta temporada. Al aprovechar el 'delayed stretch' los Cavs ahora tendrán a Rubio en sus cuentas por un poco más de 400.000 dólares hasta 2027. Los Cavaliers pagarán la misma cantidad de dinero a Ricky Rubio, pero podrán prorratear el pago en tres años y tendrán cierta flexibilidad salarial.
Tras anunciar su salida de los Cavs, Ricky se unió al Barcelona tras muchas semanas de conversaciones con su excompañero de Selección Juan Carlos Navarro. Rubio disputó la segunda parte de la temporada con el equipo que entonces estaba dirigido por Roger Grimau. En total fueron 15 partidos en la ACB (6 puntos, 4,1 asistencias y 1,1 robos por partido) y 13 en Euroliga con 4,6 puntos, 3,2 rebotes y 4,3 asistencias por partido. Buenos números antes de volver a parar. Y sin fecha aparente de retorno.
La familia y la Fundación, sus pilares
"Estoy aprendiendo a saber parar, que es algo que no he hecho en muchos años, y saber escucharse a uno mismo. Hay tantas voces que tienes aquí dentro que al final no sabes ni lo que quieres ni quién eres. Hay veces que parar parece que significa que se va a acabar todo y en realidad la vida sigue. Todo pasa y es cómo lo enfocas". Y Ricky ha encontrado ese foco en dos nuevos mundos: la Fundación que lleva su nombre y su familia.
"Cuando jugaba, ya tenía la Fundación, pero ahora que tengo más tiempo le dedico más horas. Me llena, es algo que será, el día que me retire, uno de los trabajos o el trabajo que tendré. Cuando eres deportista de élite, todo va muy rápido y todo se magnifica. Le das importancia a unos objetivos y unos resultados, pero no deja de ser un deporte. Ahora puedo disfrutar muchísimo de mi hija, cosa que no pasó con mi primer hijo porque al segundo día ya estaba viajando". Del baloncesto, por ahora nada.