OPINIÓN

El renacer del Joventut, la cantera infinita para el baloncesto español

Joel Parra celebra una canasta en la Copa del Rey./ACB Media
Joel Parra celebra una canasta en la Copa del Rey. ACB Media

Apenas ha pasado un mes desde que Badalona, con el histórico Joventut como anfitrión, se vistiera de gala para celebrar una Copa del Rey en la que, al margen del nivel deportivo y de las sorpresas varias, siempre reina un ambiente festivo de confraternización de aficiones.

Pero no todo ha sido siempre felicidad para un club histórico con una Euroliga, cuatro Ligas y ocho Copas en sus vitrinas y del que salieron leyendas de nuestro baloncesto como Margall, Villacampa, los hermanos Jofresa, Rudy o Ricky. Y es que, el pasado fin de semana se han cumplido cinco años de uno de los momentos más duros de su historia del que fue capaz de resurgir cuál Ave Fénix.

Temporada 2017-18. Jornada 23ª. 17 de marzo de 2018. Joventut-Monbus Obradoiro. Empate a 62 a diez segundos del final. Laprovittola, máximo anotador local, asume galones en una penetración pero, con posible falta de Radovic, falla. Jerome Jordan, uno de los temporeros ilustres de la Liga Endesa que siempre llegaba con la temporada iniciada a sus equipos y que había puesto el bloqueo al argentino, anota tras el rebote ofensivo a 1,2 segundos del final.

Pero la canasta no vale. El árbitro Carlos Cortés señala desde debajo del aro una polémica falta en ataque sobre Nacho Llovet, haciendo bueno el canterano verdinegro con la camiseta del equipo santiagués eso de que no hay peor cuña que la de la misma manera. Mete uno de los dos tiros libres e inflige la duodécima derrota seguida al equipo de Badalona.

 

Después, cruce de declaraciones. Carles Duran, en caliente: "Me sabe mal que se pite una falta a un jugador que no para de hacer flopping todos los partidos. Lo de Nacho Llovet es una vergüenza". Llovet: "Estoy muy afectado porque Badalona es mi casa durante más de 15 años. Carles Duran me tira a los leones".

El Joventut, por entonces Divina Seguros, acababa la jornada colista con un balance de 4 triunfos y 19 derrotas. Pero ahí comenzó a gestarse el milagro. Primero el deportivo y después el de los despachos.

Un mes y medio de purgatorio

Laprovittola había llegado cinco jornadas antes. Carles Duran, destituido en noviembre del año anterior pero el mismo curso en un Bilbao Basket que "necesariamente para recuperar las señas de identidad del club" como aseguró su entonces presidente Koldo Mauraza, tres. Bentornat (Bienvenido de vuelta) decía la creatividad lanzada con el comunicado del fichaje hasta final de temporada de un técnico al que vi ascender al filial de EBA a LEB Plata en la Fase Final de Guadalajara en 2006 como campeón dirigiendo a un Prat en el que estaban Pau Ribas o Henk Norel.

Tuvieron que pasar dos partidos más para se rompiera la racha de derrotas, extendiéndose hasta trece. Un mes de abril mágico, con seis triunfos en siete partidos, iniciando una racha que se prolongaría hasta ocho victorias en diez jornadas que les permitía sellar la permanencia. 85,4 puntos por partido, 38,1 % en triples, 19,2 asistencias… Una de esas rachas que hemos comentado que se suelen dar en el rush final de la competición.

Con Laprovittola como estrella (17,2 puntos y 7,8 asistencias, MVP de mayo incluido), con Demetrius Conger (12,3 puntos) como escudero, ambos apoyados por el rendimiento de unos jóvenes Tomasz Gielo (10,8) y Birgander (7,5+6,1) acabarían sellando una salvación ganada a pulso y, curiosamente, dejando en la cuneta tras adelantar al que fuera el Bilbao Basket del propio Duran. En el imaginario colectivo verdinegro, ese triple de Kulvietis en el Coliseum de Burgos que sacaba del descenso a la Penya. Cinco puntos del lituano en los últimos dos minutos, claves.

Pero el siguiente partido a ganar se jugaba en los despachos. El descenso a la LEB Oro hubiera sido la puntilla al club. Sin el Ayuntamiento de Badalona ya como sustento económico principal, con la deuda creciendo, el Consejo de Administración decidió no liquidar el club y acertó: le habría condenado a la desaparición. Apareció la familia Grifols como salvavidas a través del grupo Scranton Enterprises para suscribir íntegramente una ampliación de capital.

Una nueva vida

Ahora, con la inminente venta de los terrenos del club de tenis Mas Ram, el club podría saldar toda la deuda, que a cierre del pasado ejercicio era de 1,3 millones de euros, antes incluso de lo que pensaba su presidente, Juanan Morales, en 2023-24. Sólo han pasado cinco años exactos de aquel momento pero cómo ha cambiado el panorama.

Y es que, un amigo ligado al baloncesto utiliza un refrán no demasiado conocido ni utilizado en la actualidad que dice que 'No hay don sin din'. El Joventut ya tenía el don de sacar jugadores buscando su retroalimentación deportiva pero necesitaba el din, el dinero, para solventar los problemas que ponían en tela de juicio su supervivencia.

El don de ser una de las canteras más prolíficas de la Liga Endesa, de ser capaz de conseguir reproducir talento como si de esporas se tratara desde su cantera una y otra vez. Después, ponerlo en el mercado por eso de que el pez grande se come al chico con la venta de talento para ayudar a su sostenibilidad como con Abalde, Dimitrijevic o López-Aróstegui como últimos ejemplos. Pero luego tener la habilidad de generar el ecosistema para ir introduciendo paulatinamente en el roster sustitutos sin que el engranaje se resienta.

Véase el ejemplo de Joel Parra. El inicio de su eclosión e incremento de su participación se produjo aprovechando la lesión frente a la Virtus de Bologna en Eurocup en marzo de 2021 de López Arostegui que apenas le permitió jugar el playoff frente al Barça y la última jornada de la fase regular en Bilbao. Durante la ausencia del de Getxo, diez partidos, 7,1 puntos y 4 rebotes en 20 minutos y 31 segundos.

Joel Parra. ACB Media
Joel Parra. ACB Media

Como muestra, el ejemplo del equipo que llegó a las pasadas semifinales de Liga ACB en las que se coló con nueve jugadores formados en el club (Pau Ribas, Joel Parra, Pep Busquets, Albert Ventura, Guillem Vives, Ferran Bassas y Zsombor Maronka), otro llegado a los 19 años como Simon Birgander y un Andres Feliz 'ascendido' desde el Prat de la LEB Plata. Jóvenes rodeados de veteranos experimentados made in Penya en ese efecto volver a casa para poner el punto y final a su carrera deportiva. Necesitaban ese din para poder asegurar vueltas, ser capaces de atraer su vuelta a casa y mejorar la rotación con piezas capitales como la de Ante Tomic al margen de acertar con los fichajes.

Este año ya han rozado meterse en la final de su Copa ACB y esperan sacarse la espina del traspiés el pasado curso en la Eurocup donde fueron eliminados en primera ronda. En la competición doméstica, cuatro triunfos en cinco partidos en un gran inicio de segunda vuelta.

En esa sinergia ha sido clave Carles Duran. Porque se formó en las categorías inferiores del club antes de ser ayudante en el primer equipo y conoce a la perfección el manejo de la cantera. Esa gestión se ha traducido también en victorias: desde su llegada, 98 triunfos (54 %) en la competición doméstica.

Y es que tras Joel Parra, con sus cualidades técnicas, capacidad física y carácter como gran nombre propio, vienen más. Hemos visto a Jordi Rodríguez debutar con sólo 18 años; a Pep Busquets estrenarse con España en las ventanas FIBA; a Yaanick Kraag hacer sus pinitos en la rotación verdinegra, meter 13 puntos en 12:32 frente al Betis y estrenarse con la absoluta de Países Bajos; y a Miguel Allen, campeón de Europa Sub-20, reventar los aros en Miribilla con 10 puntos en 15:28 y dos mates. Lástima su lesión de cadera que le ha dejado en el dique seco para lo que resta de temporada.

Como reza ese hashtag que utilizan en la ciudad, #BadalonaÉsFutur, también en el baloncesto. Y ahí está el Joventut, con más fuerza y más vivo que nunca.