Quién fue Epi, leyenda del baloncesto español

El baloncesto español es rico en mitos y leyendas. Al fin y al cabo se trata de uno de los deportes con mayor implantación en nuestra sociedad, de hecho es el segundo con más licencias federativas en España. No solo eso, sino que, además, a lo largo de la historia, varios son los jugadores y equipos españoles que han logrado destacar al máximo nivel. Un panteón en el que Epi tiene un lugar destacado. No en vano, el suyo se trata de uno de los cinco dorsales que están colgados en lo alto del Palau Blaugrana. Un detalle pequeño si se quiere, pero que ayuda a entender la dimensión de su legado.

A menudo, tanto aficionados como medios de comunicación tendemos a caer en un presentismo muy injusto. Algo que sucede con especial incidencia en el baloncesto. Sobre todo, porque de manera objetiva, el deporte de la canasta vivió su periodo de mayor esplendor a raíz de la irrupción de los llamados juniors de oro. Una camada irrepetible de jugadores liderada por un extraterrestre como Pau Gasol, a todas luces el mejor jugador español de la historia. Sin embargo, esto no quiere decir que el de Sant Boi, y toda la corte que le rodeó durante los años dorados del baloncesto español, saliesen de la nada por generación espontánea. Antes hubo unos precedentes que ayudaron a impulsar el deporte y alcanzar límites que, entonces, parecían meras quimeras. Es ahí donde entra el papel de Epi.

Epi es el diminutivo cariñoso de Juan Antonio San Epifanio, jugador de baloncesto nacido en Zaragoza el 12 de junio de 1959. Sin embargo, su nombre estará siempre asociado al Barça Basket, sección en la que es uno de sus máximos referentes históricos. No en vano, Epi es lo que actualmente se conoce como un one club man. Es decir, desarrolló toda su carrera profesional en el conjunto azulgrana, portando un dorsal número 15 que nadie puede llevar más en su honor.

Curiosamente el jugador aragonés llegó al Palau Blaugrana de rebote, como parte del fichaje de su hermano mayor, Herminio San Epifanio, por el conjunto culé. La historia dice que entonces, Real Madrid y Barcelona se disputaron su incorporación. Como factor decisivo en su decisión, pidió que se incluyese a su hermano pequeño con él. El Barça aceptó y los San Epifanio se mudaron a la Ciudad Condal. Aquello sucedió en 1974 y Epi tenía 15 años. Pese a que venía de jugar en el Helios, entonces el club referencia en el baloncesto zaragozano, en el Barça consideraron que no tenía nivel suficiente para jugar en su cantera. Por ello, fue cedido al Colegio Alpe, donde se recicló de pívot más bien torpón a alero tirador. Cinco años más tarde, en 1979, entró a formar parte del primer equipo barcelonista.

La fecha es clave, pues el Barça Basket se convirtió en el equipo hegemónico del baloncesto español en la década de los 80. Una época en la que, además, se produjo el gran boom del deporte de la canasta en España, llegando a rivalizar en términos de popularidad incluso con el fútbol, algo impensable en el día de hoy. Una tormenta perfecta que convirtió a Súper Epi en uno de los deportistas más conocidos de nuestro país.

El total, Epi jugó 19 temporadas en el Barcelona. Fueron, además, algunos de los años más exitosos en la historia del club. En total, con la camiseta azulgrana, el alero aragonés consiguió: 7 Ligas ACB, 10 Copas del Rey, 2 Recopas de Europa, 1 Copa Korac y 1 Mundial de Clubes, entre otros muchos títulos más. Como a todo aquel Barça, le quedó la espinita de no haber ganado nunca la Euroliga. Llegó a disputar tres finales de la máxima competición continental, sin embargo no pudo culminar. No por su falta de esfuerzo. Por ejemplo, en 1984, anotó 31 puntos en la final ante el Banco di Roma, sin embargo los catalanes sucumbieron por 73-79.

Además, Epi fue uno de los integrantes más destacados, por no decir la principal estrella, de la Selección española que consiguió la medalla de plata en Los Ángeles 84. Hasta la irrupción de Gasol y compañía, el éxito más rutilante del baloncesto español. En total, Epi disputó cuatro Juegos Olímpicos y ganó una plata europea en 1983 y el bronce continental en 1991. Se retiró como el jugador español con más internacionalidades, con 239 partidos. Una marca que, eso sí, ya ha sido batida por Rudy Fernández y Juan Carlos Navarro.

Epi fue un alero tirador en una época en la que esa figura, prácticamente, se estaba inventando. O reinventando, si se quiere. No en vano, hay que tener en cuenta que el lanzamiento triple se implantó a partir de 1984, cuando el 15 del Barça llevaba ya cinco temporadas a sus espaldas. Aquello cambió por completo el juego y requirió un periodo de adaptación para todo el mundo. También para él, pese a que estaba acostumbrado a lanzar desde lejos.

Sobre la pista, Epi fue fundamentalmente un anotador. De hecho, mantiene el récord de más puntos conseguidos en un partido de ACB. El 18 de febrero de 1984, en una victoria frente al Joventut por 112-109, Epi terminó el partido con 54 puntos en su estadística individual. Una marca que, además, la consiguió sin triples. "Fue extraordinario y tuvo dos prórrogas. Yo tenía un día acertadísimo, con unos muy buenos porcentajes en el tiro. Estaba muy inspirado, y recuerdo que además anoté las canastas importantes en los momentos decisivos. Tengo un recuerdo muy grato", recordó el propio Epi en declaraciones realizadas a la ACB.