LIGA ENDESA

Los 366 días que hicieron al Leyma Coruña tocar la cima y despertarse del sueño de la ACB: "Hoy duele, mañana empezamos a construir de nuevo…"

El conjunto coruñés se convierte en el primero en descender de forma matemática en la Liga Endesa.

Los jugadores del Leyma Coruña agradecen el apoyo a la afición tras consumar el descenso en Bilbao. /ACB PHOTO/AITOR ARRIZABALAGA
Los jugadores del Leyma Coruña agradecen el apoyo a la afición tras consumar el descenso en Bilbao. ACB PHOTO/AITOR ARRIZABALAGA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Han pasado 366 días desde que el Leyma Coruña lograse tocar el cielo en Melilla, con ese ascenso, el primero de su historia, a la Liga Endesa. Capricho del destino o la casualidad, un año y un día después, los coruñeses viven la otra cara de la moneda, la más amarga, dura y dolorosa. La de consumar el descenso de categoría cuando aún quedan por delante tres jornadas para el final de la temporada regular. Todo ello tras una temporada de altibajos, de sorpresas, de baches, de grandes nombres y de decisiones que no terminaron de salir bien.

"Hoy duele mucho, muchísimo. Mañana empezamos a construir de nuevo. Gracias eternas a toda la Familia Naranja por su apoyo incondicional durante toda la temporada. A Coruña es ACB. Volveremos", rezaba el post en X con el que club, tras caer ante el Surne Bilbao Basket (79-67), comunicaba ese adiós que ya era matemático. Una despedida que, de forma oficial, llegará en tres semanas y que muestra lo difícil que es para los pequeños y recién ascendidos mantener la categoría en la Liga Endesa.

El Leyma Coruña decidió apostar por mantener un bloque de jugadores de los que habían logrado el ascenso. "Lo positivo de mantener muchos jugadores del año pasado es que los nuevos se van a introducir e implicar antes en lo que dice el coach. Esto va a dar más velocidad en el proceso que cuando tienes más jugadores nuevos. Pero, claro, nadie sabe el futuro, puede salir bien o mal, pero es nuestra filosofía. Otra filosofía es traer muchos nuevos jugadores, como ha hecho Lleida… Pero ya veremos qué apuesta sale mejor o más cara. En deporte no se puede saber lo que va a pasar", reconoció Goran Huskic a Relevo, justo antes de empezar la temporada. Y a ello, se unió un fichaje estrella, el de Trey Thompkins, que aunque no pudo estrenarse en ACB junto con el resto del equipo, la realidad es que sí que vio como los suyos tenían un debut de ensueño: la victoria ante el Real Madrid.

Aquello hizo quizá que el Coruña entrase de lleno a estar en el punto de mira de todos los equipos. Y la realidad es que tras ello, lo que llegaron fueron las lesiones. La baja de Augusto Lima fue un revés enorme, como las ausencias por virus que fue sufriendo la plantilla, hasta que llegó, en diciembre, la salida de LJ Figueroa rumbo al Aris de Salónica… y su recambio tardó (quizá demasiado) en llegar. Porque aunque Ángel Núñez fuese la apuesta de los gallegos para suplir al dominicano, este no aterrizó en Riazor hasta febrero, cuando los resultados ya estaban siendo un aviso importante.

Mientras que otros equipos, como el Río Breogán, el Bàsquet Girona e incluso el Morabanc Andorra, habían apostado por un cambio en el banquillo, la apuesta de la directiva coruñesa fue mantener a Diego Epifanio, el entrenador con el que el equipo había llegado a la ACB y al que le habían dejado ese bloque de jugadores que ya conocía de la temporada anterior, así como reforzar la plantilla con la llegada del letón Karlis Silins y también de otro jugador de renombre: Thomas Heurtel, tras su fallido fichaje por el Barça en enero. Pero aquello fue más sonoro que efectivo. Porque aunque el francés firmó varias actuaciones de lustre -como aquella en la que firmó 18 asistencias ante el Joventut Badalona, siendo esta la segunda mejor marca de la historia de la liga-, en abril, tras perderse algún que otro partido, se confirmó su adiós a la temporada por una lesión de rodilla (menisco) que le obligaba a pasar por quirófano.

Aun así, el Leyma Coruña seguía creyendo en lograr lo que era una gesta, la de la permanencia. Y la victoria ante el Barça el jueves, en el duelo aplazado por cuestiones logísticas -que el pasado fin de semana no tenían disponibilidad en su pabellón- les hizo todavía más creer. ¿El motivo? Que salvo el Lucentum Alicante en 2007, todo equipo recién ascendido que había logrado ganar a Real Madrid y Barça esa temporada había conseguido la salvación.

Pero si algo ha dejado claro el baloncesto es que no entiende de datos. Y menos de 72 horas después, en Bilbao, se consumó lo que ya se vaticinaba que podía pasar: ese descenso a tres jornadas del final de la liga regular, que hace al Leyma Coruña decir adiós, matemáticamente, de la ACB a la que hace un año y un día saludaron por primera vez.