EUROLIGA

Tres derrotas consecutivas y una "pesadilla" incrementan las dudas en un nuevo Real Madrid que pide "calma"

La defensa del equipo blanco volvió a hacer aguas en el debut en Euroliga y ya son tres partidos encajando en torno a 90 puntos.

Chus Mateo durante el partido en Múnich. /GETTY IMAGES/MATTHIAS BALK
Chus Mateo durante el partido en Múnich. GETTY IMAGES/MATTHIAS BALK
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

"Necesitamos mejorar la defensa, permitimos demasiados triples. Anotaron 15 triples y Voigtmann acabó siendo una pesadilla". Con esta frase, Chus Mateo recogió a la perfección lo que había sido el debut del Real Madrid esta temporada en Euroliga. Y es que el equipo blanco volvió a caer, por tercera vez consecutiva, firmando el peor arranque de la era de Chus Mateo. De hecho, si uno busca cuándo fue la tercera derrota de los suyos la pasada temporada hay que irse hasta el mes de enero para encontrarla. Concretamente el día 2, en el Clásico de Euroliga ante el Barça. Y sólo encadenó tres derrotas seguidas en el mes de marzo, en ese bache previo a los playoffs de la Euroliga. Pero este año es una historia bien distinta y, al menos por ahora, puede tener justificación, aunque el tiempo, para el baloncesto actual, siempre le juega en contra.

Al Real Madrid no le salieron las cosas en Múnich. Le faltó consistencia en defensa y, a partir de ahí, fue acusando la falta de todo lo demás. Sobre todo desde el perímetro con esos 15 triples encajados. Y faltó, como dijo Dzanan Musa al descanso, "cerrar el rebote ofensivo". De hecho, se trata del tercer partido que encajan en torno a 90 puntos (97 en Múnich, 86 en Coruña y 90 de Unicaja en Murcia). Y aquí se notó el mal que llevan arrastrando desde la final de la Supercopa: que los nuevos todavía necesitan una adaptación que es lógica, pero que a ojos de parte de la afición ya debería haber llegado. Y que Mario Hezonja tampoco está. Y que el croata haya sido el mejor fichaje del verano para los blancos, como se decía, no es algo que se diga sin más.

Si algo ha demostrado el croata, desde que en aquellos míticos playoffs de la Euroliga ante el Partizan dio ese paso al frente en defensa cuando tuvo que caer al '4' ante las bajas de Gaby Deck y Gerschon Yabusele, es que se trata de un jugador clave en el rebote. Tanto cuando sale como alero, su posición natural, como cuando hace las veces de ala-pívot. Y su baja por un virus en la final de la Supercopa Endesa y en la primera jornada de la Liga ante Leyma Coruña se notó. Lo mismo que la de este jueves, que se quedó fuera de la convocatoria por paternidad.

A ello se suma que aunque Serge Ibaka pudiera volver y aportar en ataque (9 puntos), en defensa se quedó algo corto (4 rebotes), mientras que la participación de Usma Garuba fue escasa y casi nula. Y esto hizo que Edy Tavares se quedase demasiado sólo en defensa, porque tampoco fue el día para el resto de sus compañeros (véase Abalde, que suele apretar y estuvo bastante flojo atrás).

Pero es que, además, si algo hizo Chus Mateo es, pese a todo, no cargar al caboverdiano de minutos. ¿Por qué? Porque sabe que va a necesitar de él y ya se pegó una minutada el pasado domingo y porque al final los nuevos la única forma de que cojan rodaje es jugando. Es más, si uno mira el minutaje de cada jugador se ve un equilibrio que hacía tiempo que el Real Madrid no tenía, hasta el punto de que sólo Facundo Campazzo y Gaby Deck superaron los 25 minutos de juego.

El tiro exterior sigue como cuenta pendiente

Otro de los peros que está arrastrando este Real Madrid -y que es algo que viene de temporadas atrás, aunque por lo general se conseguía suplir con otras cosas- es el tiro exterior. Los blancos no tienen ese cañonero que logre mejorar los porcentajes en los tiros de tres (9/22 hicieron en Múnich) y si antes se lograba suplir esa carencia ganando el rebote en la pintura y logrando segundas oportunidades, ahora esto brilla por su ausencia, al menos de momento.

Lo que tiene claro Chus Mateo, y así lo lleva manifestando desde la Supercopa, es que el equipo necesita dos cosas: la primera "paciencia" (la cual precisamente no tuvieron sobre todo en la recta final del partido), porque "nunca se sabe cuánto tiempo se necesita para que un jugador se adapte al equipo". Y también, ese fichaje para completar la rotación en una posición que, según mantenía en la Supercopa de Murcia, todavía no tienen identificada. Porque primero tienen que ver si con lo que hay -cuando se adapten y vuelva Hezonja, que a priori lo hará este domingo- el juego interior estaría completo o no. Y si en caso de que sí, lo que hiciera falta sería buscar a un tirador que supla esa falta de tiro exterior del equipo o, por contra, los nuevos como Rathan-Mayes logren suplirlo.

En definitiva, como decía Chus Mateo, se necesita "paciencia", aunque el problema sea que en el baloncesto actual, y más en la Euroliga, esta sea casi inexistente porque el tiempo apremia y las derrotas de principio de temporada luego pueden pesar demasiado de cara a los playoffs. Por eso, las dudas sobre la plantilla este año y sobre si las nuevas incorporaciones o no son las adecuadas están sobre la mesa. Y esas son las que deben disiparse cuanto antes.