Chus Mateo como nunca se le ha visto: "El primer año que yo estaba aquí también se decían muchas cosas"
El técnico del Real Madrid tira de galones y ejemplo propio para calmar la incertidumbre por las dos derrotas con las que han empezado la temporada.
Paciencia. Si hubiera que definir con sólo una palabra lo que trata de transmitir (y, sobre todo, pedir) el entrenador del Real Madrid, Chus Mateo, es, precisamente, esa: paciencia. Por más que el equipo blanco acumule dos derrotas seguidas de inicio en tres partidos (final de la Supercopa y primera jornada de la Liga Endesa). Algo que, la pasada temporada, no supo lo que era hasta el 30 de noviembre. Es decir, después de haber disputado 24 partidos. Y lo cierto es que si hubiera que añadir una segunda palabra, sin duda, sería "trabajo". "Hay que tener paciencia y hacer las cosas bien, ponernos el mono de trabajo y conocernos", insistió Chus Mateo con el fin de calmar las aguas de cara al debut del equipo blanco en la Euroliga, que tendrá lugar este jueves ante el Bayern de Múnich (20:45 horas). Y es que, como explicó el técnico, él sabe mejor que nadie lo que es tener que lidiar con ese 'ruido' a su alrededor, como le ocurrió en su primera temporada como primer entrenador.
"Esto es una carrera de fondo. El primer año que yo estaba aquí sentado se decían muchas cosas. Trabajábamos; perdíamos; trabajábamos; perdimos la Copa; y ganamos la Euroliga. Se decían muchas cosas. Hay que hacer las cosas con tranquilidad y paciencia y no hacer caso a lo de fuera, sino a lo que hay dentro, que son los 13 jugadores que tenemos, que trabajamos juntos y sin fisuras", reivindicó el entrenador. Y en eso no le falta razón.
Cuando Chus Mateo aterrizó en el banquillo blanco, la duda generalizada sobre si sería o no capaz de gestionar esa responsabilidad se sentó junto a él desde el principio. Preguntas sobre si "podría ganar el Real Madrid algún título con Chus", si su "carácter" era o no el adecuado... Incluso se habló de "fracaso" en el que fue "su primer gran examen", la Copa del Rey de Badalona 2023 y, cómo no, del "peso del pasado" hasta el punto de que se llegó a corear el nombre de su predecesor, Pablo Laso, en alguna derrota de los blancos.
Mateo llegó a convertirse en el sospechoso habitual hasta que, como él mismo aseguró este miércoles, ganó la Euroliga. Y esto es lo que trata de usar, precisamente, como ejemplo para que no se genere una crisis antes de tiempo. ¿El motivo? Que, como insiste, el equipo ha sufrido seis bajas, cuatro llegadas nuevas y, sobre todo, la ausencia dentro del vestuario de dos pilares insustituibles como son Rudy y el Chacho.
"Es ley de vida. Se van porque han hecho una carrera brillante y creen que es el momento. Les vamos a echar de menos. Aportaban cosas importantes al vestuario. Igual que Causeur. Poirier, Yabusele y Alocén también eran jugadores con mucho recorrido y han buscado otras opciones. Yo sólo puedo agradecerles el tiempo que estuvieron con nosotros y desearles lo mejor. Se han marchado seis jugadores. Hay que hacer borrón y cuenta nueva y hacer cosas diferentes y construir. No se puede empezar la casa por el tejado. Hay que tener paciencia mientras seguimos trabajando y tratando de jugar mejor", insistió el técnico.
De hecho, aunque reconoció que "no estaban jugando como les gustaría", en lo que sí que incidió es en que eso acabará llegando una vez pueda tener adaptados a los nuevos fichajes... y a los jugadores que continúan. Porque al final se trata de una adaptación conjunta. "En la intención de este entrenador no está que Edy Tavares juegue 30 minutos. Tengo que tener a la gente preparada. El otro día Ibaka falló porque no pudo jugar, Usman aún está recuperándose... Hemos perdido la final de la Supercopa y el primer partido de Liga, pero tenemos que hacer un trabajo para estar preparado para cuando lleguen las competiciones. Cuando llegue la Copa, el playoff de la Euroliga y estar entre los cuatro de la Final Four, y ser capaces de luchar por la liga", dijo.
Por eso, más allá de señalar como culpable la necesidad (o no) de un nuevo fichaje -algo que no descartó que ocurra: "Ya identificaremos la posición y el momento, si es necesario o no. Eso hay que aparcarlo y pensar solo en mañana"-, el técnico tiene claro que necesitan seguir trabajando y restar presión de forma interna. "Paciencia interna dentro de que ellos quieran jugar bien de la noche a la mañana. Lo que hago es quitarle presión porque son buenos jugadores y lo van a hacer bien, yo voy a ayudarles para que salga adelante", algo que él controla bien porque fue, precisamente, lo que le tocó vivir en primera persona hace sólo un par de años.