EUROLIGA | OLIMPIA MILÁN 85 - REAL MADRID 76

Todo mal en Milán para el Real Madrid

Los de Chus Mateo firman su peor partido y siguen sin saber qué es ganar fuera de casa en la Euroliga.

Rathan-Mayes, con la bola en Milán ante Fabien Causeur. /EFE
Rathan-Mayes, con la bola en Milán ante Fabien Causeur. EFE
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Un desastre en todos los sentidos. Así ha sido el partido del Real Madrid ante el Olimpia Milán, un equipo que recibía a los blancos tras una contundente derrota en la Lega italiana (91-57), pero que desde el principio jugó con más ganas, cabeza y convicción ante un Real Madrid totalmente anulado (85-76). Los de Chus Mateo no saben todavía lo que es ganar fuera de casa en la Euroliga (5 salidas, 5 derrotas) y lo que es aún peor: las sensaciones no mejoran y los desajustes internos ya son un lastre que empieza a pesar demasiado.

Era el gran día del Chacho, su entrada en el Hall Of Fame del Olimpia Milán, pero el Real Madrid tenía claro que eso no era algo que fuera con ellos. Que tenían que estar centrados en buscar esa primera victoria fuera de casa, pero sin "ansiedad ni presión", según dijo Chus Mateo en la rueda de prensa previa al duelo. Pero lo cierto es que lo que demostraron los blancos sobre el parqué fue, precisamente, ansiedad después de que hubieran faltado ganas para, ya no ganar, sino pelear el partido. Al menos así fue durante los dos primeros cuartos.

Tras un inicio algo desajustado, el equipo de Ettore Messina no tardó en encontrar la clave para hacer daño al de Chus Mateo: "El lado débil de la defensa es una basura", dijo Ledey en referencia a los blancos durante un tiempo muerto. Y en cuanto lo hicieron, los bases comenzaron a golpear primero con puntos fáciles de Neno Dimitrijevic y Leandro Bolmaro, a los que se unió Nico Mannion en el que fue su debut con el cuadro milanés. Y, por si fuera poco, la entrada en pista de Fabien Causer terminó de darle la puntilla a su exequipo en el primer cuarto, con un triple, un robo y una canasta. Cinco puntos seguidos que obligaron a Chus Mateo a parar el duelo aunque de poco les sirvió (24-16).

La defensa del Real Madrid hacía aguas (aunque esto ya no es ninguna novedad). Los cambios defensivos, además, lo que hacían era perjudicar al único que trataba de aportar más solidez en este sentido, un Edy Tavares que otra vez se vio demasiado sólo y que ni siquiera lograba encontrar su sitio en la pintura porque el juego colectivo blanco brilló por su ausencia... como los triples: 8/30. Aun así, algunos destellos individuales, en mitad de la ansiedad anotadora que parecían reflejar, hicieron que los de Chus Mateo sólo se fueran 7 abajo al descanso (47-40). Pero tras el receso, apenas cambió el guión.

Campazzo trató de hacer de las suyas y comenzó tirando del carro, pero tampoco tuvo su día. A Tavares le cayó la cuarta falta. Y el juego colectivo... siguió absolutamente desaparecido. ¿Lo bueno? Que la distancia en el marcador se mantuvo, porque tampoco es que brillase en exceso el equipo milanés (62-55).

Y el último parcial fue el de la extrema unción. Al menos, durante gran parte. El lado débil de la defensa fue un coladero absoluto, permitiendo tiros fáciles del Olimpia Milán. Y la falta de actitud hizo que algunos jugadores quedaran señalados. Como ocurrió en esos minutos de Rathan-Mayes en los que perdió dos balones consecutivos... y ni siquiera mostró ganas o hizo un esfuerzo extra por correr a defender para tratar de arreglar su desastre. ¿El resultado? Un +22 para el Olimpia Milán que hablaba por sí sólo. Y aunque al final se maquilló el resultado, con las sensaciones pasó todo lo contrario. La crisis se agudiza con problemas (en defensa, en el triple y desconexiones) que suman y siguen.