Levantamiento del 2 de mayo

Solamente (y nada menos) es un partido de baloncesto de las eliminatorias por el título. En un día tan señalado para Madrid, el Real Madrid se enfrenta a sí mismo y a un Belgrado encendido por los acontecimientos del 27 de abril, ese jueves amargo donde en un segundo parece que explotó la frustración acumulada de un partido de playoff ya perdido (¿o de toda una temporada?).
Al primero que no le interesa que el partido no discurra por cauces deportivos es a Partizan. Zeljko Obradovic fue el primero en avisar, su jerarquía marca el camino siempre, pero las masas a veces no son entrenables. El técnico serbio sale (de nuevo) reforzado de esta locura por clarividencia, sus palabras son gloria al minuto después de una pelea que nos impactó a todos. Pero su discurso viene motivado más que por buscar una paz sin beneficios (que también) porque supo desde el primer golpe de Llull, desde la primera provocación de Punter, que los mayores perjudicados serían los partisanos, la eliminatoria estaba decantada, casi decidida con el Real Madrid técnicamente y tácticamente muy tocado, un 0-2 que dejaba las posibilidades blancas en el suelo. El no concurso de Punter y de Lessort para esta noche debilita más a priori a los serbios que la sanción de Yabusele y la de Deck (por poco, porque también son jugadores importantísimos para la rotación de Chus Mateo, los que más juegan con Tavares habitualmente).
Pero Yabusele es más sustituible que Punter. El francés, en el centro de todos los discursos por ese golpe terrible tras levantar sin ningún sentido y girar a Exum (que pudo salir muy lesionado pero no fue así, jugará hoy) en términos deportivos no está teniendo una gran temporada pero su entrenador se fía de su rebote, espacio que ocupa en pintura y finalizaciones en carrera. Deck+Yabusele es una fórmula que Real Madrid usa para completar la superioridad física de Tavares y ganar muchos partidos por un número de posesiones muy superior ganadas por aplastamiento numérico, empuje en los rebotes y estatura física. Por otro lado condiciona un juego más estático en ataque, tanques que no circulan tanto el balón, se mueven menos por el perímetro.

Esta noche para que Real Madrid se levante tiene que hacer un ejercicio de alma. Cada tiro exterior que tiren en los primeros minutos serán lanzamientos que marquen un partido donde la culpa y la redención colectiva son partes del juego invisible.
Los jugadores blancos saben que tendrán que anotar y no celebrarlo demasiado, recuperar bolas y no mirar a la grada, tratar de jugar unidos entre ellos bajo la mirada de un público y una realización televisiva que estará pendiente de gestos y de emociones, las que no se controlaron en el 2º partido.
Los jugadores del Partizan saldrán sin dos de sus líderes pero con un Smailagic jugando los mejores porcentajes de su carrera y sin miedo alguno y más jugadores locales (Avramovic, Danilo_Anđušić o Trifunovic) que se sentirán empujados por más de 20.000 voces en una temporada que ya estaba siendo mágica para ellos y que puede llevarles a Kaunas en el tercer o cuarto partido.
Muchos tras las sanciones han interpretado que a Partizan de Belgrado no le interesa ganar en el día de hoy para tener a Kevin Punter con la sanción cumplida en semifinales. La frase en sí misma es terriblemente inocente. ¿Obradovic dejándose perder? ¿Todo el crédito ganado de una temporada imborrable? ¿Todo el rango moral ganado durante décadas de triunfos europeos ponerlo en riesgo ante la posibilidad de que te empate Real Madrid la serie y volver a Madrid? ¿Qué mensaje mandas a tu vestuario? ¿Punter vale más que todos vosotros juntos?
Nadie quiere una pelea en un acontecimiento deportivo (ni en ningún otro ámbito) y menos si se convierte en tumultuaria. Desde que pasa es un suceso negativo para condenar con firmeza. Siempre que ha sido en la cancha y con cámaras, en los túneles de vestuario hay un limbo legal, árbitros ya no se hacen cargo, la tele no te ha grabado, por eso algunos levantan el dedo señalando ese lugar cuando se retan, peleas que no tuvieron sanción y los golpes fueron igual de tristes pero sin notaría catódica.

Pero tampoco seamos hipócritas, en estos ríos revueltos hay multitud de voces que gritan en mayúsculas tratando de establecer juicios sumarísimos, imponer condenas durísimas porque creen que así esto no volverá a suceder. Todo esto esto está muy bien para conseguir unos cientos o miles de likes o visualizaciones más pero el riesgo de un altercado físico en el deporte existe y lo que se pide es que suceda lo menos posible. Arrepentimiento, propósito de enmienda y cumplimiento de las sanciones ejecutadas por organismos especializados en justicia deportiva son términos más grises pero los únicos útiles en estos días de soflamas.
Recordemos que queremos que los jugadores profesionales son tipos enormes que cobran por mantenerse fuertes, rápidos, ágiles, activos y preparados para el choque. Usamos una literatura cercana a lo bélico: ser físicos, afrontar la batalla del partido, pegar hostias para que no corran el contraataque, ser duros en la pintura, no permitir ninguna canasta fácil. Ser blando jugando a baloncesto es una etiqueta reprobable. Todo esto hay que hacerlo con inteligencia y con madurez, sabiendo los límites, obviamente. Pero a los gladiadores que mandamos a la arena (otra metáfora sangrienta) todavía son humanos y no podemos crearlos por IA. Que pueda suceder no justifica un comportamiento violento, pero si nos presenta la taxativa realidad de que sucede. Cada vez más aislado, pero sucede.
El deporte es extraordinario porque tiene momentos tan oscuros como el vivido el pasado jueves pero una revancha para poder levantarse hoy martes. Real Madrid querrá parecerse a la historia de su ciudad y de su comunidad, empezar el levantamiento y provocar la mayor remontada de la historia. Un cerrajero empezó todo hace 215 años en una mañana del 2 de mayo. ¿Quién tendrá la llave del aro serbio?