Las ganas y el corazón de un gran Real Madrid no fueron suficientes ante el Olympiacos
Los de Chus Mateo se despiden de la Euroliga tras un gran partido en el que acabaron ovacionados pese a la derrota.
Hay veces que la ganas acaban siendo más fuertes que el baloncesto. Pero la realidad es que esta vez, aunque el Real Madrid planteó ambos de forma impecable... no fue suficiente ante un Olympiacos que se va a la Final Four de Abu Dabi tal y como entró en los playoffs: con la etiqueta de favorito. Los de Chus Mateo se despiden, con la cabeza alta y la ovación del Movistar Arena, de los playoffs de la Euroliga, tras firmar un partido excelso en el que la suerte no quiso que el triple final de Alberto Abalde que hubiera cambiado por completo el resultado acabase entrando (84-86).
El Real Madrid tenía que "rayar la perfección". Así de claro lo había dejado Chus Mateo. Porque si querían ganar, por segunda vez, al Olympiacos, no les quedaba de otra que hacerlo y la puesta en escena se antojaba crucial. Y aunque Edy Tavares vio quizá demasiado pronto la primera falta -que hicieron a Nigel Williams-Goss inaugurar el marcador desde el tiro libre- dos triples consecutivos de Alberto Abalde y Mario Hezonja pusieron a los blancos por delante (6-2). Aunque los de Giorgios Bartzokas no tardaron, dirigidos por el exmadridista, en hacer de las suyas y equilibrar la balanza y el duelo.
Sin embargo, la realidad es que los de Chus Mateo no perdían la concentración -ni la convicción- y tras dos rebotes defensivos de Tavares, Andrés Feliz primero y Abalde después, pusieron el 14-8 en el marcador. Algo que pronto recortó Evan Fournier -al que tanto echaron de menos los griegos el martes- desde el exterior (14-11). Pero Mario Hezonja desde el triple y Bruno Fernando, tras un robo excelso de Abalde, volvieron a poner el +8 en el electrónico. Y aunque Olympiacos recortó con una canasta de Fall y dos tirlos libres de Fournier, los blancos redondearon el 21-16 con el que finalizó el primer cuarto con un alley-oop entre Sergio Llull y Bruno Fernando que acabó con el angoleño colgándose del aro. Pero dos tiros libres de Luca Vildoza y un robo de Thomas Walkup a Sergio Llull, acabó con Alec Peters poniendo el 21-20 en el electrónico y Chus Mateo pidiendo tiempo muerto cuando apenas habían pasado 36 segundos del segundo cuarto.
Pero los blancos reaccionaron con dos tiros libres de Campazzo y un robo de Hugo Gónzalez que acabó en triple de Llull tras lo que llegó el momento pantanoso que parece que no hay partido de la serie que se libre de él... por las decisiones arbitrales. Los blancos pelearon una bola incluso por los suelos. Esta acabó siendo fuera, pero posesión para el Real Madrid. ¿Qué pasa? Que la pelota había caído en el banquillo de Olympiacos, ahí la bola estaba siendo retenida, Garuba fue a por ella, acabó habiendo un pique... y acabó tanto el de Azuqueca de Henares como el banquillo griego viendo la técnica. Pero después el que asentó el juego fue el capitán, Sergio Llull, con un triplazo y sacándole falta en ataque a McKissic que levantó al Movistar Arena con el marcador luciendo 28-23.
El Madrid estaba metidísimo en el partido. Tanto que hasta el más joven, Hugo González, estaba dando un recital sin mostrar ningún tipo de miedo pese a la entidad del partido (y del rival). Así se vio con esos cinco puntos consecutivos tras un triple y una enorme asistencia de Llull que puso en pie a la grada y el 33-27 en el marcador. El punto negativo lo puso el juego interior: Burno Fernando con dos faltas... y luego Edy Tavares, que pudo haberse ahorrado la tercera que lo acabó mandando al banquillo, con todavía más de cuatro minutos por jugarse antes del descanso.
Pero aun así, los de Chus Mateo estaban excelsos a nivel de concentración y pusieron el +8 en el electrónico obra de Campazzo (38-30). Y por más que Olympiacos quería reaccionar... siempre aparecía alguien del conjunto blanco para seguir manteniendo la hegemonía blanca. Aunque a medio minuto para el receso, una canasta de Fournier y otra, con firma de autor, de Saben Lee recortaron la renta a 5 obligando a Chus Mateo a parar el juego para dibujar la jugada en ataque que Musa transformó a la perfección (47-40). Y fue Fournier casi sobre la bocina el que mandó a vestuarios el partido con 47-42.
Si algo tenía que hacer el Real Madrid de cara a la segunda mitad era mantener la intensidad, no bajar la concentración, seguir con la defensa que estaba planteando (por algo habían dejado en un pobre 1/6 en triples a Olympiacos) y tratar de evitar -en lo que estuviera en su mano- esa diferencia en faltas, de cara a los tiros libres. Y es que por 19 que lanzaron los griegos durante la primera mitad, los de Chus Mate se quedaron en sólo cuatro. Pero la realidad es que el tercer cuarto arrancó con un triple de Williams-Goss... y la cuarta falta de Edy Tavares. Y sí, esto la verdad es que era un revés para el equipo blanco. Primero, porque fue lo que hizo que Fournier le diera la vuelta al marcador por primera vez (47-48) y después, porque obligó al caboverdiano a sentarse.
Las faltas de Tavares condicionan
Dzanan Musa desde el tiro libre volvió a poner a los suyos uno arriba, pero Fournier siguió haciendo de las suyas y, junto a Nigel Williams-Goss (que sacó otro 2+1, esta vez a Facu Campazzo) hicieron que el Madrid tuviese que empezar a remar a contracorriente (49-53). Los blancos empezaban a entrar en barrena y se les hacía algo de noche de cara a aro, mientras que el Olympiacos estaba encontrando el acierto que no logró hallar en la primera parte. Tanto que el +7 griego llegó al marcador y Chus Mateo tuvo que parar el partido (51-58).
Pero tras eso, una falta en ataque de Williams-Goss sobre Feliz acabó con el base exmadridista viendo también la técnica y con el de Guachupita sacando un valiosísimo 2+1 tras ello... que erró desde la personal. Pero aun así, el equipo blanco seguía remando y tras una buena defensa de Bruno Fernando a Fournier, fue Feliz el que dejó la distancia en sólo tres puntos a cuatro minutos del final del tercer cuarto (57-60). Pero ahora, eran los griegos quienes jugaban con tener la ventaja en el marcador y aunque empezó un tira y afloja entre ambos, con intercambio de canastas, la distancia se quedó en tres de cara a los últimos diez minutos (65-68).
La reaparición de Sasha Vezenkov -que durante el segundo cuarto apenas jugó- en el tercer había hecho mucho daño al Real Madrid. Y, de hecho, fue quien habilitó a Papanikolaou para anotar los primeros tres puntos del último cuarto y justo después cazó un rebote que acabó con Vildoza sumando también desde el exterior. Un +6 de salida que puso el 65-74 en el marcador y que obligó a Chus Mateo a parar el duelo en busca de una absolutamente necesaria reacción de los suyos, cuando el juego blanco había pasado a acumular demasiadas imprecisiones. Tanto, que incluso devolvió al parqué a Edy Tavares, pese a estar al límite de la eliminación.
La defensa le dio una última vida al Madrid
Dzanan Musa fue el que logró romper la sequía blanca -tras casi cinco minutos sin anotar, entre la recta final del tercer cuarto y lo que iba de último- desde la línea de tiro libre, pero Papanikolaou tiró de calidad justo después para sacarle al bosnio el 3+1 con el que los griegos pusieron el +15, aunque se dejó el tiro libre por el camino. Hezonja recortó a 11 con dos buenas acciones y tras ello, Musa fue a la línea del tiro libre desde donde logró bajar de la barrera de diez puntos, para justo después robar el balón Abalde y hacer que Llull pusiera el 75-82. El Olympiacos había entrado en un punto de cierta ansiedad de cara a aro, mientras que el Real Madrid todo lo contrario. Y ese triple de Campazzo que puso a los de Chus Mateo a cuatro lo dejó bien claro.
Quedaban 3:08 minutos para el final, el Madrid acababa de firmar un parcial de 11-0, pero Vezenkov tiró de inteligencia para sacarle una falta (quizá más forzada que real, pero señalada) en ataque a Tavares... y con ella su eliminación (era la quinta). Aun así, el marcador seguía sin moverse, mientras el crono seguía corriendo... hasta que el búlgaro hizo magia para inventarse un triple a 2:01 del final que ponía el 78-85, por más que Abalde intentó defenderle. Dzanan Musa volvió a dejar en cinco la diferencia y Abalde la bajó a tres a falta de un minuto y nueve segundos para el final.
El Madrid necesitaba una buena defensa... y la hizo. Campazo le arrebató la bola a Williams-Goss y fue él mismo quien acabó buscando el triple... pero no entró. Como tampoco la canasta hacia atrás que buscó Vezenkov y cuyo rebote quedó siendo de nadie y acabó fuera, obligando a los árbitros a revisar quién había sido el último en tocar... y fue Milutinov. Quedaban 16,4 segundos, el marcador lucía 82-85, y era bola para el Real Madrid. Abalde la puso en juego, Facu la subía... y Vildoza -muy inteligente- le hizo la falta abajo a su compatriota con solo 2,4 segundos transcurridos. El argentino no erró desde el tiro libre, para poner a los suyos a uno. Y quien tampoco dudó fue Abalde a la hora de hacer la falta a Fournier.
El francés falló el primero, pero anotó el segundo. Quedaban 12 segundos... y el Real Madrid tenía bola para empatar o ganar. Para lo segundo, había que tirar de tres. Campazzo penetró, no lo vio claro, cedió para Hezonja, que tampoco. Y finalmente Alberto Abalde se encontró con ese tiro que... acabó estrellándose en el hierro (84-86). El Real Madrid se despide con la cabeza alta de los playoffs de la Euroliga y con una ovación del Movistar Arena que quiso mostrar su agradecimiento y apoyo a los suyos por la entrega.
Ficha técnica
- 84 - Real Madrid (21+26+18+19): Feliz (9), Abalde (7), Musa (12), Hezonja (21), Tavares (4) -cinco inicial-, Llull (11), Garuba (-), Campazzo (9), Hugo González (5), Bruno Fernando (6), Ndiaye (-).
- 86 - Olympiacos (16+26+26+18): Williams-Goss (10), Fournier (23), Papanikolau (12), Vezenkov (10), Fall (6) -equipo inicial-, McKissic (-), Peters (9), Milutinov (7), Lee (2), Walkup (-), Wright (2), Vildoza (5).
- Árbitros : Damir Javor (Eslovenia), Milivoje Jovcic (Serbia) y Milan Nedovic (Eslovenia). Eliminaron por faltas personales a Tavares (m.36)
- Incidencias : Cuarto partido de los cuartos de final de la Euroliga, disputado en el Movistar Arena de Madrid ante 11.368 espectadores.