Las surrealistas cuatro décimas que ya son historia de España: un triple y una decisión arbitral incomprensible obraron el milagro
Los árbitros dieron validez a un triple de Yusta sobre la bocina que no debió subir al marcador por el fallo del reloj de partido.
Lo ocurrido en el final de la primera prórroga del Eslovaquia-España es, sencillamente, inexplicable. Es imposible describir cómo se ha dado un final así, una remontada legendaria... que ha sido posible gracias a que los árbitros, muy posiblemente de forma errónea, han concedido el triple final de Yusta que ha supuesto el 67-67 con el que se ha forzado el segundo tiempo extra. Todo parte de los fallos en el funcionamiento del reloj, que incomprensiblemente no corrió cuando tenía que correr y los colegiados, que lo pudieron ver en la pantalla, deciden dar validez al mecanismo y conceder el lanzamiento. Difícil encontrar una solución racional, en todos los sentidos. Nada mejor que verlo para sacar conclusiones:
Dicen que el tiempo es relativo.
— Teledeporte (@teledeporte) November 22, 2024
Pues para Yusta 4 décimas son 𝙡𝙖 𝙚𝙩𝙚𝙧𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙
El triple de una remontada jamás vista. 6 puntos en 4 segundos.
España, a lograr lo imposible en la segunda prórroga. #Eurobasket2025 pic.twitter.com/qLvJTv1MBS
Quedan cuatro décimas en el reloj de partido y Eslovaquia está tres puntos arriba: 67-64. Los eslovacos se preparan para sacar de fondo, con Fran Guerra tratando de interceptar el envío y obrar un milagro inverosímil. No se termina de ver del todo claro en la repetición si el jugador español llega a contactar con la pelota, aunque da la sensación que sí. Si lo hace, el partido se acaba, ya que el tiempo empieza a correr en el momento en el momento en el que alguien roce el balón.
El caso es que el reloj no se había activado, por lo que va hasta la posición de Yusta y Brodziansky y ambos tocan la pelota en su disputa. Esta va al suelo y bota sobre el parqué, otro motivo suficiente para que las cuatro décimas lleguen a cero y el partido acabe. De nuevo, el reloj no funciona.
Yusta agarra por fin la pelota, levanta los brazos y lanza a canasta. La mete: un triplazo sin ningún tipo de discusión. Recapitulemos: posible roce del jugador que ataca el saque, doble toque de los dos que están peleando por el balón, bote en el suelo y lanzamiento. Todo eso ocurrió en cuatro décimas. Un milagro nunca visto. El reloj comienza a correr cuando el español está a punto de ejecutar el lanzamiento.
Los jugadores españoles casi con más vergüenza que otra cosa, aunque también con la fe de un equipo que siempre cree en los milagros, solicitan enérgicamente la revisión para ver si la acción estaba en tiempo. Los árbitros van a la mesa a revisarla detenidamente y tras unos minutos de revisión acuerdan concederla y que el partido se vaya a la segunda prórroga. Pese a que se ve claramente en las imágenes que el reloj no funciona, deciden hacer caso omiso a este hecho y solo juzgar cuando el balón sale de las manos de Yusta, dando por buena la toma de tiempo que figura en el electrónico de detrás de la canasta.
Efectivamente, ahí Yusta sí suelta el balón antes de que suene la bocina, algo que no hubiera sido posible en ningún caso si hubiese funcionado el reloj como debería. Un error tan flagrante desembocó finalmente en la victoria de España en la segunda prórroga, que le permite seguir con mucha vida e ir encarrilando la clasificación del equipo nacional para la próxima edición del Eurobasket.
Cabe recordar que los protocolos del baloncesto marcan que para que una canasta pueda ser dada por válida debe haber dos décimas en el cronómetro en caso de palmeo y seis décimas para recibir y tirar. Aquí no solo recibe y tira, sino que también hay un bote.
Eso es una regla no escrita, el reglamento FIBA es más genérico y dice lo siguiente: "El reloj de partido o el reloj de lanzamiento deben mostrar 0,3 (3 décimas de segundo) o más para que un jugador obtenga el control del balón en un saque lateral o en un rebote después del último tiro libre para intentar un tiro a portería. Si el reloj de partido o el reloj de lanzamiento muestran 0,2 o 0,1, el único tipo de gol válido que se puede realizar es tocando o hundiendo directamente el balón, siempre que la(s) mano(s) del jugador ya no estén tocando el balón cuando el reloj de partido o el reloj de lanzamiento muestren 0,0".
Aquí en cuatro pasó de todo y los jueces encargados de juzgarlo se taparon los ojos. Un error arbitral tan flagrante que solo nos queda agradecer y, de paso, considerar que se trató de justicia poética: hubo una falta clarísima sobre Pradilla sobre la bocina de los 40 minutos que no señalaron y los eslovacos también tocaron la red, motivo suficiente para parar el partido. Con un único tiro libre convertido por el jugador de Valencia Basket hubiéramos ganado el partido. No se dio así y después nos la devolvieron. De momento, todo es incredulidad, pero no hay que descartar impugnaciones o consecuencias futuras en las cuatro décimas más largas que se recuerdan en un deporte.