Campo atrás en el baloncesto: qué es y cómo se sanciona

El baloncesto se trata de un deporte que se caracteriza por su dinamismo. Una circunstancia que no es casual, sino que está buscada a través de su reglamento. A lo largo del tiempo, el juego ha ido cambiando sus normas con la misión de evitar la especulación y potenciar las canastas, al entender que estas son la salsa del espectáculo. Quizá el ejemplo más claro de este espíritu por favorecer el baloncesto ofensivo es el reloj de posesión, que obliga a ambos equipos a probar suerte de cara al aro rival cada 24 segundos. Sin embargo, antes se introdujo la regla del campo atrás.

O mejor dicho, lo primero de todo fue dividir el terreno de juego en dos mitades. No está claro cuando esta práctica se estandarizó por completo, aunque sí que fue alrededor de 1932, un año crucial en la evolución del deporte pues fue cuando se creó el embrión de la actual FIBA. En 1933 se introdujo una nueva regla: cada equipo tenía 10 segundos para pasar al campo contrario. Una limitación que estuvo vigente hasta el año 2000, cuando se redujo a 8 segundos. Este es el germen del campo atrás.

El campo atrás en baloncesto es una regla por la cual el equipo que ataca no puede regresar a la mitad trasera del terreno de juego una vez que ha superado la línea del medio campo. La idea detrás del campo atrás es, como decíamos, evitar la especulación con la pelota. Inicialmente, reduciendo el espacio por el que un equipo se podía mover. Algo que se potenciaría en 1954 con la introducción del reloj de posesión por parte de la NBA.

La regla del campo atrás es básica en inicio, sin embargo puede llevar a controversias en su aplicación. Un matiz muy importante a la hora de tener en cuenta a la hora de valorar esta regla es que, una vez que ha sido sobrepasada, la línea de medio campo contabiliza como campo atrás. Es decir, un jugador no puede pisarla en posesión de la pelota si esta ya ha pasado a la mitad delantera.

No obstante, el requerimiento que induce a más errores a la hora de valorar un campo atrás es el de que la pelota debe estar en control del equipo atacante. Se entiende que un equipo controla el balón cuando uno de sus jugadores lo bota, lo sostiene o se lo pasa a un compañero. En todas esas situaciones, el equipo puede incurrir en campo atrás. Sin embargo, el control del balón termina cuando se realiza un tiro a canasta o es tocado por un rival, por lo que si la pelota está descontrolada, por ejemplo procede de un rebote, no hay campo atrás. Tampoco si, por ejemplo, un rival intercepta un pase y, en la lucha por la pelota, esta volviese a la zona defensiva.

Para añadir más confusión, la FIBA y la NBA poseen una pequeña diferencia a la hora de aplicar el campo atrás. En el caso del reglamento internacional, la pelota no puede regresar nunca al campo trasero una vez ha superado la línea divisoria. No hay excepciones.

Sin embargo, la NBA establece un supuesto en el que no existe el campo atrás. La liga norteamericana permite devolver el balón a la zona de defensa en los saques de banda si el partido se encuentra en los dos últimos minutos del último cuarto o en la prórroga. Esto, en ocasiones, genera equívoco entre los espectadores que solo están acostumbrados a ver partidos de la considerada mejor competición del mundo.

El encargado de señalar el campo atrás es el árbitro del partido. Para ello, además de hacer sonar su silbato para llamar la atención de los jugadores, lo comunicará con un gesto en el que mueve el brazo delante de su cuerpo, cambiando el sentido de la palma de su mano, que pasa de estar hacia arriba a abajo. Cuando se produce una falta de campo atrás, el balón pasa al equipo contrario, que sacará de banda desde la zona más cercana donde se produjo la infracción.

Sin duda alguna, el campo atrás más famoso en la historia de la ACB fue uno que, paradójicamente, no fue señalado. Concretamente, sucedió en los cuartos de final de la Copa del Rey de 2017, en un partido entre el Real Madrid y el Morabanc Andorra. Era la primera participación conjunto del Principado en la Copa desde la temporada 1994/95, por lo que tenían el favor prácticamente unánime de la grada del Buesa Arena. Con la lógica excepción de los madridistas allí congregados, claro.

Contra pronóstico, los andorranos no solo plantaron cara al todopoderoso conjunto blanco, sino que a falta de 10 segundos mandaban por tres puntos en el marcador (83-86).Sergio Llull manejaba el balón y, cuando restaban 4,6 segundos para el final, pisó la línea del centro del campo, momentos antes de pasarle el balón a Anthony Randolph que con un triple igualó el partido. Debido al logo publicitario situado en el centro del campo, los árbitros no vieron la infracción, validaron la canasta y en la prórroga los madridistas se llevaron el partido. No solo eso, terminarían ganando aquella Copa.

La acción indignó a la mayoría de las aficiones allí presentes, que durante aquella edición de la Copa corearon al unísono "Era campo atrás" en los partidos del Real Madrid. De hecho, aquel cántico permeó y se ha convertido en todo un clásico en las gradas de la ACB, hasta formar parte de la cultura popular del baloncesto español. El propio Llull subió un vídeo de su hija con un body en el que se podía leer el célebre "Era campo atrás" a las redes sociales, algo que el Morabanc Andorra se tomó con buen humor, pese a ser el principal equipo perjudicado en aquella decisión.