ENTREVISTA

Alfonso Reyes, un Quijote contra molinos de viento: "A veces veo poco interés por cambiar las cosas"

El presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales y exjugador vuelve a mostrar su preocupación por el escaso peso del jugador español.

Alfonso Reyes posa para Relevo. /RELEVO
Alfonso Reyes posa para Relevo. RELEVO
Guillermo García
Michèle Novovitch

Guillermo García y Michèle Novovitch

Parece el cuento de nunca acabar en los últimos años. Y ni siquiera la voz de alarma dada por Sergio Scariolo la pasada primavera ("Me gustaría revertir la tendencia de la importancia del jugador español, que ha llegado a datos preocupantes", aseguraba al anunciar su renovación como seleccionador nacional) ha servido para revertir una situación contra la que Alfonso Reyes (Córdoba, 1971) lleva años luchando como presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales.

Ávido lector, el expívot lleva años siendo Quijote luchando contra molinos de viento para intentar cambiar un panorama que no hace sino empeorar, como demuestra el Informe de Migración presentado por FIBA y en el que se refleja que la ACB es la liga con más número de jugadores extranjeros por décimo año consecutivo. España importa un 72% de jugadores extranjeros. Es decir, casi tres de cada cuatro jugadores no nacieron en España, lo que supone la cifra más alta de siempre, superando el 71,5% de la 2021-22. Algo de lo que Reyes lleva años avisando y que ahora vuelve a exponer en una entrevista en Relevo, a quien atiende en su nueva oficina en Boadilla, desde donde lucha por los derechos de los jugadores igual que peleaba bajo los aros.

¿Cómo está Alfonso Reyes?

Estoy muy bien, no me puedo quejar. Contento de estar ahora, bueno, ahora, llevo ya unos años en la Asociación de Baloncestistas Profesionales, el sindicato de los jugadores ACB, trabajando para intentar ayudarles, para intentar solucionar los problemas que puedan surgir y viendo un poco la situación de nuestro baloncesto, que ahora mismo no es idílica y tenemos que intentar buscar soluciones para que vaya mejor.

Alfonso Reyes habla sobre los jugadores de formación. RELEVO

¿Ese es el primer gran problema del baloncesto español, a día de hoy? Hay un 72% de jugadores extranjeros en la ACB, según el Informe de Migración de FIBA. ¿Duelen esos datos?

Nos preocupa mucho en ABP, y creo que a cualquier aficionado al baloncesto también debe hacerlo, porque ese decrecimiento de la presencia de jugadores españoles en la Liga ACB es continuo desde hace ya muchos años. Desde ABP lo venimos manifestando y anunciando hace ya 20 años. Es una situación que no es buena para el baloncesto. Tampoco queremos que haya un 100% o un 80% de españoles, pero entendemos que ese porcentaje, que es uno de los más bajos, o si no el más bajo de todas las ligas mundiales, pues hay que aumentarlo.

Y además, no solo el porcentaje en presencia, sino también el impacto en el juego, que es mucho menor también. Por lo tanto, vamos mal. Vamos mal y entre todos tenemos que llegar a un acuerdo, porque otros países están trabajando, están mejorando la presencia de sus jugadores en sus ligas y eso también repercute en la presencia de buenos jugadores en la selección y en sus resultados.

¿Ese es el principal campo de batalla a la hora de negociar el convenio de colaboración, que todavía está parado?

Realmente, el convenio de coordinación es entre ACB y Federación y nosotros estamos dentro del convenio de elegibilidad, que es el tema de los cupos de formación. Y efectivamente está parado porque no hemos llegado a un acuerdo para intentar que esa presencia de jugadores españoles sea mayor, que el jugador de formación sea realmente de formación.

El problema que tenemos en España es que hay dos definiciones de jugador de formación. Por un lado la federativa, que con 15 años pueden venir jugadores y en tres temporadas ya son considerados jugadores de formación. Sin embargo, en ACB pueden llegar con 17 años. Por lo tanto esos dos años de diferencia creemos que son muy importantes, porque un jugador con 17 años ya lleva mucho camino recorrido y habría que igualarlas por abajo para que realmente el jugador de formación, o la figura de jugador de formación, tenga sentido. Que se formen aquí y eso también hará que no sea tan fácil traer tantos deportistas que luego van a ocupar también puestos de jugadores españoles.

¿Cómo se lucha contra eso? ¿Cómo se mejora la situación del jugador español y sobre todo el jugador joven español?

La situación solo se puede mejorar si tanto el Consejo Superior de Deportes, Federación, ACB y nosotros nos sentamos y nos ponemos de acuerdo. Ahora mismo hay preocupación por parte de Federación y del Consejo, y entiendo que de la ACB también, y por lo tanto es el momento propicio para sentarnos y tomar ya alguna decisión, porque cuanto más tiempo pase, más tiempo necesitaremos para revertir esta inercia que no nos lleva a ningún sitio bueno.

¿Dónde os encontráis las deficiencias o los problemas para que no suba ese cupo de jugadores nacionales?

En primer lugar por la legislación europea que nos impide… Bueno, realmente, todo esto viene de, lo que llamamos nosotros, el decretazo de Miguel Cardenal, que fue presidente del CSD hace ya 10 años. A raíz de un dictamen motivado de Europa, pues de la noche a la mañana pasamos de cinco jugadores de formación a cuatro y sin haberlo luchado, sin haberlo peleado. Porque en otros países no ocurre esto, tienen más flexibilidad y las condiciones para ser jugadores de formación son más estrictas. Aquí, simplemente Cardenal decidió no lucharlo y reducir un 20% los jugadores de formación.

¿Qué podemos hacer?

Pues en primer lugar podríamos esa definición de jugador de formación igualarla a la Federación, con lo cual sería más complicado que jugadores que no se forman realmente aquí lleguen a alcanzar la categoría de jugador de formación. ¿Cómo podemos hacerlo? Pues que el talento que tenemos, que es inmenso porque se demuestra todos los veranos en los campeonatos de categorías inferiores donde ganamos muchas medallas, pues que ese talento no se pierda.

¿Y cómo no se va a perder? Haciéndole jugar. Jugar en ACB, jugar en Primera FEB y ese tiene que ser el objetivo. ¿Cómo conseguirlo? Creando un entorno que propicie esto. Es decir, que un entrenador no tenga miedo de fichar o hacer jugar a un jugador de 18, 19, 20 años que tiene mucho talento pero que en ese momento quizá no dé el rendimiento de un jugador lituano de 32, pero que a la larga va a ser mucho mejor para todo. Para la identificación del aficionado y para un jugador que va a pasar aquí la mayor parte de su vida deportiva, que va a crear unos vínculos que son a veces intangibles, pero que tienen mucho valor. No económico directamente, pero que sí tiene muchísimo valor.

Hablas de los jugadores jóvenes. Desde la presidencia de la ABP, ¿cómo se ve el éxodo de estos jugadores jóvenes por ejemplo, a ligas como la NCAA, que apuestan mucho por estos jugadores y encima ahora ya pueden permitirse pagar sueldos altos?

Ese éxodo a la liga universitaria que se está produciendo ahora tampoco es masivo, pero yo lo entiendo si los jugadores no encuentran aquí estímulos, no encuentran alicientes para permanecer en sus clubes de origen. ¿Cómo? Con un salario digno que esté a la altura de las expectativas de ese talento. Luego, vinculación, que el club también intente, no solo con ese salario sino con la vinculación familiar, del entorno, del público y de su gente.

Alfonso Reyes, sobre los jugadores españoles en la ACB. RELEVO

¿Y si no es así?

Si no es así, los jugadores dicen, si tengo la oportunidad me voy a la liga universitaria. Pero no olvidemos también que nosotros hemos estado importando talento joven de Europa y de muchos sitios y nadie decía nada. Hemos arrebatado ese talento y se ha formado aquí. Cosa que no iba bien ni para el baloncesto de origen ni para el nuestro, porque al final lo que nos interesa es que se formaran nuestros jugadores y que luego haya posibilidad de que puedan jugar en la Selección. Aunque también digo, y eso lo tenemos clarísimo en ABP, que nosotros defendemos a todos los jugadores independientemente de donde sean. Nos da igual que sea de Cádiz que de Ohio o de Belgrado. Nos da igual porque nuestro trabajo es el de defender a todos los jugadores ACB.

Eres un ávido lector que siempre está recomendando libros en X, ¿te sientes un poco Quijote luchando contra molinos?

Sí, a veces sí. Sí. Sí, porque además, realmente no debería ser nuestra lucha el tema del jugador español, porque ya digo que nosotros defendemos a todos. Y a veces veo poco interés por cambiar las cosas. Yo creo que podríamos hacerlo si nos sentamos con voluntad sobre todo si los que realmente tienen que luchar por el jugador español lo hacen, conseguiremos cosas.

Todo ese trabajo y esa apuesta repercute en la Selección. Scariolo ya alertó el pasado verano sobre el poco protagonismo del jugador español en la ACB.

Sí. Y no solo ese 25% de presencia en las plantillas, sino que ese 25% a lo mejor se queda en el 15% o en el 12% de presencia en juego de peso en juego. Por lo tanto así es muy difícil, luego cuanto más se restrinja el número de jugadores que pueden jugar en la Selección pues peor será peor será.

Cómo hacerlo, pues abriendo el abanico. Que haya muchos más jugadores de buena calidad, como siempre ha habido en España. También estrellas, pero que haya una clase media más amplia. Ahora es que hay 50 jugadores españoles en ACB. Eso no lo podemos permitir. Y luego, dar sitio o dar entrada a los jugadores en el campo. Porque si no, por mucho talento que haya, si no se juega, se pierde.

Parece un poco una incongruencia, ¿no? Porque además en las selecciones inferiores se demuestra que el jugador joven sabe competir y ganar. Luego están llamadas como la Almansa, Saint-Supery o De Larrea. Es decir, madera para construir hay.

Sí, por supuesto. No hay menos talento ahora que hace 20 años. Es cierto que no hay una generación del 80, porque quizás esa no la volvamos a tener nunca, pero bueno, antes de la generación del 80, que tengo el orgullo y el honor de haber participado en ella, pues conseguimos medallas. No oros, pero sí platas, bronces, y quintos en un mundial. Fue un poquito el germen de lo que vino después, pero no éramos una generación como la del 80, ni mucho menos. Pero se luchaba, se competía y había esa clase media en la que podías pescar a muchos jugadores para la Selección, muy válidos, muy talentosos.

Pero ahora no estamos bien. Y además luego, también hay que decirlo, nacionalizando jugadores que no tienen ninguna vinculación con nuestro baloncesto tampoco es el camino,. Siendo Lorenzo Brown un tío estupendo y un gran jugador, pero no es el camino. Ya lo denunciamos y lo dijimos con el anterior presidente lo que nos acarreó problemas , pero es nuestro deber también denunciar este tipo de comportamientos que no ayudan al baloncesto, porque al final estás quitando el puesto a un joven, ya sea base ya sea en cualquier posición, que podría estar fajándose y madurando en la Selección.

Un equipo que tiene que enfrentarse a Ventanas en mitad de un calendario de locura y del que otros deportes como el fútbol o el tenis ya se han quejado. ¿Hasta dónde va a llegar?

Ese es otro de los principales problemas que nos acucian ahora mismo, se calendario sobrecargado. Y siempre lo decimos, sobrecargado en nuestro caso por Euroliga, porque ACB siempre ha tenido los mismos partidos desde hace casi 40 años o más, con una liga de 18 equipos. Sin embargo, Euroliga ha ido metiendo cada vez más y más partidos, con un calendario mucho más repleto de encuentros y eso es lo que no puede ser.

Las ventanas tampoco han contribuido a que ese calendario se relaje y por lo tanto habría que hacer una reflexión, pero no desde ACB porque ACB lo que no puede hacer es disminuir partidos porque siempre ha tenido los mismos. Es una cuestión de Euroliga que con menos equipos hay más partidos. Y además, si a eso le sumamos, que no se puede acceder por menos de los méritos deportivos pues no es el mejor sistema, según entiendo yo, para una competición de baloncesto.

Te ponían de ejemplo el fútbol con las palabras de Rodri cuando dijo que en algún momento los jugadores podrían plantarse y huelga. ¿En el baloncesto lo ves posible?

Es más complicado. Sobre todo porque en nuestro baloncesto hay varias realidades. Están los tres equipos de Euroliga, luego hay equipos de Eurocup, BCL y demás competiciones europeas. Realmente los perjudicados de verdad son los equipos Euroliga, porque a lo mejor en la ACB hay equipos que juegan un partido a la semana y luego hay equipos que juegan tres partidos a la semana.

La Euroliga, en ese afán por canibalizar al resto de ligas y especialmente la acb que es la más potente de Europa, es a la que más daño hace. Tendrían que ver que una ACB fuerte para los tres equipos que están por decreto en Euroliga, tiene que ser también así porque han nacido, han crecido y son muy importantes también los títulos de ACB para esos equipos y tienen que cuidarla.

¿Y cómo se puede cuidar?

Pues haciendo ver a Euroliga tiene que cambiar su sistema de competición. Ahora nos vamos a la Final Four a Abu Dhabi. Bueno, ahí lo dejo.

Poderoso caballeros con dinero.

Sí, sí, está claro que los jugadores también no eh cuáles son nuestras motivaciones, pues el el ganar, competir, y hombre, y también el salario. Y está claro que cuanto más dinero entre en nuestro baloncesto, será mejor para todos, pero ese dinero tiene que entrar a través de patrocinadores, de aficionados, y es muy importante también vuestra labor la de los medios de comunicación para dar a conocer lo que hacemos y atraer al aficionado y al patrocinador. Es decir, atraer inversión.

Alfonso Reyes: “A veces me siento el Quijote”. RELEVO

Hablas del aficionado. ¿Cómo se puede identificar un aficionado nacional con un Baskonia-UCAM Murcia en el que sólo hubo un español en cancha y sólo estuvo 9 segundos?

Y no solo en esos partidos. En otros también hay muchos minutos que en cancha no hay ningún solo jugador español, entonces para el aficionado es más difícil identificarse. Y no solo para el aficionado de su equipo que sí, suele conocer a todos sus jugadores,pero no es como antes que conocías no solo a tu equipo sino a todos los de la liga. Ahora es muy complicado porque además hay una rotación todas las temporadas cercana al 50% de los jugadores. Entonces, hasta que te haces con los jugadores pasa media liga.

Además es muy sencillo. Todos los aficionados pensamos lo mismo, que no ayuda. Y el diagnóstico está claro. Ahora falta la solución, la medicina. Nosotros tenemos ideas, pero para llevarlas a cabo… Al final ABP somos un agente del baloncesto, yo creo que muy importante para los jugadores, pero dentro del sistema hay otras entidades que son las que tienen que tomar realmente las decisiones y tendría que ser una reflexión para ellos también decir que la situación actual no es buena.

Otro problema al que se enfrenta como presidente de la ABP es la retirada de los jugadores. Entiendo que jugadores como Chacho, Claver o Rudy, que se acaban de retirar, no tienen problemas, pues la vida la tienen solucionada. ¿Cuántas veces te encuentras con lo contrario, jugadores retirados que no saben qué hacer con su vida?

El momento de la retirada puede ser el más difícil de tu carrera, pero no sólo para aquellos que han ganado, han podido hacer dinero y teóricamente puedan vivir de las rentas. Nunca se sabe porque ahí entran muchos condicionantes como haber tenido suerte, buenas inversiones o haberse dejado aconsejar bien. Entonces, en ABP es muy importante también el día después y en eso le hacemos mucho hincapié a los jugadores. Les ayudamos a través de becas de formación para que se preparen para el día después, que sepan, que se mentalicen desde que empiezan, pero también cuando algunos llegan ya con cierta edad hacerles ver el día de mañana.

¿Qué va a ser de mí, que ya no tengo que entrenar, ya no tengo que viajar, ya no tengo que hacer muchas cosas y además me han cerrado el grifo de los ingresos principales? Hay que estar estar preparado, porque eso puede provocar muchos problemas y no solo en baloncesto. En NBA hay estudios que dicen que la mayoría de los jugadores a los 5 o 6 años están arruinados, habiendo ganado millones de dólares. Y dices, ¿cómo es posible? Pues por varios factores.

Creo que hay poca gente que se preocupa por ese día después. Y a mí personalmente me preocupa e intento adoctrinar incluso a los jugadores para que se preparen, que la vida después del baloncesto es muy larga. Y sobre todo, que tengan los pies en el suelo, porque mientras juegas puedes ser más o menos conocido, más o menos bueno, más o menos haber ganado más o menos títulos, pero no dejas de ser uno más. Y cuando salgas... A mí me pasó, empecé a trabajar de ingeniero e iba en metro. Se te quitan todas las tonterías porque estás en el mundo real, que es donde debes estar. Entonces es muy importante que tengan claro lo que va a pasar después.

¿Has recibido alguna llamada un poco desesperado sin saber qué va a ser?

No, porque a veces también es complicado abrirte a alguien y decirle, 'oye, mira, es que no sé lo que hacer'. Pero hay casos y por eso intentamos minimizar o mitigar todas esas consecuencias que puedes tener si no te has preparado bien. Así que eso es muy importante, de verdad. Nos ocupamos del día a día del jugador de baloncesto, pero nos preocupamos por lo que venga después. Es muy importante siempre primero, el jugador, que se dé cuenta de lo que hay. Segundo, el entorno, fundamental. Y tercero, que las organizaciones que estamos a su alrededor le intentemos guiar por el buen camino. Si todo eso se produce habrá menos posibilidades de que vaya mal.