ATLETISMO

El milagro de María Pérez para lograr su doblete de oros mundiales: "Voy a terminar sí o sí"

La marchadora fue la gran protagonista en Budapest, pero la intrahistoria entre sus dos triunfos tiene mucho que contar.

María Pérez celebró su segundo oro en Budapest con los fisioterapeutas Miquel Cos y Patricia Morales./GETTY
María Pérez celebró su segundo oro en Budapest con los fisioterapeutas Miquel Cos y Patricia Morales. GETTY
José M. Amorós

José M. Amorós

El doble doblete de oros de María Pérez y Álvaro Martín en las pruebas de marcha del Mundial de atletismo en Budapest es uno de los grandes éxitos del deporte español que nos deja 2023. El pleno absoluto en los triunfos para un mismo país en las pruebas de 20 y 35 kilómetros, algo inédito a nivel nacional e internacional, pareció incluso fácil para quien lo vio por la televisión gracias al dominio de la granadina y el extremeño en la magiar Plaza de los Héroes, pero la historia estuvo muy cerca de no ser tan perfecta.

Una lesión en el nervio ciático de María, que llevaba arrastrando en las semanas previas al Mundial y que se acrecentó con el sobresfuerzo de la prueba de los 20 kilómetros donde había terminado colgándose el oro, provocó días de tensión en el hotel del equipo español situado en la Isla Margarita. "La primera frase que le dije fue que preservaríamos su salud ante todo, porque el 2024 es un año importante", afirmaba Jacinto Garzón en conversación con Relevo el pasado 24 de agosto después de que todo terminara en final feliz. Pocos podían prever lo que iba a suceder y lo normal hubiera sido coger un vuelo a casa.

El oro en la única prueba individual de marcha que estará en París 2024 parecía suficiente para el técnico granadino: "Tengo que reconocer que no suelo ser una persona especialmente ambiciosa y yo había cumplido mi sueño con una medalla de oro en la prueba olímpica, yo ya estaba súper feliz". Por lo tanto, el mensaje era claro: intentar que María no se dejara llevar por su garra y no arriesgara. "Le dije que si no tenía que correr que no corriera, que ya lo había hecho todo", nos confesaba Garzón. "Pero yo sabía, como siempre, que María tiene la capacidad para hacer cualquier cosa".

Los cuatro días y sus cuatro noches que separaban una prueba de otra exigieron un plus de trabajo para todo el equipo español desplazado a Hungría, en especial al equipo médico conformado por los fisioterapeutas Miguel Ángel Cos y Patricia Morales junto a los doctores Christophe Ramírez y Jorge González. "El primer día tuvo un poco más de tensión porque no sabíamos qué tenía, pero el equipo médico la valoró, anticipando con el ecógrafo que no había rotura", relataba el entrenador, señalando que eso fue el primer paso hacia el gran éxito: "La noticia me dejó más tranquilo y a María también. Ella tenía el punto de dolor, pero al decirle que no había rotura estaba tranquila".

La piscina del hotel Thermal Margaret Island, con una de las aguas consideradas mejores del mundo por sus efectos curativos, fue el lugar elegido para iniciar la rehabilitación express. "Estuvo haciendo caminata en la piscina con Miguel Ángel y María vio que el dolor había remitido; si antes tenía un dolor de 7 sobre 10, había bajado a 5 sobre 10. Eso le dio mucha confianza". La alegría en la delegación era patente con la mejoría.

"Voy a terminar sí o sí"

María Pérez antes de los 35 kilómetros marcha

Las buenas sensaciones no hacían olvidar que la prueba que quedaba por delante eran los 35 kilómetros, la prueba larga y la que podía hacerse más dura. "El equipo médico le dijo que iba a poder competir, pero que otra cosa era que pudiera soportar el punto de dolor y se tuviera que retirar", nos contaba Jacinto, que nos sorprende con la respuesta clara y directa de María a los doctores: "Yo voy a terminar la carrera sí o sí. No os preocupéis. Luego ya tendré tiempo para recuperarme".

Si María Pérez es actualmente la gran estrella femenina del atletismo español y una de las más destacadas del panorama mundial es por su increíble carácter ganador. "Nos ha demostrado que es una mujer con unas condiciones especiales". Recuperarse con un oro en el cuello calmaba las cosas. "La segunda prueba era un bonus extra para ampliar su felicidad, la conquista y el hecho histórico. Estábamos relajados. Era una oportunidad de seguir engrandeciendo este hito histórico, pero sabíamos que podía ser difícil por la lesión, por la recuperación que hay entre las dos pruebas y por las rivales que venían especialmente para el 35km".

Además del trabajo físico, Garzón fue el encargado de hacer el trabajo mental a pocas horas de la competición: "Mi plan con ella siempre es el mismo: ella se pone la presión y yo se la quito. Voy canalizando y contrarrestando por otra parte. Le dije que disfrutara de la carrera y que, si se acercaba a la medalla, ese era el objetivo". La sensación de trabajo hecho ayudó en la recuperación y María se lo notó a su inseparable compañero de fatigas: "Ella me decía: estás menos nervioso que otras veces. Yo otras veces temblaba, pero esta vez yo ya era feliz y venía a disfrutar una carrera así".

Finalmente, mientras se cruzaba con otros atletas españoles ya eliminados volvían de unas horas de asueto en la noche húngara ("la dureza de ser marchador", bromeaba Álvaro Martín), María Pérez aparecía por la recepción del hotel en la mañana del 24 de agosto. Su objetivo: hacer historia. La atleta de Orce no estaba al 100%, pero se había recuperado con el objetivo de redondear la faena. En el recuerdo, cuatro días donde "Miguel Ángel Cos y Patricia Morales han hecho un gran trabajo con ella" para que poder hacer realidad una de las grandes fotos del año. Había ganas de terminar, tanto que lo celebró una vuelta antes. El doble doblete de oros mundiales de la marcha española era una realidad. "Cuando ella es feliz, le brillan los ojos", zanja Garzón. Si ella es feliz, el resto también lo somos por ella y porque lo hace ser con su entrega.