VELA

¿Qué significa hacer de 'caña'? Explicando el rol del rey emérito a bordo de un barco de vela

Como caña, don Juan Carlos es quien dirige el rumbo del barco, aunque ejerce también de patrón a bordo, dos funciones diferentes.

Don Juan Carlos, a la caña del Bribón en un modelo que llevaba rueda./NICO MARTÍNEZ
Don Juan Carlos, a la caña del Bribón en un modelo que llevaba rueda. NICO MARTÍNEZ
Nacho Gómez

Nacho Gómez

La función que ejerce don Juan Carlos a bordo, la de caña, es la más importante en un velero, ya que al final es quien dirige su rumbo manejando el timón. El caña en un barco es como el piloto en un Fórmula Uno, el encargado de dirigir el vehículo con la mayor destreza posible.

Hay varias denominaciones para esta función, aunque las más comunes son tres: caña, timonel y patrón. Las dos primeras, caña y timonel, tienen la misma acepción: la persona que lleva el timón y, por lo tanto, marca el rumbo del velero. Hay dos mecanismos fundamentales que conectan el timón con la persona que lo dirige: la caña (de ahí su nombre, y es un palo alargado que conecta con la pala del timón) o la rueda (el típico volante redondo, que va unido al timón con unos mecanismos de poleas llamados guardines).

El concepto de patrón es mucho más amplio, ya que el patrón es el que manda en el barco, y muchas veces es también el caña, pero muchas veces no. Hay muchos casos en los que el patrón navega a bordo, pero le deja la función de caña o timonel a otro tripulante especializado debido a su pericia a la hora de gobernar el timón. Xabi Fernández, por ejemplo, uno de los mejores navegantes de la historia de España y patrón del ultimo MAPFRE en The Ocean Race, siempre dice que su compañero Pablo Arrarte es el mejor caña del mundo, por lo que le cede la responsabilidad de llevar el timón en los momentos cruciales.

En el caso del rey emérito, siempre que va a bordo ejerce de ambas cosas: patrón y caña. Mientras que su padre, don Juan de Borbón, era un navegante oceánico de largas travesías (cruzó varias veces el Atlántico y llevaba un ancla tatuada en el brazo), don Juan Carlos es un enamorado de la adrenalina de las regatas cortas, que duran en torno a una hora y en las que la precisión es clave.

Vamos con la pregunta del millón: ¿y el rey es buen caña o lleva el timón por ser quien es? En el mundillo, todos los profesionales reconocen que es un caña de alto nivel. Los circuitos en los que participaba con el Bribón cuando estaba en plena forma hacen imposible que, si fuese un paquete, pudiera llevar la caña del barco. La calidad de sus rivales (Russell Coutts, Dennis Conner, Torben Grael, etc.) le obligaban a tener una pericia enorme al timón para medirse con ellos.

El resto de posiciones en el barco se dividen en dos zonas: la estructura de popa y el resto. En la popa están normalmente los navegantes con más experiencia y menos exigencia física: táctico, navegante y estratega, que se encargan de decidir cuál es la mejor estrategia a bordo y por dónde hay que navegar. Luego están los trímers, que son los encargados de manejar las velas y suele haber dos: uno con la vela mayor y otro con las velas de proa, el génova o foque y el spinnaker (la vela grande en forma de balón que se usa en las popas, con el viento a favor). Luego está el piano, que coordina todas las maniobras, y por último el proa, que debe tener una agilidad extrema para moverse por la zona delantera del velero.

Con este esquema básico, cuanto más grande es un barco más aumentan las posiciones (por ejemplo los famosos grinder, armarios roperos que se dedican a generar la energía necesaria para las maniobras) y cuanto más pequeño más se reducen. llegando al extremo de algunos veleros en los que navega solo una persona a bordo, como es el caso del laser, la clase olímpica más tradicional hoy en día.