El Inglaterra-Suiza se jugó en la central de Wimbledon: Djokovic le lanzó un penalti a Popyrin y el público estalló
El australiano no entendía por qué la gente gritaba y el serbio simuló un lanzamiento. Se celebró casi como si fuera en el estadio.

Un runrún llegó a la pista central de Wimbledon. Djokovic y Popyrin estaban disputando el segundo set de su partido de tercera ronda cuando el público comenzó a murmurar en exceso. Mientras el serbio trataba de remar para recuperar su set de desventaja, la juez de silla pedía en más de una ocasión que se relajaran y guardaran silencio entre punto y punto. Una práctica habitual sobre una pista de tenis... pero no con esa frecuencia. En el horizonte, claro, estaba la tanda de penaltis del Inglaterra-Suiza.
Mientras se disputaba, hubo un descanso que lo terminó de aclarar todo. ¿Por qué había tanto cuchicheo en mitad del partido? Ya la realización mostró a los espectadores con el móvil en la grada, celebrando, gritando los goles. Estaban autorizados a ello, siempre y cuando los jugadores se estuvieran tomando un respiro. Ese pequeño parón sirvió a Novak Djokovic para enterarse de qué iba la película, pero no a Popyrin.
Cuando Trent Alexander-Arnold convirtió el quinto y definitivo penalti para los ingleses, el australiano Alexei Popyrin estaba a punto de ejecutar su servicio con 30-30 y 1-4 en juegos favorable al número 2 del mundo. No pudo, claro. La gente comenzó a gritar y celebrar. También a aplaudir. Una escena surrealista... que no entendió.
El rival de Djokovic estaba absolutamente perdido y tuvo que ser Novak el que le puso luz sobre lo que acababa de ocurrir. El serbio se rio tras enterarse del contexto en el descanso previo y simuló una tanda de penaltis. Cogió carrerilla y procedió al lanzamiento. Levantó la pierna en exceso, además, para que no hubiera lugar a dudas.
El público que, en realidad, seguía festejando el éxito de Inglaterra, se unió a la escena y aplaudió y agradeció a los jugadores que se lo tomaran con humor. Popyrin, ya más ubicado después de hacer un gesto de extrañeza, simuló ser un guardameta y lanzarse a detener el lanzamiento de Novak Djokovic.
Tras unos segundos de parón y la petición de la jueza de que los allí presentes guardaran silencio y continuaran disfrutando del espectáculo tenístico, Popyrin comenzó su ritual para el saque y completó un servicio magnífico que le colocaba en situación de llevarse el juego. Después, un error no forzado colocó el 'deuce' que no pudo aprovechar Djokovic. El australiano confirmó su servicio para colocar el 2-4 y el fútbol fue historia. "Di por hecho que había una tanda de penaltis. ¿Cómo quedaron? ¿Ganó Inglaterra? Por eso os quedasteis. Enhorabuena a Inglaterra. Intenté tirar un penalti, pero Alexei lo defendió bien", bromeó Nole tras la conclusión.
La central de Wimbledon, no obstante, no quedó al margen del evento del día para los ingleses. Y no es la primera vez. Alcaraz, mismamente, preguntó por cómo iba España en la entrevista posterior a su victoria ante Tiafoe. También retrasó la rueda de prensa para ver el partido. Antes, pidió a Queen's que no le programara partidos a la misma hora que la Selección española. Se lo respetaron.
No así a Alexander Zverev, que mostró su indignación con Halle debido a que le colocaron un partido a la vez que Alemania jugaba un partido de la fase de grupos. El alemán tuvo que jugar con la resignación de no poder ver a su equipo nacional e hizo oídos sordos a los cantos de sirena de la organización. Durante el encuentro, preguntó cómo iban los de Nagelsmann y celebró los goles como si fuera un seguidor más.
En esta ocasión, tanto a Djokovic como a Popyrin les resultaba indiferente el resultado de Inglaterra, pero no así a la grada, que lo disfrutaba desde sus teléfonos móviles. El gol definitivo de Arnold desató la euforia en la pista y los jugadores se implicaron en este curioso escenario. Una tanda de penaltis que también se vivió en un templo como la central de Wimbledon.