US OPEN

El acoso a los tenistas en redes tiene muy difícil solución: "No conviene cortarlo porque hay mucho dinero en juego"

Cada vez más jugadores alzan la voz contra el acoso en las redes. "Tenía 40 mensajes de gente que te desea lo peor, que te desea la muerte y el cáncer a ti y a tu familia", revela Nicolás Moreno de Alborán.

Dos aficionados graban con sus teléfonos móviles dentro de las instalaciones del US Open. /Sarah Stier/Getty Images
Dos aficionados graban con sus teléfonos móviles dentro de las instalaciones del US Open. Sarah Stier/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

El 30 de mayo de 2024, cuatro días después de caer en la primera ronda de Roland Garros, el tenista Nicolás Moreno de Alborán subió a su cuenta de Instagram una galería de fotos que resumía su primera participación en el Grand Slam francés. Estaba orgulloso. A pesar de la derrota ante Brandon Nakashima por 6-1, 6-7, 6-3 y 6-2, Moreno de Alborán había cumplido uno de sus sueños. Junto a las fotografías, escribió un mensaje escueto: París y un corazón.

"Para salir a hacer la mierda que has hecho te podrías haber retirado", le escribió un aficionado -por llamarlo de alguna manera- en los comentarios de la publicación. "¿A qué juegas? Paquete", decía otro. "Un jugador ridículo", era otro de los mensajes que recibió como respuesta, además de emojis de payasos y del símbolo de la muerte.

Leídos así, puede que los mensajes no suenen excesivamente graves. Cosas peores se escuchan todos los fines de semana en cada campo de fútbol. Ahí está gran parte del problema con el acoso en las redes sociales a los deportistas: que se ha normalizado, que nos hemos inmunizado.

El deporte ha entrado en una vorágine en la que el insulto en las redes sociales se ha convertido en una constante. Que te llamen payaso o que le deseen lo peor a tu familia está tan a la orden del día, que ya no sorprende a nadie. Las últimas generaciones de deportistas, aquellas que han crecido ya en plena revolución de Twitter, Instagram o TikTok, han tenido que aprender a convivir con ello. A saber que, en cada derrota -o incluso en las victorias-, sus publicaciones van a ser respondidas con altas dosis de odio.

El problema, lógicamente, no toca a todos los deportes por igual. Ni a todos los deportistas. Y no hay nada que se acerque al tenis por una sencilla razón: las apuestas. "No le conviene a nadie cortar todo eso porque hay mucho dinero en juego. Regularlo de una manera es difícil. Yo creo que es impresentable las cosas que dicen y no debería estar permitido, pero es muy difícil porque hay mucho dinero involucrado. Es un tema muy difícil. Incluso cuando ganas", sostiene en una conversación con Relevo Moreno de Alborán, número 144 del ranking ATP con 27 años.

"En los torneos Challenger, ya da igual qué partido juegues. Recuerdo que un día perdí contra Machac, un jugador que es mejor que yo, y tenía 40 mensajes de gente que te desea lo peor, que te desea la muerte, que te desea cáncer a ti y a tu familia. ¿Cómo puede alguien decir eso? Es inaceptable, pero es que hay mucho dinero en juego", insiste este tenista estadounidense de padres españoles.

¿Y qué tienen que ver los insultos con las apuestas? ¿Y por qué los tenistas sufren más insultos que la mayoría del resto de deportistas? La respuesta a la primera pregunta es sencilla: los que insultan son apostadores disgustados con la actuación de un determinado jugador porque le ha hecho perder dinero. La segunda cuestión es algo más compleja, pero se explica a grandes rasgos por la cantidad de dinero que mueve el tenis en apuestas y por el carácter individual del deporte de la raqueta. Al final, es más fácil insultar a uno que a once.

"Los días en que las marcas de cigarrillos patrocinaban deportes han quedado atrás. Sin embargo, aquí estamos promoviendo empresas de apuestas, que destruyen activamente la vida de algunas personas"

Caroline García Número 30 de la WTA

Las apuestas en el tenis

Ahondando un poco en el asunto, habría que añadir que el tenis es el deporte perfecto para el mundo de las apuestas porque hay estadísticas para todos los gustos (aces, dobles faltas, juegos, sets, golpes ganadores, errores no forzados...), porque hay partidos prácticamente todos los días del año y porque se puede apostar al segundo, punto a punto. Más allá de los Grand Slam y de la ATP y la WTA, un volumen importantísimo de las apuestas -muchas de ellas ilegales- está fuera de los circuitos profesionales. En los Challengers, el escalón inmediatamente inferior a la ATP, hay infinidad de apuestas y son jugadores de perfil de Moreno de Alborán los que más sufren los insultos.

La colombiana Camila Osorio, número 82 del ranking WTA, pertenece también a esa bolsa de jugadoras que tiene que lidiar casi a diario con el hate en redes. "Yo sinceramente soy un poco masoquista. A veces cuando acabo los partidos lo veo y es como Ohhh. Pero, ¿qué puedes hacer? No importa lo que la gente diga de ti. Yo creo que es normal en todo el mundo. Bueno no, no es normal, pero todos los deportistas lo recibimos", dice la colombiana.

"Es algo que no está bajo mi control. Estoy expuesta al público y el problema es suyo y no mío. Lo tengo muy claro"

Paula Badosa

"Al principio me afectaba mucho. Yo pensaba '¡Pero si no le he hecho nada a nadie! ¡Qué estoy haciendo! Yo solo estoy jugando al tenis'. Son amenazas de muerte, le desean lo peor a tus papás, te dicen que saben dónde vives. ¡Qué miedo! Pero llega un momento en el que ya intentas que no te afecte. Lo veo mucho menos, presto mucha menos atención. Intento gastar poca energía ahí, porque si entras, te deprimes".

Algo parecido piensa Paula Badosa. La española, además, tiene que leer todo tipo de mensajes sobre su vida personal y su relación con Stefanos Tsitsipas. "Mi caso va aún más allá porque ya no es sólo el tema profesional. Me escriben mucho de mi vida privada. Yo he cogido mucha experiencia y me afecta relativamente poco, pero para llegar al punto de que me afecte poco he tenido que trabajar mucho y he tenido que pasar por momentos muy duros", respondía a Relevo la tenista durante el último Roland Garros.

"Yo he hecho un trabajo muy grande junto a mi equipo para que me afecte lo menos posible. Es algo que no está bajo mi control. Estoy expuesta al público y el problema es suyo y no mío. Lo tengo muy claro", añade.

Paula Badosa, durante su participación en el US Open.  REUTERS
Paula Badosa, durante su participación en el US Open. REUTERS

¿Puede ayudar la Inteligencia Artificial?

¿Cuál es la solución a este problema? Es la pregunta del millón, nunca mejor dicho. Roland Garros probó en 2023 una inteligencia artificial que iba a moderar los comentarios negativos hacia los tenistas en las redes Twitter, Instagram, Tiktok, Facebook, YouTube y Discord. El problema ahí es que la línea entre la moderación y la censura es muy fina.

Otra solución pasaría por limitar las apuestas, pero ahí se daría con un hueso durísimo por todo el dinero que se mueve y porque muchas casas de apuestas son patrocinadores de grandes torneos. "Las plataformas de redes sociales no lo impiden, a pesar de que la IA está en una posición muy avanzada. Los torneos y el deporte siguen asociándose con las empresas de apuestas, que siguen atrayendo a nuevas personas a las apuestas poco saludables", señalaba estos últimos días la tenista francesa Caroline García en un mensaje en su cuenta de 'X' (antiguo Twitter) muy aplaudido por muchos de sus compañeros.

"Los días en que las marcas de cigarrillos patrocinaban deportes han quedado atrás. Sin embargo, aquí estamos promoviendo empresas de apuestas, que destruyen activamente la vida de algunas personas. No me malinterpreten, no estoy diciendo que se las deba prohibir, las personas son libres de hacer lo que quieran con su dinero. Pero tal vez no deberíamos promoverlas. Además, si alguien decidiera decirme estas cosas en público, podría tener problemas legales. Entonces, ¿por qué en Internet somos libres de hacer lo que queramos? ¿No deberíamos reconsiderar el anonimato en línea?", añadía la jugadora. De momento, sus preguntas, como tantas otras relacionadas con el odio en redes, siguen sin respuesta.