TENIS

Los 120 días más inciertos de Nadal: ocho comunicados, una lucha interna y un sueño roto

El español lleva cinco meses batallando con una lesión en el psoas que le ha llevado al límite físico y mental. Así han sido los días más complicados de Nadal.

Rafael Nadal, exhausto durante uno de sus entrenamientos de las últimas semanas en Manacor. /@FlavioBertolin8
Rafael Nadal, exhausto durante uno de sus entrenamientos de las últimas semanas en Manacor. @FlavioBertolin8
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Nadal creía. Nadal confiaba. Nadal lo intentaba. Nadal se machacaba. En el gimnasio primero y después en la pista. Día tras día. Semana tras semana. Desde que el 18 de enero se rompiera el psoas en Australia, en la cabeza de Nadal sólo ha habido un pensamiento: llegar a Roland Garros. Han sido los 120 días más inciertos de su carrera, 120 días en los que la ilusión, las dudas, los miedos y los sueños se han mezclado hasta que se ha dado de bruces con la realidad. Su cuerpo no está listo.

"Soy bastante tolerante a la frustración y bastante positivo, pero hay un momento en el que hay que poner freno. Han sido muchos meses complicados, necesito un descanso yo y lo que están a mi lado", admitía Nadal este jueves en Manacor durante la rueda de prensa en la que ha confirmado que no estará en Roland Garros y que aparcará la raqueta durante los próximos meses. "Los que están a mi lado me ven sufrir, me ven esforzarme. pero llega un momento en el que la recompensa única es la victoria. Tengo que parar".

Nadal: "Aunque mi mente no quiera aceptarlo, mi cuerpo ha dicho que hasta aquí" RELEVO

Cuando Nadal abandonaba la Rod Laver Arena con el psoas herido, nadie podía imaginarse que su ausencia fuera a ser tan larga. Sobre todo después de que el propio tenista anunciara al día siguiente, todavía en Melbourne, que tenía una lesión de grado 2. "Ahora toca reposo deportivo y fisioterapia anti inflamatoria. Tiempo normal de recuperación 6 a 8 semanas", escribió en Twitter. Era otro palo en la rueda, pero había margen para disputar completa la temporada de tierra y plantarse en Roland Garros con rodaje suficiente para soñar con la decimoquinta.

"Es como un combate de boxeo, cuando te van pegando golpes de aquí y de allí termina uno noqueado. Ahora mismo lo estoy, pero normalmente tengo la calma para ver las cosas con perspectiva y supongo que no será una excepción", decía en Australia el propio Nadal, entre abatido y confiado, antes de coger un avión de vuelta a España.

El proceso de aceptación: "Lo primero que haces es no hablar"

Ya en España, Nadal se sometió a nuevas pruebas y el 26 de enero confirmaba los plazos. Con Roland Garros arrancando el 28 de mayo, había tiempo. ¿Qué ha ocurrido entonces? ¿Cómo es posible que Nadal estuviera pensando en competir en Montecarlo y anuncie ahora que no jugará el Grand Slam de París?

"Desde un proceso de aceptación, de honestidad hacia uno mismo, se van tomando las decisiones"

Rafael Nadal

Las primeras señales de alerta llegaron el 28 de febrero, cuando Nadal ponía un mensaje en inglés en Twitter anunciando que no jugaría Indian Wells ni Miami. Apuntaba ya a la gira de arcilla, su terreno. Y ahí ya las cosas se empezaron a poner peliagudas: se fue bajando torneo a torneo, semana a semana. La lesión en el psoas no mejoraba y los problemas en la cadera se agudizaban. Él lo seguía intentando, machacándose en su academia, pero los plazos no daban.

"Lo primero que haces es no hablar, pero te escuchas a ti mismo y vas entendiendo lo que va sucediendo y desde un proceso de aceptación, de honestidad hacia uno mismo, se van tomando las decisiones", comentaba Nadal este jueves sobre cómo masticaba su día a día. Primero se bajó de Montecarlo, luego de Barcelona, después de Madrid, unos días más tarde de Roma y finalmente de Roland Garros. A veces lo hacía con un comunicado en redes, otras con vídeo, pero casi siempre con un Hola a todos que empezó a generar pánico entre sus aficionados.

"La decisión la toma mi cuerpo"

"Son muchos meses complicados, nos ha costado mucho encontrar una continuidad a nivel de trabajo", dice Nadal. Era la primera vez en su carrera que iba decidiendo su regreso torneo a torneo. Parecía que sí, pero luego no. Había señales positivas, pero enseguida llegaba el jarro de agua fría. Al final se generó hasta una histeria colectiva en redes sociales ante cualquier vídeo de Nadal entrenado, ante cualquier imagen que diera una pista sobre su situación.

Que Nadal fuera anunciando semana a semana era única y exclusivamente porque mantenía la esperanza de poder llegar a París. La llama se mantuvo viva hasta esta semana, cuando vio ya que su cuerpo no le daba. "No es una decisión que tome yo, sino que toma mi cuerpo".

Ocho comunicados y 120 días después, Nadal entra ahora en un terreno desconocido. Ha superado infinitas lesiones, sí, pero ahora está al borde de los 37 años y va a parar por completo. No tiene fecha de regreso y va a aparcar varios meses la raqueta para descargar el cuerpo y liberar la mente. Pero es Nadal y quiere volver para despedirse por todo lo alto en 2024. A ver quién es el guapo que duda de él.