TENIS

El recuerdo más doloroso (y silencioso) de Andrey Rublev en un Grand Slam: "Casi pierdo un testículo"

El tenista ruso tuvo que ser operado de urgencia tras caer en cuarta ronda del US Open.

Andrey Rublev. /AFP
Andrey Rublev. AFP
Guillermo García

Guillermo García

Las lesiones y los dolores son compañeros de viaje habituales para los deportistas de élite. Y muchas veces se sufren en silencio y solo se sabe de su existencia cuando los protagonistas se deciden a contar por lo que han pasado. Como ha hecho ahora el tenista ruso Andrey Rublev, que ha desvelado el calvario que sufrió durante el US Open.

Rublev cayó ante Dimitrov tras una batalla de cinco sets en la cuarta ronda, pero la derrota no es lo que más dolió al tenista de Moscú. Nada más terminar el duelo ante el jugador búlgaro Rublev sintió un dolor muy intenso en un testículo, lo que le obligó a ir directamente al hospital tal y como declaró en el pasado Abierto de Estocolmo.

Eso sí, para quitarle hierro al asunto, el ruso ha contado lo sucedido entre risas y bromas: "No sé cómo contarlo de forma inteligente, pero sí puedo contarlo de forma divertida: casi pierdo mi pelota ('ball')", aseguraba en rueda de prensa. "Tuve muchísima suerte. No me llegaba la sangre al testículo y en el hospital me dijeron que cuando pasa eso solo tienes cinco o seis horas para solucionarlo".

De no haber reaccionado con esa rapidez, Rublev apunta a la solución que le dieron los médicos del hospital neoyorquino: la amputación. "Me noto algo raro, vamos al hospital'. Me revisaron inmediatamente y me llevaron para hacerme una operación de urgencia cuando solo habían pasado tres o cuatro horas desde que noté la primera sensación".

El número 7 del ranking y ganador de dos títulos esta temporada, además de 3,5 millones de dólares en premios, aprovechó su rueda de prensa en Estocolmo para dar las gracias al personal que le atendió en uno de los momentos más dolorosos de su carrera. "Al final todo salió genial, pero recuerdo que lo último que hice antes de que me anestesiaran fue firmar un papel en el que les autorizaba para que pudieran amputarme. Eso fue lo último que vi antes de la operación".