OPEN DE AUSTRALIA

Novak Djokovic vence, pero no convence: supera a Dimitrov pese a sus dudas físicas

El tenista serbio se queda a un triunfo de igualar a Andre Agassi con la mejor racha de victorias en Australia, donde ya suma 25.

Novak Djokovic celebra su triunfo ante Dimitrov. /AFP
Novak Djokovic celebra su triunfo ante Dimitrov. AFP
Guillermo García

Guillermo García

Novak Djokovic sabe que está ante una oportunidad única. Sin Nadal, sin Alcaraz, sin Ruud, sin Medvedev, el tenista serbio tiene el camino completamente despejado para intentar sumar su décimo Open de Australia e igualar al tenista manacorí en su carrera por acumular más grand slams que nadie en la historia. 'Nole' ha cogido el rebufo de Nadal y no quiere perderlo, como demostró ante Dimitrov al que superó (7-6, 6-3 y 6-4) para entrar en octavos de final y acercarse cada vez más a su meta particular.

El tenista plavi, que acumula 25 victorias consecutivas en Melbourne y está a un solo triunfo de igualar la marca de Andre Agassi, superó al bulgaro en un partido en el que volvió a evidenciar los problemas físicos que le acompañan desde el inicio del torneo. Unas molestias que ponen en duda cada victoria, a pesar que él va dejando rivales en el camino con la velocidad de quien pasa las páginas de un libro.

Una imagen vale para resumir los tres primeros partidos de Djokovic en el torneo. Y esta llegó para cerrar el primer set. Una manga que a Nole se le atragantó desde el principio ante la pegada de Dimitrov, que acumuló hasta 22 golpes ganadores. El serbio sobrevivió, llegó al 'tie break' y lo abrochó con una volea marca de la casa. ¿Su reacción? Se dejó caer sobre la Rod Laver y se queja de su pierna izquierda.

Djokovic se levantó con dificultades y pidió la asistencia médica antes de comenzar el segundo set. Su cara invitaba al pesimismo sobre su continuidad. Cada vez que el doctor apretaba el dedo sobre el músculo, la mueca de incomodidad se dibujaba en el rostro de Nole. Sin embargo, los galenos apretaron de nuevo el vendaje y Djokovic se rehizo para volver a la pista. Ahí es donde se siente cómodo y donde parece que nada le duele.

El ganador de 21 Grand Slam renació y comenzó la segunda manga con una sola idea en su cabeza: derrotar mentalmente a su rival. Ni Dimitrov ni nadie sabe el estado real de Djokovic y cuando parecía que podía flaquear, sacó su mejor tenis a relucir, llegando a golpes que parecían imposibles. Después llegaban los gestos y la mano a la pierna. Quien sabe si para despistar. Y así, entre pregunta y pregunta, un 6-3 para llevarse la segunda manga.

En la tercera, el encuentro fue por los mismos derroteros. Con Dimitrov haciendo correr la bola por la pista con buenos golpes y con Djokovic olvidando el dolor para llegar a casi todo. Con esas premisas, Nole terminó tras más de una hora de set con la resistencia de su rival que confirmó que es necesario algo más que jugar bien para frenar al serbio. Un tenista que llega a los octavos de final de Australia por 15ª vez en su carrera, donde ya le espera Alex de Miñaur, un tenista al que nunca se midió y que hace soñar al aficionado local.