De Miñaur se lleva un partido histórico en tierra que no firmó jamás ni el mismísimo Rafael Nadal: "Esto es bastante loco"
El australiano arrasó a Dimitrov por un doble 6-0 que nunca había ocurrido en cuartos de un Masters 1.000.

Un resultado impropio del deporte profesional. Algo que nunca jamás se ve. Y muchísimo menos en Montecarlo. En un Masters 1.000. En unos cuartos de final de un Masters 1.000. Ver para creer. Alex de Miñaur se ha convertido en el primer jugador de la historia desde que se introdujo este formato en 1990 en ganar un partido de un torneo de esta magnitud de cuartos de final en adelante con un marcador de 6-0 y 6-0. El doble rosco, para el que también hay que dar mérito a Dimitrov, el derrocado tras una pobre actuación.
Dejemos por un segundo a un lado lo de cuartos de final y que haya sido en un torneo como Montecarlo. Ni siquiera Rafael Nadal Parera, mejor tenista de la historia de la tierra batida, ha logrado en toda su carrera derrocar a un adversario en esta superficie por el doble 6-0. Para poner en dimensión la hazaña, camuflada entre gesta y la debacle del búlgaro, al que no acompañaron problemas físicos ni hubo excusa alguna para firmar esta estadística sin precedentes.
Las palabras de los protagonistas han llegado a cuentagotas. De momento, el perdedor no ha tomado palabra, probablemente no tenga muchas ganas de sentarse ante los micrófonos. Sí habló, nada más concluir el encuentro a pie de pista, el triunfador De Miñaur, que no daba crédito a lo que había ocurrido. Incluso la pregunta fue un poco evidente: ¿sabía que nunca había ganado un partido 6-0 y 6-0? Su respuesta, cortita y al pie, evidencia que será un duelo que jamás se le olvidará.
"Lo sabía. Sé que la única vez que perdí 6-0 fue contra Tommy Paul en las semifinales del US Open júnior. Esto es bastante loco", aseguró con una sonrisa en la cara y ante los aplausos multitudinarios de los espectadores aún presentes en la pista central. Desde luego, habían visto un momento para la historia del tenis reciente.
Mientras, una serie de datos para tratar de darle una mínima lógica o preguntarse todavía más qué es lo que ha ocurrido. Se enfrentaban el número 10 del mundo contra el número 18. Es verdad que De Miñaur venía en una gran dinámica, pero Dimitrov venía de firmar también buenas actuaciones ante Vacherot, Tabilo o Jarry. Y venía, aunque en otra superficie, de semifinales en Miami, donde cayó ante un tal Novak Djokovic.
Las estadísticas del encuentro asustan al miedo. Dimitrov solo ganó seis puntos con el primer saque y ¡dos! con el segundo. Números terroríficos. No gozó de ni una sola bola de break a favor. Cometió 23 errores no forzados. Atención a esta: solo conectó un ganador en todo el partido. No ganó un solo punto en la red. Solo conquistó siete al resto.
El encuentro, ya en los libros de oro del tenis, duró 44 minutos. 23 duró el primer set y 21 duró el segundo. Si restáramos tiempos de saque y demás, fue prácticamente un ratito de entretenimiento el de De Miñaur. Entretenimiento es la palabra, porque el búlgaro fue casi un juguete en sus manos.