Sin lesión pero sin ritmo: la contrarreloj de Nadal antes de la ATP Finals

Quedan 10 días para que arranquen en Turín las ATP Finals y Rafael Nadal, a sus 36 años, sabe que está muy lejos del nivel que le exigirán las mejores raquetas del mundo. El español ha perdido las tres últimas veces que ha salido a una pista de tenis y apenas ha disputado un partido en dos meses. La confianza no está. El ritmo, tampoco.

La buena noticia para el campeón de 22 Grand Slam es que no tiene ninguna lesión. El miércoles por la noche, en su debut en el Masters 1000 de Paris-Bercy, saltaron las alarmas. En el tercer set de su derrota ante Tommy Paul por 3-6, 7-6 (7-4) y 6-1, no sacaba bien, no se movía bien y su lenguaje corporal emitía luces de emergencia. Reaparecieron los fantasmas de la lesión abdominal que sufrió en Wimbledon.

"Han pasado cosas, pero no vamos a buscar excusas", se arrancó Nadal pasada la medianoche en París tras su derrota. "He tenido set y break arriba y ahí he jugado terrible". Después, sus piernas y su cabeza han notado la falta de ritmo de competición. Desde la rotura abdominal en los cuartos de final de Wimbledon a principios de julio, Nadal ha jugado un total de siete partidos, seis individuales en el circuito y uno más de dobles en la despedida de Roger Federer en la Laver Cup. El balance es demoledor: cuatro derrotas (Cincinnati, US Open, Laver y París) y tres victorias, todas en el US Open.

"Necesito días en el circuito, en los últimos meses no he estado muchos días en él. Ya no digo compitiendo, sino estando, entrenando con la gente. Eso es lo que necesito", apuntó el balear, que este año se ha perdido varios meses de competición por distintos percances físicos. Además a la lesión abdominal, ha sufrido la fisura de una costilla y se ha tenido que someter a un tratamiento especial para su dolencia crónica en el pie. "Necesito estar sano para pasar días en el circuito".

Nadal viajará ahora a Mallorca, donde le espera su hijo recién nacido, y ultimara en su academia la puesta a punto para las ATP Finals, el torneo con el que cerrará su temporada 2022, ya que ha renunciado a las Finales de la Copa Davis. A principios de la próxima semana volará a Turín para sumar el máximo de minutos posibles sobre la pista y practicando con los que serán sus rivales en el torneo de maestros.

Las ATP Finals son un torneo maldito para el español. Campeón de los cuatro Grand Slam, de la Copa Davis y de los Juegos Olímpicos, el título de maestros es el único que le falta para cerrar el círculo. Su mejor resultado son las finales de 2010 y 2013. El hecho de que se dispute a final de año -arrastrando la fatiga de todo el curso- y en superficie dura y techada -las peores condiciones para su juego- penaliza a Nadal. Él es consciente de ello y por eso el miércoles admitía que su nombre no estará entre los favoritos dentro de diez días.

"No han sido los meses perfectos, pero no tengo nada que perder. Voy a intentar hacerlo lo mejor posible después de un buen año", apuntó el número dos del ranking. "Me siento bien, llegaré antes de lo habitual y entrenaré para intentar darme la oportunidad de pelear por las Finals. Nunca sabes cuándo serán las últimas, sobre todo a mi edad, así que quiero disfrutar estas y el año que viene lo daré todo por estar. Pero tengo que poner todo en perspectiva".

Y añadía: "Para mí es difícil imaginarme llegando ahí en la forma necesaria para ganar un torneo como este, un torneo que no he ganado en toda mi carrera. Desde el primer día tienes que estar en el ritmo adecuado y eso no va a pasar, así que intentaré llegar pronto, entrenar y darlo todo en la pista. Espero que el nivel de tenis esté ahí y el cuerpo, también".