TENIS

Ivanisevic revive los momentos más duros de Djokovic con la vacuna: "Estaba dispuesto a morir por él"

El extenista croata asegura que Djokovic y él se cansaron de trabajar juntos, pero dice que fue en buenos términos.

Ivanisevic revive los momentos más duros de Djokovic con la vacuna: «Estaba dispuesto a morir por él»
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La reciente noticia de la ruptura de Novak Djokovic con Goran Ivanisevic, su entrenador desde 2018, cayó como una bomba en el mundo del tenis. El campeón de 24 Grand Slam ha renovado gran parte de su equipo en los últimos meses y la salida de Ivanisevic supone otro punto de inflexión en su carrera. De momento, el serbio no ha tomado una decisión sobre quién será su sustituto o de si tendrá nuevo técnico. De momento, la semana que viene en el Masters 1000 de Montecarlo estará acompañado por el exdoblista Nenad Zimonjic.

Y mientras Djokovic entrena sobre las pistas del Principado para preparar el inicio de la gira de tierra, Ivanisevic se sentó como uno de los periodistas serbios que siguen el circuito, Sasa Ozmo, de Sport Klub, para analizar los porqués de la decisión y el futuro de Nole, que cumplirá 37 años en mayo.

"Estoy eternamente agradecido con Novak, me ofreció una oportunidad y la aproveché al máximo. Los resultados hablan por sí solos, nadie podrá quitárselos ni borrarlos jamás, están escritos. Han sido cinco años maravillosos en total", señala Ivanisevic. "No existe una razón 'real' como tal, pero una de las razones es la sensación de saturación y fatiga, porque han sido cinco años realmente difíciles e intensos. La gente olvida el periodo del coronavirus y olvida que Djokovic fue etiquetado como el mayor villano del planeta por el tema de la vacunación (...) Yo estaba dispuesto incluso a morir por él si fuera necesario, estaba luchando contra el mundo entero".

Djokovic fue deportado de Australia justo antes de Open de 2022, después de que las autoridades del país oceánico le negaran la entrada por problemas con el visado y la vacuna del coronavirus. El balcánico, que no se quiso vacunar, recibió muchísimas críticas en todo el mundo y su padre le llegó a bautizar como "El Espartaco del nuevo mundo".

"Llegamos a cierto nivel de saturación, como a mí me gusta decir, por 'fatiga del material'. Así como un coche necesita revisión y puesta a punto, básicamente yo me cansé de él y él se cansó de mí. En cualquier caso, sentí que ya no podía ayudarlo. Aun así, sumando todo, logramos grandes cosas para nosotros y para el tenis", añade el extenista croata, que ya notó esa fatiga a mediados de la temporada pasada, justo después de que Carlos Alcaraz venciera a Nole en la final de Wimbledon.

El sueño del oro olímpico

Ivanisevic defiende que la decisión se tomó en buenos términos, "entre risas" incluso llega a decir, y habla de la gran cuenta pendiente que tiene Djokovic: el oro olímpico. El serbio ha ganado todos los Grand Slam, todos los Masters 1000, la Copa de Maestros y la Copa Davis, pero nunca se ha colgado la medalla de oro en unos Juegos: en Pekín 2008 perdió con Nadal en semifinales y después ganó el bronce, en Londres 2012 acabó cuarto, en Río 2016 perdió entre lágrimas en primera ronda y en Tokio 2020 acabó estampando su raqueta contra los aros olímpicos durante su derrota en el partido por el bronce ante el español Pablo Carreño.

"Creo que Novak va a encontrar la motivación, estoy seguro", dice Ivanisevic sobre la cita de París 2024, que tendrá el aliciente de que se disputará en las instalaciones de Roland Garros. "Le deseo el oro olímpico con todo mi corazón, se lo deseo más incluso que los Grand Slam. Es algo que quiere y siente como que se lo debe a alguien, aunque no le debe nada a nadie...

Los gritos de Djokovic al banquillo

Ivanisevic también hace referencia durante la entrevista a los gritos de Djokovic al banquillo, uno de los aspectos más polémicos del serbio. "Novak es así, era igual con Becker, con Marian, simplemente funciona así. En la comunicación en la pista, y lo hemos hablado cientos de veces, estaba todo permitido. Sus gritos nunca me incomodaron y la mitad ni siquiera los podía oír porque son estadios muy grandes y hay mucho ruido".

"Hablamos de grandes partidos y grandes momentos, así que entiendo ese caos y por eso nunca me importó. ¿Que está gritando? Hay que liberar esa energía de alguna manera y para mí es lo normal. Yo también fui jugador y sé lo que es", añade el técnico que celebró 12 Grand Slam junto a Djokovic. "Es un genio que normalmente encuentra la manera de gritar. Pero luego cuando no gritaba la gente se preguntaba qué estaba pasando, como si debiera haber una discusión. Hiciera lo que hiciera en la cancha, nunca fue suficiente para la gente".