WTA FINALS

Arabia Saudí encuentra en Garbiñe Muguruza a su última estrella para derribar la puerta del tenis

Tras el fichaje de Nadal como embajador y la exhibición Six Kings Slam, Arabia Saudí acoge desde este sábado las WTA Finals con Muguruza como directora.

Garbiñe Muguruza posa junto a la presidenta de la federación saudí, Arij Mutabagani, y con la copa de las WTA Finals. /Robert Prange/Getty Images
Garbiñe Muguruza posa junto a la presidenta de la federación saudí, Arij Mutabagani, y con la copa de las WTA Finals. Robert Prange/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Este sábado arrancará oficialmente el primer torneo de tenis profesional de la historia en Arabia Saudí. El país del Golfo Pérsico, obsesionado con la inversión en deporte, albergará en Riad nada menos que las WTA Finals, lo que antes se conocía como la Copa de maestras, el evento que reúne anualmente a las ocho mejores tenistas del planeta.

Se podría decir que las WTA y las ATP Finals son, después de los cuatro Grand Slam, los torneos más importantes del circuito de tenis. Hay que tener eso en cuenta para calibrar bien el enorme paso que está dando estos días Arabia Saudí en su incursión en el tenis.

Esto no se trata de una exhibición como el Six Kings Slam que jugaron hace un par de semanas Novak Djokovic, Rafael Nadal, Carlos Alcaraz y compañía. Tampoco es un acuerdo como el que firmó en enero Nadal como embajador. Ni tampoco son las Next Gen Finals, el evento de jóvenes promesas de la ATP que organizarán este año por segunda vez. No, esto ya es una realidad: Arabia Saudí se abre hueco en el tenis profesional, un movimiento que asusta, y mucho, a buena parte de los organismos que manejan la industria. Y no les asusta el problema de los derechos humanos en el país, sino que la irrupción de Arabia en el tablero implicará en el futuro un reparto bien diferente del pastel.

Porque que nadie piense que Arabia se va a detener con las WTA Finals. El reino saudí no quiere ser un actor secundario: hace unos meses entró como el principal patrocinador de la ATP y la WTA y lleva desde hace un par de años agitando el árbol con el objetivo de conseguir los derechos de un Masters 1000. Quizás, y solo quizás, esa operación se cierre próximamente, después de que el dueño de Madrid y Miami haya puesto a la venta los derechos de explotación de esas dos jugosas plazas.

Muguruza, directora de las WTA Finals

En esa estrategia de crecimiento, Arabia Saudí no quiere dejar nada al azar. Tras anunciar a principios de abril que iba a ser sede de las Finals hasta 2026, la WTA se puso en contacto con Garbiñe Muguruza, que acababa de colgar la raqueta, para que fuera la directora del torneo. La española no se lo pensó dos veces pese a que leyendas de la raqueta como Chris Evert o Martina Navratilova criticaron la situación de derechos humanos en el país. "Yo solo he escuchado cosas positivas y aquí estamos. Es un país nuevo para nosotros, un nuevo mercado que nos está dando una gran bienvenida", ha señalado Muguruza en declaraciones a la agencia AFP.

Al haberse retirado hace apenas unos meses, la campeona de Roland Garros y Wimbledon ha compartido vestuario con todas las tenistas que estarán presentes en Riad: Aryna Sabalenka, Iga Swiatek, Coco Gauff, Jasmine Paolini, Elena Rybakina, Jessica Pegula, Qinwen Zheng, Barbora Krejcikova.

"Creo que las jugadoras se van a sentir cómodas hablando conmigo. Tener una cara familiar en la que pueden confiar y que les haga sentir seguras es algo que diferencia este año al torneo", señalaba Muguruza en otra entrevista con The National en la que ahondó más sobre lo que significa para ella haber aceptado un rol de directora de torneo cuando apenas tiene 32 años.

"Estoy sorprendida con la cantidad de trabajo y por cómo se ocupan de cada detalle. Cuando eres jugadora, no te das cuenta de nada de esto. Vas como un caballo de carreras, estás concentrada. Pero ahora estoy aprendiendo mucho sobre la industria y el negocio del deporte. Es muy importante para mí porque quiere entender todos los conceptos", añadía la exnúmero uno. "Es una gran oportunidad para mí. Cuando me lo dijeron, dije inmediatamente que sí. Es un proyecto nuevo, un mercado nuevo".