TENIS

Fabio Fognini, a corazón abierto: "He sufrido ataques de pánico. Están llenos de información"

El tenista italiano, excluido con polémica de la Davis de 2023, habla con Relevo de su personalidad en la pista y el 'Ave Maria' del tenis, compuesto por Federer, Nadal y Djokovic.

Fabio Fognini , en el último Wimbledon.  /Getty
Fabio Fognini , en el último Wimbledon. Getty
Julio Ocampo

Julio Ocampo

En las distancias cortas, Fabio Fognini (Sanremo, 1987) es un tipo apacible y atemperado. Su inconmensurable tenis -patentado por la longevidad y la madurez- le convierten en un semi dios, aunque desprovisto de ínfulas. Demasiado terrenal, pues.

Con 37 primaveras, ha terminado la temporada en el número 91 del ranking ATP. Son ya diecisiete los años que cierra el curso entre los mejores cien del mundo. Un club selecto que le permite participar en los Slam evitando previas. Quien fuera un bad boy no es hoy Sinner, cierto, pero una vez dominados sus tormentos, cincelado sus viejos patrones, es un fuoriclasse de la regularidad, cualidad que ya no acepta diásporas.

Por contextualizar su excelsa obra arquitectónica, Fabio es undécimo en una clasificación donde las 23 veces de Federer entre los cien primeros sólo podría ser alcanzada por Djokovic en 2027, cuando ya tendrá cuarenta años.

No rehúsa nada en esta primera parte de una entrevista (la segunda es sobre Rafa Nadal) realizada por teléfono. Está calmado, tranquilo, satisfecho. Su corazón late fuerte y su memoria no olvida nada. También dispone de la humildad necesaria como para dignificar y elogiar a los más grandes. Ha pecado por algunos comportamientos vejatorios, sí, pero su amnistía llegó tras sufrir el purgatorio dantesco. Es un tipo especial… Demasiado sensible y especial, efectivamente. Su raqueta, y su talento, dejaron de ser episódicos. Ahora están lubrificados, enraizados en su carácter, carisma e ilusión. Es puro instinto. Es alma e imprevisibilidad.

Espera un momento. Al agradecerte el haber aceptado la conversación nos recuerdas y adviertes que antes no eras así. ¿Cómo eras?

Mi relación con vosotros periodistas siempre fue complicada. No es que siempre haya sido muy… Ya sabes. Habéis pagado a veces las consecuencias. Con 37 años esto no lo puedo negar. Tendría que haberlo gestionado mejor.

Este ejercicio de auto reflexión denota madurez. De ti muchas veces hemos visto, leído y oído esto. “Fognini ha perso la testa”. Algo así como “se le ha ido la olla”. Lo que querría subrrayar es otras tantas tuviste la valentía, la fuerza de pedir perdón, un valor que escasea cada vez más.

Nada de fuerza ni esas cosas. En la vida uno se equivoca, entonces debe asumir las consecuencias. En mi trabajo siempre lo hice: la etiqueta de chico malo, todas las multas que me pusieron… Lo cierto es que nadie es perfecto. Pedir perdón es el primer paso para admitir que has actuado mal. Pedir disculpas es un valor, y no hay que avergonzarse de hacerlo. Es más, hay que naturalizarlo, porque en realidad no pasa nada.

¿Quién te ha ayudado para llegar hasta aquí?

No lo sé. Quizás la paternidad. Eso implica nuevas responsabilidades. Ves todo de forma diferente. Te das cuenta de que, verdaderamente, las cosas importantes son otras. Sí, es cierto que el tenis siempre fue mi vida, mi trabajo… Me ha dado lo que jamás habría podido imaginar, pero ¿sabes algo? El tenis al final es solo un juego. Sí, ganas mucho dinero, eres famoso, pero sólo es un juego. En él externalicé las emociones de una cierta manera; otros lo hacen diferente, sí, y no pasa nada. Yo no digo que tenga razón, pero cada uno tiene su personalidad. Nada más.

Una vez entrevistamos a tu mujer, Flavia Pennetta, y nos habló de la victoria en Montecarlo (2019). Fue la primera piedra de la catedral. El primer Masters 1000 de un italiano. Un enorme éxito de vuestro tenis fluctúa desde entonces. ¿Te sientes orgulloso de aquello?

No sé qué decirte. Entré en el tenis de puntillas y quiero salir igualmente cuando todo termine. No quiero suponer un problema para nadie. Si fue como dices pues bienvenido sea, pero que esto lo digan los demás. Yo no. Sé todos los sacrificios que hice por el tenis. Una vez fui noveno del mundo, pero todo son números. Verás, los números, los récords están para batirse, nada más. Pero tu pregunta no es para mí. No es que no quiera responder, es que no es para mí. Yo quiero ser recordado solo como ese chico que amaba este deporte, que amaba a los niños, a los más pequeños… Y sí, también un tipo con un carácter a veces complicado. Nunca me escondí. He tratado de ponerle pasión a todo lo que hice.

Fognini, entre Nadal y Federer, en la Laver Cup 2019.  EFE
Fognini, entre Nadal y Federer, en la Laver Cup 2019. EFE

En 2017 ganaste a Murray en Roma. Era el número uno. Para alguien que siempre soñó con jugar al tenis, ¿fue de lo mejor?

Fue bonito, sobre todo porque el Máster de Roma es el torneo que, quizás, más gusta a los italianos. Es el único torneo grande que tenemos junto a las Finals, que tuvo la suerte de ganar Sinner. No sé, en mi carrera siento que he tenido –a la misma vez- buena y mala suerte.

¿Por qué?

No sé. Pillé una época incomparable, no sólo en el tetenis,ino en cualquier deporte. Ahora que vienen nuevas generaciones… No querría precipitarme, pero será difícil que vivan una época como la mía. Significó la excelencia.

¿En qué sentido?

Por una parte, he coincidido con tres tenistas históricos. Tres iconos del deporte. Sí, Murray era el cuarto incómodo, pero lo otro era el Ave María. Para mí lo que hicieron es irrepetible. Insisto con lo de la suerte de haber jugado en el mismo periodo, pero también la desgracia de haberles sufrido. Con ellos en campo era casi imposible tener un buen resultado en un Grand Slam.

Fognini levanta el trofeo del Challenger ATP 100 de Montemar.  AFP
Fognini levanta el trofeo del Challenger ATP 100 de Montemar. AFP

Hablemos de la Davis. Mientras Italia estaba a punto de levantar la segunda Ensaladera -en Málaga- tú te encontrabas en la tierra batida de Montemar alzando el Challenger. ¿Dónde sacas la ilusión para querer ponerte a prueba en cualquier torneo? Del más grande al más pequeño.

Lo hago para mí. Me lo debo. Ya lo dije en su día. Visteis cómo me trataron en Copa Davis. Salí ganador en esta cita que hablas, pero sólo para mí. Para nadie más. No quiero demostrar nada a nadie. Lo que sucedió ahí queda. Desgraciadamente ha habido gente que no lo vio o lo valoró en su momento. Pero bueno, tengo ya una cierta experiencia, soy muy resistente y bastante cabezón. Estoy orgulloso… Por cierto, mi mujer cuando volvía a casa de Montemar me dijo cosas preciosas.

¿Cuáles?

Dijo que no sabía dónde encontraba la fuerza para ir y competir, porque se trataba de un torneo pequeño en que la motivación podía calar. Que me enfrentaba a chicos quince años más pequeños que yo… En definitiva, factores que uno tiene en contra. Ha dicho que me admira, y eso me llega. Piensa que los últimos años no fueron demasiado buenos para mí. Con este cambio generacional bajé Mucho en el ranking. Además, sufrí muchas lesiones. Por no hablar de la injusticia de la Copa Davis, pero sigo por mi camino. Siempre hacia adelante. Soy el noventa del mundo con treinta y siete años. El objetivo es comenzar 2025 a tope.

La injusticia de la Davis. Lo has repetido varias veces. ¿Por qué no te llamó Filippo Volandri? Imagino que te refieres a eso, que no te convocó para el dobles en 2023. Hubo mucha polémica en el país. En su día publicaste un post en redes explicando tu profunda desilusión y criticando, sobre todo, las formas de exclusión. El capitán llegó a tildar esas palabras de “ingratas”.

Habla con el capitán. Él sabrá explicarte todo. Tengo un libro para escribir, pero ahora no quiero decir nada. Cuando me retire contaré toda la verdad y os reiréis muchísimo. Ahora solo puedo mostrar mi alegría por mis compañeros, que llevan dos años seguidos ganándola. Eso sí, interiormente estoy desilusionado.

Jannik Sinner. Una opinión sobre él, por favor.

Con él se ha creado un movimiento enorme. Ahora hay muchos niños que juegan a tenis, y esto es lo más importante. Los problemas ya me los resuelvo yo por otro lado.

Tanto él como la tenista Swiatek dieron positivo en el antidoping. Dos casos completamente diferentes, pero que encierran arabescos oscuros. ¿Qué piensas como tenista y apasionado de la raqueta?

Por lo que leo y se ve tengo dificultad para comprender qué camino se está tomando. Es un tema muy delicado, y cada uno sabe o tiene su verdad. Eso sí, se debe clarificar todo porque se está comunicando de manera equivocada. Habrá que buscar una solución mejor, sobre todo para la gente. También te digo que son dos casos diferentes, y no te puedo decir nada más porque ellos conocen la verdad. Visto desde fuera, falta simplificar las cosas. Mucho.

No me quiero despedir sin hablar de la salud mental, sobre todo cuando se compite a estos niveles.

Creo que está infravalorada, cuando en realidad es un tema fundamental. Las personas siguen teniendo miedo a reconocer este tipo de problemas. La mente miente. Yo, a lo largo de mi carrera, he sufrido ataques de pánico, pero no me avergüenzo. Son desagradables, pero están cargados de información en realidad. He tratado siempre di pedir ayuda, de buscar soluciones. Sí, llegué a ser un tenista profesional pero no estaba contento con la vida real. Hay que afrontar todo esto sin temor alguno. Con determinación, porque no pasa nada.