COPA DAVIS

Australia surca la marea 'oranje' y ya espera a España en semifinales

Medio millar de neerlandeses apoyaron a su selección Málaga. Los 'aussies', rivales de España si los de Bruguera ganan este miércoles a Croacia.

Álex de Miñaur celebra la victoria ante Países Bajos. /EFE
Álex de Miñaur celebra la victoria ante Países Bajos. EFE
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Antes de que cayera el sol, Jordan Thompson tumbó a Tallon Griekspoor (4-6, 7-5 y 6-3), remontada incluida, para otorgarle el primer punto a Australia. Después, Alex de Miñaur, de padre uruguayo y madre española, dominó a Botic Van de Zandschulp y clasificó a los oceánicos a semifinales de la Copa Davis cinco años después. Sin embargo, lo más relevante de la jornada, al menos para el ojo imparcial, sucedió en las gradas.

Más de 450 neerlandeses elevaron los decibelios en el Martín Carpena, agrupados, como en el mejor de los pelotones ciclistas. Algunos llegaron este martes a la Costa del Sol y se quedarán toda la semana. "Tenía entradas solo para los cuartos de final, pero hoy mismo he conseguido una para las semifinales… ¡Una pena que no estemos!", lamentaba uno de los aficionados, fiel seguidor de los tulipanes pese a haber nacido en York, al norte de Inglaterra.

Superiores en cantidad y en entusiasmo a los australianos, esparcidos a cuentagotas por las butacas del Martín Carpena, los neerlandeses lucieron con orgullo el naranja característico durante toda la jornada. Y no dejaron de cantar. Mark, que está en Málaga con su hijo Nick, explica el motivo: "Estamos muy orgullosos de nuestro país y de nuestros deportistas, ganen o pierdan. Hoy perdimos, pero ayer el equipo de fútbol ganó en el Mundial".

Preguntado por Relevo tras caer en el primer duelo del cruce, el neerlandés Tallon Griekspoor se rindió ante el fervor de sus compatriotas: "Es el mejor ambiente en el que he jugado en mi vida. Ha sido increíble, no me han dejado de apoyar en ningún momento del partido".

Botic van de Zandschulp atiende a Relevo tras la derrota. DANIEL ARRIBAS

Botic van de Zandschulp, máximo exponente del combinado 'oranje', fue más allá después de que su país quedara eliminado: "Es una suerte tenerlos siempre ahí, nos acompañan a cualquier lugar del mundo". Incluso Álex de Miñaur, verdugo en el encuentro definitivo, mostró su admiración: "Me encanta jugar en un ambiente así, es increíble, aunque esa parte de la afición no te apoye".

Temor a Croacia, confianza después

Pese al nivel mostrado por Australia, en el seno de la selección española creen que esta primera eliminatoria era la más floja de los cuartos de final. "Luego nunca se sabe, eh, pero a priori es la de menos nivel de la primera ronda", sostienen en petit comité, sabedores de que Australia sería el hipotético rival de semifinales.

Croacia, sin embargo, es otra historia. En las tripas del Martín Carpena, allí donde reina el secretismo, el respeto hacia el combinado balcánico es máximo. "No hay duda de que es una de las selecciones más fuertes del mundo. En los últimos tres años han ganado una edición y han sido finalistas de otra", advierten. "Tenemos enfrente al rival más difícil".