El aviso de la madre de Carlos Alcaraz que resume la docuserie de Netflix: "Que no le conviertan en un juguete roto"
La plataforma estrena 'A mi manera', un viaje hacia el gran debate interno de Carlitos: ¿merece la pena sacrificar todo por intentar ser el mejor tenista de todos los tiempos?

"A ver, en Ibiza... no te voy a engañar. Es fiesta y salir. Fui ahí a reventarme. No sé si está bien decirlo de esa manera, pero fui a salir. Yo lo aprovecho al máximo. A la vuelta, claro, ganó en Queen's y en Wimbledon. No digo que ganase por la fiesta, pero me fueron bien esos días. Y si las cosas van bien, tengo que repetir". Mediado el segundo capítulo de 'A mí manera', la docuserie de Carlos Alcaraz que estrena Netflix este miércoles, el murciano echa la vista atrás y recuerda el verano de 2023 para justificar por qué se fue otra vez a la isla en junio de 2024 justo después de levantar el título de Roland Garros.
A su regreso de Ibiza, Carlitos perdió en la segunda ronda de Queen's. "Si tú te vas seis días a Ibiza y sales todos los días, cuando vuelvas al séptimo pues has hecho de todo menos descansar. Yo creo que las desconexiones están bien, pero una pequeña parte de tu cabeza te tiene que recordar que eres tenista", añade en ese momento Juan Carlos Ferrero, el entrenador del campeón de cuatro Grand Slam. "Y pierde pronto en Queen's y está el runrún, que si no te tenías que haber ido, que si tenías que haber entrenado... Carlos ve que si no lo hace, no está fresco de cabeza. Está esa pelea entre lo que necesito y lo que tengo que hacer".
Esos pocos minutos de los tres capítulos condensan en buena medida la idea de 'A mi manera', que no es otra que la lucha interna que mantiene ahora mismo Alcaraz: por un lado, tiene una ambición máxima, nada menos que ser el mejor tenista de todos los tiempos, pero por otro no está dispuesto a renunciar a su vida fuera de las pistas, a la familia, a los amigos, a la fiesta. ¿Es compatible? El propio Ferrero, Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza aseguran en el documental que no, que para alcanzar semejantes cotas de éxito hay que hacer un sacrificio enorme. Pero Alcaraz se propone romper ese discurso, esa receta que han defendido siempre Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic, la de vivir por y para el tenis 24/7. Sostiene el chico de 21 años que él necesita despejar la mente de vez en cuando para rendir y no perder la ilusión. Teme, dice, acabar viendo el tenis como una obligación y no como un placer.
"¿En mi cabeza está hacer todo lo posible? ¿Lidiar con todo y hacer todo lo que conlleva para ser el mejor de la historia? Ahora mismo no lo sé. He vivido poco y me queda mucho por vivir. Pongo por delante la felicidad a tener mucho éxito. Porque la felicidad ya es éxito y no es fácil encontrarla", añade el murciano con una reflexión que sirve a Jorge Laplace, el director de la docuserie, para cerrar el tercer y último capítulo.

Nadal: «Si sientes que estás sacrificando, no vas a llegar»
Nadal, protagonista también de la serie, deja un par de pensamientos que ayudan a dibujar el camino que le espera a Alcaraz en los próximos años. "Para conseguir lo que han conseguido Roger, Novak o yo mismo tienes que sentir que lo que estás sacrificando te vale la pena y te compensa. Si tú sientes que estás sacrificando mucho, seguro que no vas a llegar porque te vas a terminar quemando antes de la hora", dice Nadal, campeón de 22 Grand Slam y número uno del mundo durante 209 semanas. "Si ir a pista se convierte en una obligación, entonces estamos empezando a tener un problema. Para llegar a nuestros números necesitas estar muchos años. Por muy bueno que seas, no lo puedes hacer en cinco años. Tienes que ser capaz de convivir con esa motivación, con ese objetivo, y perseguirlo hasta realmente conseguirlo".
Y Muguruza se pronuncia en unos términos similares. "Para llegar a las cifras de Rafa hay que ser esclavo. Es muy difícil llegar a tal punto sin sentirse uno esclavo de eso. Ser el mejor en algo es muy difícil de mantener, Al final vas a no tener vida", dice la exnúmero uno, que se retiró con 30 años, harta de la exigencia del deporte profesional. "Dormir, comer y respirar tenis hasta que llega un punto que no sea insoportable de mantener. Aspirar a eso es algo inaudito".
La familia, una pieza clave en su vida
A todo ello, hay que añadir que el deporte, la industria, le exige desde todos los ámbitos ganar, ganar y ganar. Sobre todo, después de haber anunciado a bombo y platillo ese plan de sentarse en la mesa de los mejores. "Él quiere hacer cosas de un chaval de 21 años. Y es normal que quiera eso. Pero nosotros tenemos que decirle que él, por mucho que quiera, no es un chaval normal de 21 años", admite Albert Molina, su mánager, que añade: "Rafa ha dejado un legado, que es su espíritu de sacrificio por y para el tenis. 24 horas al día y 365 días al año y es lo que espera la gente de Carlos".
"La gente espera que sea como Rafa, una leyenda. Pero no tiene que dejar que la gente se meta en esa parcela suya. Que no lo conviertan en un juguete roto", dice la madre de Carlitos, Virginia Garfia, en otra reflexión clave para comprender ese difícil balance que se le plantea a Alcaraz. El deporte ha cambiado mucho en las últimas décadas y ahora, con las redes sociales, con la crítica de gatillo fácil a golpe de tuit, con tantos y tantos opinando públicamente sobre cualquier partido, cualquier derrota, hay que tener las espaldas muy anchas para aguantar. Esa frase de su madre resume el temor que hay en su familia -una pieza básica, clave en su día a día- a que Alcaraz vea como un fracaso no llegar algún día a las cifras del Big Three.
"A mí me gustaría ponerme en la mesa del Big Three en cuanto a títulos y lucho por ser el mejor jugador de la historia, pero lo quiero hacer a mi manera", anuncia Alcaraz. "A lo mejor no cuidándome tanto como Novak y teniendo muchos días para disfrutar, más a lo mejor de los que debo. Al final, esa es mi manera".