Cuando Nadal dejó boquiabierto a Agassi y empezó a derribar un mito
El 14 de agosto de 2005, en Canadá, Nadal tumbó a la leyenda estadounidense para conquistar su primer título fuera de la tierra batida.
Pelo largo, camisetas sin mangas, bíceps hinchados y cara de niño. Rafael Nadal, 19 años en su DNI, sonríe el 14 de agosto de 2005 antes de enfrentarse por primera vez a uno de sus ídolos de siempre. Andre Agassi está al otro lado de la red, ya sin pelo, con 35 años y acercándose al ocaso de su carrera. La final que están a punto de jugar, la del Masters 1000 de Canadá, no sería una más para el balear.
Aquel partido en Montreal, que terminó con un 6-3, 4-6 y 6-2 para el español tras casi dos horas, fue la confirmación de que Nadal era mucho más que un tenista de tierra batida. Agassi, que por aquel entonces ya había ganado sus ocho grandes y 60 títulos, se quedó con la boca abierta viendo el despliegue físico y tenístico del mallorquín y acabó deshaciéndose en elogios hacia él.
"Nunca estás seguro de tener el control total del punto. Te hace cometer errores que no cometerías ante ningún otro jugador"
El español era ya el número dos del ranking después de una primera mitad de 2005 estratosférica. Campeón en Costa do Sauipe, Acapulco, Montecarlo, Barcelona, Roma, Roland Garros, Bastad y Stuttgart, el español se presentó en Montreal como el hombre del momento. No obstante, todos sus títulos, de 2005 y anteriores, habían sido en tierra batida. Existía la duda de si iba a poder hacer carrera lejos de la superficie naranja. El tiempo ha quitado la razón a los escépticos.
Lo que dijo Agassi tras jugar por primera vez con Nadal
Considerado uno de los mejores tenistas de siempre, el Agassi de 2005 ya estaba lejos de su mejor versión pese a que se mantenía en el top-10 del ranking. No obstante, en pista dura seguía siendo una amenaza para cualquiera. Basta con ver lo que ocurrió semanas después, cuando Agassi se plantó en la final del US Open, en la que perdería contra Roger Federer.
El tenista de Las Vegas se las vio de todos los colores con leyendas de varias generaciones. Llegó a jugar con Connors y Lendl, mantuvo una rivalidad tremenda con Pete Sampras y después coincidió con Federer y Nadal. Con el español se enfrentó en dos ocasiones —Montreal 2005 y Wimbledon 2006— y perdió las dos. En la primera, la de Canadá, acabó asombrado con el nivel del mallorquín.
"Hace muchas cosas muy bien y se mueve muy bien", dijo aquel 14 de agosto de 2005 tras ceder en la final de Canadá. "Además, golpea con mucha potencia desde posiciones complicadas, así que nunca estás seguro de tener el control total del punto. Te hace cometer errores que no cometerías ante ningún otro jugador".
"Es fácil ver por qué gana tantos partidos. Su saque además es muy complicado de defender porque si no haces un buen resto, va a la ofensiva. Es una señal de un gran jugador", añadió Agassi, anticipando lo que estaba por venir.
Nadal, una leyenda en pista dura
Nadal es el mejor tenista de tierra de todos los tiempos, pero también es una leyenda en cemento y hierba. Por algo ha llegado a 16 finales entre Australia, Wimbledon y US Open, por algo tiene los mismos grandes en dura que Agassi o Connors y por algo ha levantado 29 títulos fuera de la tierra batida. Y todo comenzó contra el estadounidense en Montreal.
"Si puedes ganar un Masters en dura, ¿puedes ganar un Grand Slam en dura?", le preguntaron en la rueda de prensa posterior a aquella final. Y Nadal, con 19 años y todavía con el inglés de aquella manera, respondió: "Mi objetivo cada año es ganar cada torneo, cada Grand Slam. En dura también".