RUGBY

Quedó tetrapléjico a los 17 años por un placaje violento y ahora pide justicia: "Todavía no me ha pedido perdón"

Mathias Dantin reclama 18 meses de prisión para el jugador que le dejó en silla de ruedas en un partido de rugby de una liga de colegios.

Mathias Dantin quedó en una silla de ruedas para toda la vida tras un placaje violento.  /Instagram/mathiasdantin
Mathias Dantin quedó en una silla de ruedas para toda la vida tras un placaje violento. Instagram/mathiasdantin
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Mathias Dantin recuerda perfectamente el momento. Era el 14 de diciembre de 2022. Estaba jugando un partido de la liga de colegios y su equipo, el Saint-Pierre de Tarbes, se enfrentaba al Notre-Dame de Garaison. En un instante, con apenas 17 años y toda la vida por delante, un placaje lo cambió todo. Había robado la pelota en una melé y, después de soltar el balón, recibió un durísimo golpe. Según su versión, el rival llegó tarde y además le levantó los pies del suelo, le volteó y le empujó con todas sus fuerzas con la cabeza hacia abajo.

"Mi cuerpo crujió como un árbol", dijo el propio Mathias Dantin en una de las vistas del juicio. Porque desde que volvió a sentirse persona, tras meses de cuidados intensivos y asumido ya que una tetraplejia le cambiaría para siempre la vida, el chico y su familia llevaron el caso ante la justicia. Mathias reclama 18 meses de presión para Philibert, al que acusa de "violencia con resultado de incapacidad permanente". Estos días se está celebrando el juicio en Tarbes, a los pies de los Pirineos y muy cerca de Pau.

Mathias Dantin sufrió la rotura de dos vértebras cervicales y también una lesión irreparable en la médula espinal. Su versión es que Philibert, que tiene ahora 20 años, hizo ese placaje con la intención de hacer daño, un placaje violento.

"Dos años después, todavía no me ha pedido perdón. Ahora mi objetivo ya no es perdonar. Lo único que quiero es tener reconocimiento como víctima"

Mathias Dantin

"Quiero que me reconozcan como víctima, no soy un daño colateral. Por eso presentamos una denuncia", decía recientemente la víctima en el diario "L'Equipe". "Había un deseo de hacer daño, de lastimar. Me cogió por detrás, sin balón, me cargó tres o cuatro metros y me empujó contra el suelo, con la cabeza hacia abajo".

"Con este juicio, quiero enviar el mensaje de que soy víctima de una acción que no respeta las reglas del rugby, pero también las reglas de la vida. Fue un ataque. No debería haber sucedido y no debería suceder", insistía Mathias Dantin.

Mathias Dantin, junto a sus padres.  Instagram/mathiasdantin
Mathias Dantin, junto a sus padres. Instagram/mathiasdantin

El acusado: “Un placaje normal con consecuencias trágicas”

En una vista celebrada en agosto, Philibert guardó silencio. Pero recientemente ha hablado con algunos medios franceses, asegurando que en ningún momento quiso poner en riesgo la integridad física del rival. "No tuve conciencia en el momento de que era peligroso", se defendió. "Hice un placaje normal que tuvo consecuencias trágicas, pero no fue a destiempo, estoy convencido de que Mathias aún tenía el balón en la mano. Me acusaron de haberlo hecho intencionadamente, pero no lo acepto, en ese momento no era consciente de que era un placaje peligroso".

La lesión de Dantin ha cambiado por completo su vida y la de su familia. Su madre tuvo que dejar de trabajar al día siguiente y su padre también dejó el suyo para poder dedicarse a cuidar a su hijo. "Este gesto puso patas arribas la vida de una familia entera", decía estos días a FranceInfo el padre, Jerome. "Mathias necesita alguien las 24 horas del día. Hoy vivimos alrededor de Mathias y solo para Mathias".

"Nos gustaría que (Philibert) supiera real y profundamente lo que hizo", añadía el padre en esa misma entrevista. "No esperamos grandes sanciones, pero este gesto debe quedar grabado en él".

Mathias Dantin, que escribió un libro sobre rugby para concienciar a la gente sobre la importancia de la seguridad y la nobleza en los placajes, lamenta que Philibert ni siquiera se haya puesto en contacto desde aquel fatídico día en diciembre de 2022.

"Hoy, dos años después, todavía no me ha pedido perdón. Ahora mi objetivo ya no es perdonar", señalaba. "Lo único que quiero es tener reconocimiento moral, reconocimiento económico por supuesto, y sobre todo reconocimiento como víctima".